Siempre he considerado que a la ciudad no llegan todas
películas que uno quisiera y mucho menos los libros para poder leer. Pero
bueno, ese es otro tema para debatir. Y es que observando en las noticias
filmes que nunca llegarán, tropecé con “Book Club” del cineasta Bill Holderman.
Sostiene la crítica internacional que es una cinta de consumo cargada de
clichés. Sin embargo, aparte de si es o no una buena cinta, no deja de ser
sugestivo lo que propone no solo para la edad mayor, sino para los jóvenes.
El asunto va de cuatro grandes amigas han cambiado sus
vidas para siempre después de leer "50 sombras de Grey" en su club de
lectura mensual. Diane (Diane Keaton) ha enviudado recientemente
después de 40 años de matrimonio. Vivian (Jane Fonda) disfruta de los hombres
sin ataduras. Sharon (Candice Bergen) lleva décadas batallando con un divorcio.
Y, por último, Carol (Mary Steenburgen), está en pleno aprieto con su
matrimonio de 35 años.
Este es el punto de partida del filme “Book Club”, una
divertida comedia en la que cuatro amigas de siempre, verán cómo sus vidas dan
un giro imprevisto y divertido cuando en su club de lectura abordan el
controvertido texto de “Cincuenta Sombras de Grey”. Este best seller erótico
hará alentar “viejas llamas”, inspirándolas a ayudarse mutuamente, para hacer
de su próximo capítulo el mejor de su vida.
Historia pues para reflexionar y como siempre he
sostenido, tenga la edad que tenga el ser humano, debe tener proyectos de vida.
No hay que dejarse amigo lector a esperar que suceda alguno de los cuatro casos
que ocurren en la película para reunirse en torno al libro. Y creo que esa es
la idea vital. Pero no es un caso para la gente adulta. Preocupa en una
sociedad como la samaria, que la gente joven lea poco y no vaya casi al cine.
Lo
anterior, lleva a esbozar la conjetura de que el proceso de individualización (o estructuración de la identidad en la etapa
adolescente), estará manifiesto en gran parte, por las interacciones con las
demás personas (incluso sea presenciales o virtuales) y por las formas de
apropiarse y usar los objetos de consumo (sean estos reales o alegóricos) en un
argumento cultural determinado. “En ese sentido, el “consumo” en la sociedad
actual amplía considerablemente su parentesco original —entiéndase socioeconómica—
extendiéndose hacia el campo de las identidades y significados sociales”.
Con
base en lo anterior, pienso que “el gusto” hacia el cine y la lectura, obedece
a que, entre los jóvenes existe un dispositivo cultural (no quiero discriminar)
que les aleja y no quiero escrudiñar ello, sino más bien empeñarse en crear un
nuevo “capital cultural”.
Estas
tesis, provenientes de la sociología de la cultura, si bien son útiles para
explicarnos los cambios en la redistribución y apropiación de los bienes de
manera masiva en la sociedad actual, hay que buscar en la familia y en una
sociedad como la caribeña, qué sentidos sobre los esquemas de percepción
simbólica como el gusto, hay que generar
para el cambio y asentar las bases para un nuevo capital cultural. ¡Es urgente!
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co
Gonzalo Restrepo Sánchez