La película “Triangle of Sadness” —zona del entrecejo
según los interlocutores del filme—, de Ruben Östlund la titularía “Zoom lento
alrededor del caos” en el sentido del caos de los seres humanos sin excepción
social. Una película de múltiples lecturas que está dividida en tres partes
(Carl y Yaya —peleando por dinero—, el yate, y la isla).
De todas formas, la vida sobre el dinero, es el eje
central de esta película que divida en dos mitades, la primera parte plantea
todo lo relacionado con lo que simboliza el dichoso dinero en personajes ya
reconocibles por sus consideraciones, y la segunda mitad, esos mismos
personajes sin dinero, para adentrarnos en la condición del ser humano.
Partiendo de estas dos mitades, una de las primeras consideraciones sería y en
el orden natural de las cosas buenas, ser rico es fríamente superior en todos
los sentidos que ser pobre.
Y así se debate esta cinta, que conlleva muchas
reflexiones en medio de situaciones del ser humano que necesitan de los pobres
para estar bien y como muchas otras cosas que se suceden en lo absurdo. Estamos
ante un filme sobre lo absurdo, sería la pregunta a formular. De pronto, no,
pero aparte del amor, también la belleza y las categorías sociales, se
involucran en ese sendero que es transitar siendo rico o siendo pobre. Östlund
imagina el cine como un original mirador donde la cámara se circunscribe a
extrañarse de todo.
Acerca de “Triangle of Sadness” como una narración
fílmica vinculada al funcionamiento de las personas, independientemente de la
capacidad de vínculo, de la recíproca responsabilidad de los unos hacia los
otros, lo que cobra sentido como un indiscutible contrapunto de la temática
tradicional del cineasta Ruben Östlund, es la estrategia (en tres actos) para
argumentar tomas de posición.
Aportemos de la primera estrategia (el primer acto) la
base sobre la reflexión final de la película. Las cavilaciones sobre el
exclusivismo fílmico en sus aspectos metodológicos, de los que Östlund es un
modelo paradigmático, y añadiremos la “cuestión del narrador”, es decir, cómo
refiere el director el relato de “Triangle of Sadness” para que no renunciemos
a dejarnos llevar por él (y esa es la idea).