Cartagena es y siempre ha sido una ciudad cinéfila. Sus
teatros desaparecieron por la gentrificación y la turistificación, pero el
FICCI sigue siendo un espacio de encuentro. Que una película dirigida por una
cartagenera, con el diseño sonoro de Carlos García también de esta ciudad,
marque la apertura del festival es un símbolo de lo que está por venir: nuevas
historias, un cine que resiste y sigue transformando vidas.
Alma del Desierto también es un homenaje a la fortaleza
de Georgina Epiayú y de la población diversa de La Guajira, que nos recuerdan
que no hay obstáculo imposible de superar cuando la humanidad es nuestro
escudo. Este festival es también para ellas, para quienes sueñan con hacer cine
y para todos los que creen en el poder de las imágenes, los sonidos y las
historias”, expresa Mónica Taboada-Tapia.
Con esta selección, el FICCI 64 que se realizará del 1 al
6 de abril, reitera su apuesta por el cine que cuestiona, transforma y
emociona. Alma del Desierto llega para abrir el festival con una historia que
invita a la reflexión y al reconocimiento de nuestras múltiples identidades en
diferentes espacios del país.
"La elección de esta película como apertura del
Festival responde a la voluntad de conectar con historias y miradas propias,
impulsando el cine colombiano y visibilizando nuevas voces. Esta historia,
ambientada en el desierto colombiano y enraizada en una identidad profundamente
local, es una muestra del cine que el FICCI quiere promover: narrativas
poderosas que hablan desde la región, pero con la fuerza para dialogar con el
mundo", aseguran las directivas del Festival.
Fuente y fotogramas: comunicaciones Ficci festival