miércoles, 10 de julio de 2013

UNA CANCIÓN PARA MARIÓN


Ya lo he manifestado en más de una ocasión: "La vida sin la música en un error". Esta sentencia de Nietzsche, es válida para todo ser humano, que en medio de tribulaciones aun, puede sacar lo mejor de sí. Esto es lo que nos quiere decir esta película canadiense  del 2012 con un Terence Stamp y una Venessa Redgrave muy metidos en sus vidas, pues ellos ya son ancianos, y, nos revela una historia buena, aceptable, pero que a nivel de guión creo necesita una mirada a veces no tan silenciosa de los reconcomios interiores, cuando la vida se acaba.

De todas formas, estamos ante una propuesta que hemos visto en otros films relacionados con la vida en la vejez ("Candilejas", "Amor" o "Umberto D"). Esta no es que marque diferencia alguna, pero tiene en muchas escenas el sentido del humor, sin perder la idea de envejecer con dignidad.

¿Qué se puede hablar más del tema? Por supuesto, pero lo que no podemos evadir es que huimos de la muerte caminando hacia ella. En ese tránsito, lo mejor es pensar que la vida, a pesar de todo, bien vale la pena vivirla.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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