jueves, 2 de febrero de 2017

Lion (otra pelicula nominada a los "Oscars")



Estamos ante un filme excelente en su sentido máximo de llegar al corazón de la gente en la sala de cine. Con buena fotografía, pocos diálogos y una historia a la merced de nuestras actuales tecnologías para ir en la búsqueda de... Podemos señalar que es una película que se expresa a través de un melodrama. Y como buen melodrama en su construcción nos arrastra al comienzo por los senderos de la pobreza y lo inhumano en la vida de un ser humano.


Una segunda parte de este contexto es el asunto existencial de ese personaje llamado Saroo Brierly. Y si nos atenemos en un ritmo desigual en este apartado, el filme decae un poco en algunos pasajes, pero siempre tiene los ingredientes para levantar el interés de la trama (que está basado en un hecho real y que arranca en 1986). 

Desde el punto de vista cinematográfico y observando las tres partes de la estructura del guión según los consejos (aunque no me dé un consejo que yo me se equivocar solo), la historia en el sentido de reconstruir la familia y recuperar lo perdido es a mi juicio en los dos tercios finales, ya que lo primero se ordena como un prólogo melodramático.

De manera que se evidencia con claridad "gramatical" de donde parte y donde termina el melodrama. Un excelente ejercicio para los futuros guionistas, si es que pueden lograr realizar su guión. Alguna vez el cineasta Arturo Ripstein me aconsejo: "persistir sin esperanza". De todas formas inténtelo.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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viernes, 27 de enero de 2017

FENCES


Hay que decir de entrada que el actor Denzel Washington  (ha dirigido dos filmes: “The Great Debaters” (2007) y “Antwone Fisher”, 2002) realiza esta historia que tiene lugar en la década delos años cincuentas y gira en torno a una estrella afroamericana del béisbol americano que por circunstancias de la vida se ve forzado a trabajar recogiendo basura.


Una historia pues en apariencia normal, pero que en su ideología plantea aspectos fundamentales sobre las desilusiones de la vida cuando los sueños no se cumplen. Por eso — y perdón por el spoiler—, Troy (Denzel Washington) no quiere que su hijo Cory (Chris Chalk) busque una carrera como futbolista profesional.


Ahí estaría la clave de un discurso universal, que acotando además sobre la barrera del color que existía en los deportes profesionales en los años cincuentas en los Estados Unidos, todo se circunscribe a un choque entre emociones y realidades en este contexto por demás algo dramático.

Cargada esta cinta de diálogos extensos, y la música original de Branford Marsalis es otro de los encantos de esta película, con buenas intenciones y una moraleja para no olvidar: “En la vida humana solo unos pocos sueños se cumplen, la mayoría se roncan” (Jardiel Poncela).


Gonzalo Restrepo Sánchez

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jueves, 26 de enero de 2017

Arrival

El canadiense Denis Villeneuve (“Sicario”) se ratifica como el cineasta capaz de, al menos, proponer nuevas ideas en este tipo de género que tiene tantas obras maestras e inolvidables (“Encuentros cercanos del tercer tipo”, de Spielberg). Es así como el cineasta en medio de alienígenas nos “habla” de otras vidas y la vida misma en el sentido del tiempo. Sin tomar como referente el icónico filme de Robert Wise, The Day the Earth Stood Still (1951)




Excelente filme pues nominado a los "Oscars" a mejor filme, donde con un centro de gravedad en la gramática (a la intención de los lingüistas que siempre leímos) cristaliza en los primeros tercios del guion una verdadera fascinación en los encuentros futuros (o cercanos) de quienes viven en otras galaxias. 


Conclusión: dotado de un poderoso sentido visual,el cineasta nos deja en nuestras mentes que estamos atados al tiempo (como se escucha al comienzo de la cinta) y un futuro no tan distópico como estamos acostumbrados a ver (eso se agradece en esta cinta). Filme altamente recomendado y Adaptación del relato corto "The Story of Your Life" del escritor Ted Chiang, ganador de los reconocidos premios de ciencia ficción Hugo y Nebula. 


Gonzalo Restrepo Sánchez

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miércoles, 25 de enero de 2017

Manchester by the Sea


Excelente film que arranca tranquilo y sosegado en una locación frente al mar, pero que sin darnos cuenta (ante un excelente “timing”), de pronto nos adentramos en un contexto tan dramático —y tan universal a la vez—, donde el personaje Lee Chandler es el motor de búsqueda emocional, para que el espectador sienta que de pronto, debe liberar alguna “culpa” que lleve aún en su corazón.



Con base en lo anterior, quiero significar que la película soporta a su capacidad de ofrecer una expresión de sentimiento vivo, indagando el impacto de la infelicidad y la rutina en la vida y en un entorno de convicciones y ambiciones sencillas en el personaje masculino de Lee, mediante el recurso del flash back en lo cinematográfico.


Ahora la idea está en descubrir qué es Mánchester entonces. Con base en lo observado, y como ese proceso de alternativa entre pasado y presente; un “lugar” (lleno de paz) donde solo habita el reencuentro con uno mismo. De pronto, esta metáfora debería llevarnos a pensar en un pequeño Manchester en cada uno de nosotros, ya que entre culpas y reencuentros todo se puede superar (ese final bello del film entre ("pescadores", pero de paz interior).

Gonzalo Restrepo Sánchez

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jueves, 19 de enero de 2017

Frantz


Si en mejores momentos del drama cinematográfico son aquellos en los que no hay nada que decir (en el cine abundan los ejemplos, aunque de pronto más en los filmes de los años treintas), qué duda cabe que en esta extraordinaria película de  “Frantz”, François Ozon se inspira en ello y con una elegante escritura visual, adapta una obra de Maurice Rostand, a la vez que regresa a la cinta de Lubitsch “Remordimiento”.


Y es que la historia en este caso específico, nos “habla” con acento y estilo cinematográfico (rodada en blanco y negro) del sentimiento de culpa de un soldado francés que mató en la trinchera a un ser que consideraba en su interior —por ventura— mucho más allá de lo insospechable.

De manera que esta historia, luce algo (o muy) íntima si tenemos en cuenta que los personajes ejes de la historia: la novia del difunto, Anna —que la radiante Paula Beer interpreta en delicados sentimientos—, Adrien (Pierre Niney) y Frantz (Anton von Lucke) añaden “dejar ver sus pecados”, con algo de enigma, delicadeza y desgarro (que no descaro).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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martes, 17 de enero de 2017

Hacksaw Ridge


Hay que quitarse el sombrero a Mel Gibson en esta nueva película de carácter bélico donde no decae su interés en ningún momento, para hablar de, no solo un hombre llamado Desmond Doss (un Andrew Garfield que lo caracteriza a la perfección)  y su infinita fortaleza en Dios y bondad hacia los demás, sino a la larga una metáfora para estos tiempos en que vivimos, donde bien valdría la pena (sin ego alguno), tener la fortaleza “salvar” más de una vida de tanto en contra para un buen sentir a Dios (una guerra es ir en contra de Él).


Pero al margen de esta condición religiosa de mi parte, qué duda cabe que estamos ante una cinta cargada de buen criterio cinematográfico y de un realismo si se quiere extremo, para acentuar con mayúscula la construcción de secuencias con rigor para no poner en tela de juicio a Dios ni a Doss (su saber religioso y sus ideologías —como objetor de conciencia—no le frenaron la idea de embarcarse en ayudar a su país como médico).


Este es un filme para elogiarlo desde todo punto de vista. Pero de pronto lo que más puede llegar al corazón de todo espectador sobre el personaje Doss, donde Gibson recrea su infancia, adolescencia, su enamoramiento juvenil y un pasado nebuloso que vivió a causa de un padre alcohólico (hundido por recuerdos de un conflicto bélico mundial), es una condición de “elegido” para salvar vidas, pero si lo quiere ver más crudo, el valor de enfrentar tanta “bala y bomba” (entienda la metáfora).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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viernes, 13 de enero de 2017

MOONLIGHT (¿La sorpresa en los "Globo de Oro"?)


Barry Jenkins es un desconocido cineasta, que en esta oportunidad examina la vida de los jóvenes gays negros en entornos sociales difíciles adscritos a la vida social norteamericana. Pero no es una reflexión sobre lo social en el mundo gay, es una puesta en escena donde la vida interior del personaje (sin guiño a película alguna parecida) marca el derrotero de descubrirse a sí mismo, y es que, el cineasta esquivando con sabiduría los chiches de autodescubrimiento en este tipo de personajes homosexuales, logra acertar en el interés por la historia.


Lo válido y observable en la cinta y sobre todo en el personaje principal en ese camino de la búsqueda de identidad —de pronto con algunos simbolismos— no es precisamente el rechazo de la gente o no; es una condición a la incomprensión de su madre, sus demonios interiores y sus contemporáneos a su alrededor. Todo para señalar que su condición gay no bifurca en nada ajeno a su realidad, sino los conflictos de un personaje (o sociedad) en medio de una sociedad (o individuos) como la afroamericana, que es considerada desde siempre por algunos como conservadora. Esto si tenemos en cuenta que antes de la Guerra Civil (1860-1865) los esclavos africanos del sur de los Estados Unidos vivían en una sociedad cristiana.

Pero bueno, una película seria, que con una cámara firme y serena, plantea en su ideología un "cosmos" como la vida gay, que no pertenece a una sola raza y que como seres humanos que somos todos a la larga, la vida es así, y, en este caso de la raza negra, sin la dicotomía que se establece entre la tradición espiritual africana y los actuales modelos materialistas de interpretar la significación cultural de ellos.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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