'Terrifier 3' es una película que sigue la línea de sus predecesoras.
Tan salvajemente ajustada, que de pronto, nada tiene ni pies ni cabeza. Las
entregas anteriores, siempre firmadas por Damien Leone y con David Howard
Thornton, son igual de efímeras en nuestras mentes, aunque con algo de
miedo. Todo deriva tan desmadrado, tan al límite de lo sufrible, tan seriamente
entretenida en su visceral absurdo que el desafío cumple su tarea.
La
nueva película de Art the Clown se emplaza cinco años después de Terrifier 2. Y
con un flashback nos lleva a una Navidad que será poco comedida a una señal diferente.
Por un lado, tenemos al bufón asesino que ha anhelado su momento, y por otro a la protagonista interpretadaa por Lauren LaVera que aún, tolera las consecuencias
psicológicas de su encontronazo con él, al igual que su allegado.
Hay algo de arrojo en el arranque de “Terrifier 3” que es
puro embelesamiento: un horror esquelético, alérgico a la fábula, que instaura
una poesía de lo abyecto, y espinoso de hallar en ese cine de terror presente, y
que ayuda a apuntalar la iconicidad en la pertinente personificación de David
Howard Thornton, imitador de ese “infierno” extendiendo sus malas agitaciones
gracias a una subalterna diabólica.
Mientras tanto, el director Damien Leone simula examinar la herida de perdurar a Art the Clown, y desdobla la alegoría sobrenatural que ya planteaba en ‘Terrifier 2’ (2022). Pero, nada de eso logra que el filme valga para nada más que ser lo más asqueroso y nauseabunda posible y, por supuesto, tomar medidas sobre el terreno para la inevitable ‘Terrifier 4’. Para quienes piensan que todo cuanto el buen cine de terror requiere es una exuberancia grotesca de sangre y matadero, entonces, es filme hoy señalado y analizado es exitoso.