lunes, 7 de julio de 2025

Jurassic World Rebirth

 


Gareth Edwards, al que debemos aciertos como “Monsters” o fenómenos como “Rogue one: una historia de star wars”, es un director radiante y con disposición para las metáforas. Y él mismo da una clara respuesta a la paradoja que hoy nos ocupa, y que podríamos describir como absurdo. El gran asombro es que la criatura estrella de su película ni siquiera es un dinosaurio, es, en sentido estricto, otra cosa de esos cruces de ADN entre bichos raros.



El personaje central es Zora (Scarlett Johansson), una experta en operaciones comprometidas y su equipo de mercenarios en el que sobresale Mahershala Ali; casi a la altura del mismo protagonismo está Jonathan Bailey (un seductor personaje experto paleontólogo), y una familia: padre y chiquilla incluida, que le pone ese acento de 'chiquillos en peligro' de la que, creería ha forzado la selva jurásica.

Ahora, en cuanto alguien escrito por el afamado David Koepp y hay que ser sincero, está abrigado por más de un deus ex machina. Es decir, “una expresión latina que literalmente significa "el dios de la máquina", entendiendo de con la acepción "denota de dónde es, viene o sale alguien o algo” (Andújar, 2023). Su uso original proviene del teatro antiguo, y se esgrime usualmente para referir cualquier resolución obligada en una trama. Esta técnica resta credibilidad a la cuento, ya que la resolución parece ser una forma de evadir la compromiso de solucionar el conflicto de un modo más más natural.

La película coproducida por la empresa de Spielberg, pareciese un homenaje a él su padre creativo (recordemos el primer tercio del filme en alta mar y que se mueve como una remembranza a “Tiburón”), sino también a aquellas películas de dinosaurios que popularizó la Hammer a finales de los sesenta “Cuando los dinosaurios dominaron la tierra”, basada en una novela de J.G. Ballard (cuya autobiografía produjo “El imperio del sol”, “Empire of the sun”, 1987).

Un escenario distópico pues en este filme de Edwards, una película hecha desde el goce aturdidor del cine ‘mainstream’ que todavía cree que es viable hacer cine-entretenimiento sin mayores ínfulas. Respeto del equilibrio ecológico de la naturaleza, predomina la grandeza de ese nuevo cine de seducciones que no se abochorna de su majestuosidad. Filme a partir de los espacios y el hábitat de sus criaturas humanas y prehistóricas, lo que calma un entretenido incidente por tierra, mar y aire (que no parece dibujado por una IA). También, es válido observar el sentido de la composición vertical —se alinean “todos los elementos con base en una línea vertical imaginaria. Es la dirección de la gravedad y se usa mucho en retratos que tienen una sola figura central”— y que se planifica pensando en el fuera de campo. Algo no muy del cine actual.