miércoles, 5 de septiembre de 2018

BOOK CLUB



Siempre he considerado que a la ciudad no llegan todas películas que uno quisiera y mucho menos los libros para poder leer. Pero bueno, ese es otro tema para debatir. Y es que observando en las noticias filmes que nunca llegarán, tropecé con “Book Club” del cineasta Bill Holderman. Sostiene la crítica internacional que es una cinta de consumo cargada de clichés. Sin embargo, aparte de si es o no una buena cinta, no deja de ser sugestivo lo que propone no solo para la edad mayor, sino para los jóvenes.


El asunto va de cuatro grandes amigas han cambiado sus vidas para siempre después de leer "50 sombras de Grey" en su club de lectura mensual. Diane (Diane Keaton) ha enviudado recientemente después de 40 años de matrimonio. Vivian (Jane Fonda) disfruta de los hombres sin ataduras. Sharon (Candice Bergen) lleva décadas batallando con un divorcio. Y, por último, Carol (Mary Steenburgen), está en pleno aprieto con su matrimonio de 35 años.
Este es el punto de partida del filme “Book Club”, una divertida comedia en la que cuatro amigas de siempre, verán cómo sus vidas dan un giro imprevisto y divertido cuando en su club de lectura abordan el controvertido texto de “Cincuenta Sombras de Grey”. Este best seller erótico hará alentar “viejas llamas”, inspirándolas a ayudarse mutuamente, para hacer de su próximo capítulo el mejor de su vida.
Historia pues para reflexionar y como siempre he sostenido, tenga la edad que tenga el ser humano, debe tener proyectos de vida. No hay que dejarse amigo lector a esperar que suceda alguno de los cuatro casos que ocurren en la película para reunirse en torno al libro. Y creo que esa es la idea vital. Pero no es un caso para la gente adulta. Preocupa en una sociedad como la samaria, que la gente joven lea poco y no vaya casi al cine.
Lo anterior, lleva a esbozar la conjetura de que el proceso de individualización  (o estructuración de la identidad en la etapa adolescente), estará manifiesto en gran parte, por las interacciones con las demás personas (incluso sea presenciales o virtuales) y por las formas de apropiarse y usar los objetos de consumo (sean estos reales o alegóricos) en un argumento cultural determinado. “En ese sentido, el “consumo” en la sociedad actual amplía considerablemente su parentesco original —entiéndase socioeconómica— extendiéndose hacia el campo de las identidades y significados sociales”.
Con base en lo anterior, pienso que “el gusto” hacia el cine y la lectura, obedece a que, entre los jóvenes existe un dispositivo cultural (no quiero discriminar) que les aleja y no quiero escrudiñar ello, sino más bien empeñarse en crear un nuevo “capital cultural”.
Estas tesis, provenientes de la sociología de la cultura, si bien son útiles para explicarnos los cambios en la redistribución y apropiación de los bienes de manera masiva en la sociedad actual, hay que buscar en la familia y en una sociedad como la caribeña, qué sentidos sobre los esquemas de percepción simbólica como el gusto,  hay que generar para el cambio y asentar las bases para un nuevo capital cultural. ¡Es urgente!
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co 
Gonzalo Restrepo Sánchez