lunes, 20 de noviembre de 2023

The Killer

 

David Fincher nos regala su reciente filme “El asesino”, un brillante thriller dividido en capítulos donde nos encontramos a un asesino sin nombre en el amplio sentido de la palabra. Basada en la novela gráfica escrita por Alexis Nolent e ilustrada por Luc Jacamon, y con guión de Andrew Kevin Walker (“Seven”), la película persigue los pasos a un hombre forzado a huir constantemente por un traspié adverso (no cometeré spolier).

La propuesta fílmica de Fincher restituye a los espectadores, al Fincher más fiel tras “Mank”, una cinta que destila iluminación más allá del elogio. De manera que Michael Fassbender —su regreso después de un tiempo de descanso—, da vida al asesino a sueldo que por culpa de nada más que el azar, comete un error, en una de sus “misiones”. Acto seguido, todo es una serie de eventos (“el destino es un placebo”, le escuchamos decir) que mantienen al espectador sumido en una serie de pasos casi que milimétricos de un asesino.

La exactitud pues lo es todo, y siempre que uno imagine y forje bien su labor —según una técnica de filiaciones y modulaciones—, se crea “un signo para sí mismo”. Pero como no siempre es así, el relato nos plantea de entrada que la primera víctima de nuestro solitario asesino esté encuadrada en una ventana, donde los cuerpos van de un lado a otro. Un fuera de campo que para el espectador, es cómplice de lo que está por venir.

Por otro lado, el personaje de Michael Fassbender y con absorbente control del gesto —que se repite una y otra vez las normas para seguir vivo y llevar a cabo su acometido—; de pronto son reglas algo inadmisibles de llevar a cabo, pero entre lo que escuchamos y lo que vemos, nos permite tener la sensación de que el asesino [me recuerda por instantes a la leyenda de Charles Bronson y sus venganzas] saldrá bien librado.

La cinta de David Fincher es pues todo un decálogo del cine de homicidas y sus ideas perturbadoras. Personajes lacónicos, insistentes controladores de lo existente, y eso es lo que hace “El asesino”. ¿Y el espectador? Aguarda que algo se consuma, porque su maña (la del habitante de sala de cine) es la de anhelar una lealtad esencial que puede confundirse con frialdad, descartando lo que no aporta sentido.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

“Triangle of Sadness”

 

La película “Triangle of Sadness” —zona del entrecejo según los interlocutores del filme—, de Ruben Östlund la titularía “Zoom lento alrededor del caos” en el sentido del caos de los seres humanos sin excepción social. Una película de múltiples lecturas que está dividida en tres partes (Carl y Yaya —peleando por dinero—, el yate, y la isla).

De todas formas, la vida sobre el dinero, es el eje central de esta película que divida en dos mitades, la primera parte plantea todo lo relacionado con lo que simboliza el dichoso dinero en personajes ya reconocibles por sus consideraciones, y la segunda mitad, esos mismos personajes sin dinero, para adentrarnos en la condición del ser humano. Partiendo de estas dos mitades, una de las primeras consideraciones sería y en el orden natural de las cosas buenas, ser rico es fríamente superior en todos los sentidos que ser pobre.

Y así se debate esta cinta, que conlleva muchas reflexiones en medio de situaciones del ser humano que necesitan de los pobres para estar bien y como muchas otras cosas que se suceden en lo absurdo. Estamos ante un filme sobre lo absurdo, sería la pregunta a formular. De pronto, no, pero aparte del amor, también la belleza y las categorías sociales, se involucran en ese sendero que es transitar siendo rico o siendo pobre. Östlund imagina el cine como un original mirador donde la cámara se circunscribe a extrañarse de todo.

Acerca de “Triangle of Sadness” como una narración fílmica vinculada al funcionamiento de las personas, independientemente de la capacidad de vínculo, de la recíproca responsabilidad de los unos hacia los otros, lo que cobra sentido como un indiscutible contrapunto de la temática tradicional del cineasta Ruben Östlund, es la estrategia (en tres actos) para argumentar tomas de posición.

Aportemos de la primera estrategia (el primer acto) la base sobre la reflexión final de la película. Las cavilaciones sobre el exclusivismo fílmico en sus aspectos metodológicos, de los que Östlund es un modelo paradigmático, y añadiremos la “cuestión del narrador”, es decir, cómo refiere el director el relato de “Triangle of Sadness” para que no renunciemos a dejarnos llevar por él (y esa es la idea).

 

domingo, 12 de noviembre de 2023

Fear the Invisible Man

 


Más que hablar de la película dirigida por Paul Dudbridge en sí, que dicho de paso, ni es mucho más y mucho menos sobre historias con guiños de thriller y de terror encabezados una intriga bien diseñada. Respecto a la idea del personaje del Dr. Jack Griffin hundiéndose en una vorágine de locura, de la cual no se exime sobre el final, pues invita a hacerse la pregunta ¿quién y para qué uno querría hacerse invisible?

Más de una vez pensaría que el humano desearía ser invisible sobre todo para “descubrir” asuntos de los cuales no tiene acceso, pero también en otras oportunidades para fisgonear. Y es que los humanos somos así. Como fuera, la puntada inicial del mito ya había sido dada. A partir de allí, una sucesión de películas se sucedieron, circunscribiendo una primera versión femenina: “La mujer invisible” de 1940, dirigida por Edward Sutherland, y candidata al “Oscar” por sus efectos especiales.

“El hombre invisible”, es una novela de acción que no da descanso, y se publicó por primera vez en 1897 y se ha transformado en una especie de mito moderno. Los orígenes del texto se remontan a 1897, a manos de H.G. Wells, famoso literato de leyendas de fantasía y ciencia ficción. El texto original se publicó en formato seriado en varias revistas de Pearson's Magazine y fue uno de los más espeluznantes en su momento.

Si tomamos en consideración que dialogamos del siglo XIX y que el planeta estaba principiando a cambiar de raíz a causa de los diversos adelantos tecnológicos que se estaban llevando a cabo —dos años antes se el cinematógrafo de los hermanos Lumière en París ya funcionaba—. La trama del escritor Wells, enchufaba bien con esa exploración de progreso por parte del hombre y que con su agudeza podía lograr cuanto quisiera.

Lo que se confronta a la concepción que trazó James Whale en 1933 con la originalísima adaptación del texto homónimo de Wells bajo el mismo nombre. Whale igual que en Frankenstein, pretende sin lugar a dudas humanizar a los monstruos y no concebirlos espantosos. Los esgrime como metáfora para manifestar al asistente que los auténticos monstruos somos nosotros mismos.



viernes, 10 de noviembre de 2023

Jeanne du Barry

Antes de ver “Jeanne du Barry” hoy a analizar, que quedé sorprendido por la mala crítica general europea, tras la proyección del filme en la inauguración del festival de cine de Cannes este año. En lo particular me parece un buen filme, nada plúmbeo y rigurosamente ambientado en la época en que sucedieron los hechos.

Jeanne du Barry o Madame du Barry (Maïwenn) fue una cortesana francesa y última amante oficial de Luis XV de Francia (Johnny Depp) en la corte de Versalles a mediados del siglo XVI. Y es a partir de una voz en off (de pronto con abultado detalles), advertimos cómo una cría, y luego adolescente de clase baja va escalando peldaños en el contexto social a partir de su atractivo, vivacidad y dotes de persuasión; hasta que acaba hechizando al monarca.

De manera que este drama biográfico y con acento intimista, y para la propia comprensión dramática de la historia y su ubicación en el palacio de Versalles; permite que estemos ante un relato a posteriori centrado en dos interlocutores con sus emociones y aventuras más internas que externas —desde la perspectiva del conflicto cinematográfico—. Además, el genuino protagonismo cohabita en esa ecléctica y a la vez, autosuficientes personalidades observadas.

Lo que se podría criticar quizá es no solo su timing en los primeros compases de la cinta, donde se conjetura el abandono de una serie de emociones escasamente acariciadas durante los compases de la infancia-adolescencia. También en otros bloques de tiempo y espacio. Quizá en su parte meridional.

De todas formas, el personaje principal femenino es abordado desde el punto de vista del guion con soltura y condición. Cuando escuchamos de Jeanne du Barry adolescente: “Es mi cuerpo”, ante la indicación de su madre de posar desnuda ante un artista, y desobedecerla; la voz en off más adelante señala y ratifica que frente a su idea de desvergüenza, no obstante que la llevó a donde quiso y como quiso, que: “…la hizo mujer y libre”. Y es que Jeanne du Barry ostentaba en su forma de ser, expresar con claridad a todo el mundo sus verdades y hasta mentiras para seguir haciendo lo que quería.

Y de eso trata el filme que permite con exaltación no solo los decorados de un palacio lleno de gente pero a su vez solitario —por aquello de los silencios—, sino que en ese discurrir del rey junto a su cortesana favorita, de igual manera, sus vidas y rutinas se van fortaleciendo, van fluyendo en uno u otro itinerario, hasta en esa ausencia de palabras frontales, de gestos directos, no repercuten en el dolor de la muerte, cuando esta aparece. 

lunes, 6 de noviembre de 2023

“Dejar el mundo atrás”: tráiler de la nueva película con Julia Roberts y Ethan Hawke

 

Un thriller apocalíptico será una de las grandes apuestas cinematográficas de Netflix para cerrar el año. Se trata de “Dejar el mundo atrás”, una película que será protagonizada por tres grandes de la actuación: Julia Roberts, Mahershala Ali y Ethan Hawke.

Esta película está adaptada y dirigida por Sam Esmail, basada en la novela del mismo nombre del escritor estadounidense de origen bangladesh Rumaan Alam.Fuente: https://elcomercio.pe/

Festival de Tokyo 2023: Premio Grand Prix - mejor película:Snow Leopard

 


Tokio.- La película “Snow leopard” (Leopardo de nieve, 2023), del director tibetano Pema Tseden, quien falleció este mismo año, se llevó el Gran Premio del Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF), en una decisión que buscaba homenajear también toda su carrera.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Los iniciados (cine colombiano)


En algún momento escribí sobre el film de los hermanos Orozco, “Saluda al diablo de mi parte”, que es un alegato a la Ley de justicia y paz en Colombia. Pero que, en clave de thriller, la historia (que por momentos resulta un poco redundante, barroca y demente), podría ser el noir más oscuro que jamás se ha hecho en el cine colombiano.

No muy distante de esa apreciación “redundante, barroca y demente”, podemos decir que “Los iniciados” (sobre el libro del escritor colombiano Mario Mendoza), es un poco de lo mismo. No es un mal filme del colombiano Juan Felipe Orozco, pero la estructura argumental de thriller en la primera mitad, adolece de algunas características del género, donde la investigación del reportero Frank Molina (Andrés Parra) sobre un asesinato, le faltó a mi parecer más información audiovisual. Además, creería que los primeros diálogos de la cinta lucen muy recitados.

Sobre el detective en este género y acerca de esa “sed del mal” manifiesta en la trama, algunos personajes transitan pesadamente entre el filo de lo ilegal para lograr sus propósitos. De manera que esta intriga criminal desarrollada en una ciudad Colombiana con una atmósfera pesada, bien fotografiada por Camilo Monsalve, nos transporta a un universo desintegrado, con encuadres que acentúan las características de los principales interlocutores.

Ahora, esta cinta colombiana que evoca el tono del misterio de ese cine distópico donde no se percibe una supuesta sensación de calma, en este contexto (y sobre todo el de culpa de Frank), el film colombiano, si bien, no te arrastra al interior de los personajes (reitero), es una historia que posee todas las características de un cine de autor con el ítem de un excelente reparto.¿Por qué queremos […] ver estos relatos una y otra vez? Una parte de nosotros llamémosla curiosidad morbosa o lado oscuro, desea explorar todos esos aspectos de la vida que nos asustan sin tener que afrontarlos realmente a la muerte o, lo que sería aún peor, enfrentarnos a nosotros mismos convertidos en asesino […] (Duncan, 2017, p.16).

A las observaciones en este tipo de cine colombiano (donde no hay muchas experiencias como tal), se necesita de guionistas más expertos en el thriller. Un género que gusta y que este era del streaming, ni hablar.