jueves, 27 de septiembre de 2018

El depredador de Shane Black


Predator es la nueva película de la saga Depredador. Llega dieciocho años después de la última entrega de la serie. Shane Black es el director del filme, quien ha escrito el guión junto a Fred Dekker. Y en honor a la verdad, resulta un filme fallido, pues los intereses de los protagonistas a más de dispares, el tono no es el esperado.


 La primera aparición de Predator (Depredador) fue en la película homónima de 1987, para muchos se convirtió en un filme de culto que ha dado como descendencia un linaje de novelas o cómics basadas en el universo creado por Jim Thomas y John Thomas. Por supuesto, también llegaron secuelas como Depredador 2, Alien vs Predator, Aliens vs Predator: Requiem y Predators.

De manera pues que la cinta no supera a ninguna de las anteriores en ningún sentido, donde los héroes se pierden en la mente del espectador, e incluso en el tratamiento cinematográfico. Poco pues que comentar de un filme para el olvido.

jueves, 13 de septiembre de 2018

UN ASUNTO DE FAMILIA (Manbiki kazoku)



La película “Un asunto de familia” del coreano Kore-eda, Palma de Oro en Cannes y uno de los favoritos al Oscar tras su triunfo en el festival francés, trata de Osamu y su hijo, quienes dedicados vagabundear con pequeños hurtos (para comer) encuentran una niña en pleno ambiente del frío oriental. Tras recogerla y llevarla a casa. La esposa de Osamu no está de acuerdo con la decisión, pero finalmente accede cuando surgen las dificultades de la niña, en un claro eco a Dickens.

El asunto cambia cuando a través de un accidente, se ponen a prueba aquellos lazos que les unen como seres humanos que son. Y es que esta magistral historia, plantea que no existe nada más conciliador en el interior del espectador de cine, cuando su conciencia y su pesadumbre son manejadas en la trama desde el punto de vista del niño y los ejemplos abundan en el cine desde aquella cinta “El chico” con Charles Chaplin.
Aunque un paradigma como anillo al dedo es la película del mismo Chaplin, “The Tramp (Charlie on the Farm”). El personaje representa la desdicha humana, no porque el personaje simboliza la desdicha humana, no porque él quiera ser infeliz, sino como resultado de un entorno hostil. La mayoría de sus películas muestran dos situaciones paralelas y contrapuestas (como la del coreano que hoy traigo a la columna). Los guiones no se limitan a un enfrentamiento de clases. Charlot intenta abandonar la marginalidad, pero, cuando lo consigue, tampoco encaja en el mundo de los ricos. Por tanto, se convierte en un personaje discriminado.
Y es que las aflicciones, si bien parecen girar en un universo sin ley y conseguir todo aquello que se desee, la premisa de darle al pobre lo que tiene la gente más adinerada, ha sido también otro corolario a la hora de observar los desiguales roles sociales no solo en el cine sino en la vida social. La película “Los olvidados” de Luis Buñuel, es un claro paradigma de ello. No hay que escudarse en el cine para tocar todos estos temas de actualidad, pero es que este medio y el espectador solo frente a la pantalla (que no es otra cosas que su propio interior) desnuda sus propias cuitas.
En este sentido, ¿atravesar la frontera de lo ficticio dónde queda? Pienso que por el protagonismo compartido entre espectador y “ese niño” (que es él a la larga) todo queda latente sin límite alguno. Y es que para las historias de familia y seres desprotegidos, engendran (y no sé por qué) las primeras dudas éticas que surgen y girarán en torno a la vida misma.
Sirva pues el cine para desarrollar en el campo de la vida social, todo ese espeso tema de la exclusión social y seres marginados, donde nadie se toma la molestia de nada. En los niños, la ingenuidad infantil habla de la indulgencia y ahí hay que aprender la condición del ser humano.
De manera pues que este tipo de cine, bien amerita ser tenido en cuenta, no es que “no voy al cine a ver sufrir”, como algunos espectadores señalan. En este sentido no se puede opinar de lo correcto e incorrecto. Hay que tener conciencia de lo mucho que enseña, no obstante, este cronista piensa que la vida con incertidumbres, siempre invitan a buscar soluciones donde en apariencia no existen.
El escritor norteamericano Trenton Lee Stewart señala un excelente escolio que: “Debes recordar que la familia nace a menudo de la sangre pero no depende de la sangre. Tampoco es exclusivo de la amistad. Los miembros de tu familia pueden ser tus mejores amigos. Y los mejores amigos, estén o no relacionados contigo, pueden ser tu familia.”.

Gonzalo Restrepo Sánchez 
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miércoles, 5 de septiembre de 2018

BOOK CLUB



Siempre he considerado que a la ciudad no llegan todas películas que uno quisiera y mucho menos los libros para poder leer. Pero bueno, ese es otro tema para debatir. Y es que observando en las noticias filmes que nunca llegarán, tropecé con “Book Club” del cineasta Bill Holderman. Sostiene la crítica internacional que es una cinta de consumo cargada de clichés. Sin embargo, aparte de si es o no una buena cinta, no deja de ser sugestivo lo que propone no solo para la edad mayor, sino para los jóvenes.


El asunto va de cuatro grandes amigas han cambiado sus vidas para siempre después de leer "50 sombras de Grey" en su club de lectura mensual. Diane (Diane Keaton) ha enviudado recientemente después de 40 años de matrimonio. Vivian (Jane Fonda) disfruta de los hombres sin ataduras. Sharon (Candice Bergen) lleva décadas batallando con un divorcio. Y, por último, Carol (Mary Steenburgen), está en pleno aprieto con su matrimonio de 35 años.
Este es el punto de partida del filme “Book Club”, una divertida comedia en la que cuatro amigas de siempre, verán cómo sus vidas dan un giro imprevisto y divertido cuando en su club de lectura abordan el controvertido texto de “Cincuenta Sombras de Grey”. Este best seller erótico hará alentar “viejas llamas”, inspirándolas a ayudarse mutuamente, para hacer de su próximo capítulo el mejor de su vida.
Historia pues para reflexionar y como siempre he sostenido, tenga la edad que tenga el ser humano, debe tener proyectos de vida. No hay que dejarse amigo lector a esperar que suceda alguno de los cuatro casos que ocurren en la película para reunirse en torno al libro. Y creo que esa es la idea vital. Pero no es un caso para la gente adulta. Preocupa en una sociedad como la samaria, que la gente joven lea poco y no vaya casi al cine.
Lo anterior, lleva a esbozar la conjetura de que el proceso de individualización  (o estructuración de la identidad en la etapa adolescente), estará manifiesto en gran parte, por las interacciones con las demás personas (incluso sea presenciales o virtuales) y por las formas de apropiarse y usar los objetos de consumo (sean estos reales o alegóricos) en un argumento cultural determinado. “En ese sentido, el “consumo” en la sociedad actual amplía considerablemente su parentesco original —entiéndase socioeconómica— extendiéndose hacia el campo de las identidades y significados sociales”.
Con base en lo anterior, pienso que “el gusto” hacia el cine y la lectura, obedece a que, entre los jóvenes existe un dispositivo cultural (no quiero discriminar) que les aleja y no quiero escrudiñar ello, sino más bien empeñarse en crear un nuevo “capital cultural”.
Estas tesis, provenientes de la sociología de la cultura, si bien son útiles para explicarnos los cambios en la redistribución y apropiación de los bienes de manera masiva en la sociedad actual, hay que buscar en la familia y en una sociedad como la caribeña, qué sentidos sobre los esquemas de percepción simbólica como el gusto,  hay que generar para el cambio y asentar las bases para un nuevo capital cultural. ¡Es urgente!
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Gonzalo Restrepo Sánchez

sábado, 4 de agosto de 2018

PÁJAROS DE VERANO (A LOS OSCARS)



Sobre el tema de la bonanza marimbera en la literatura colombiana, se pudo verificar y leer en “La noche de las luciérnagas” del escritor José Cervantes Angulo, por allá en 1980. Y en el cine, sin lugar a dudas el reciente “Pájaros de verano” (Ciro Guerra, Cristina Gallego, 2018).


Con cinco capítulos de esta historia ambientada en la Guajira, nos recrea a través de una familia Wayúu, los pros y los contras de aquella bonanza y caída del  tráfico de la marihuana en los años setentas y ochentas, amén del enfrentamiento a muerte entre hermanos de la misma tribu guajira.

Con un toque a mi juicio a lo Tarantino, la pareja de Guerra y Gallego utiliza el personaje de Rafael (su esposa, hijos y paisanos) para optar por una narración poco pausada, sin excesivos planos fijos que recrean las miradas de sus personajes y aspectos sobrenaturales guajiros con muchos silencios que expresan más que todas las palabras del mundo y un interés por los detalles que hace que las amenazas y la violencia entre los interlocutores, siempre amenazan con salir a la luz en cualquier momento de cada capítulo de la historia en esa árida tierra.

Y es que las tensiones ancestrales derivadas de la cultura aborigen guajira y los conflictos internos, tienen ese carácter profético que se pueden palpar en cada fotograma, sin necesidad de recurrir a demasiados diálogos. Sin ser una obra sensacionalista —y polémica—, lo cierto es que sus directores han sabido combinar con tacto y sin extremo escrupuloso, la vida maldita de casi todos los personajes, dando lugar a una película verista y cargada de buenas intenciones que esquiva, dentro de lo posible, recrearse en los terrenos más espinosos y sangrientos (que los tiene) de una historia con escenas violentas y nada aleccionadores.

La cinta “Pájaros de verano” sin apenas transiciones en los saltos temporales, no titubea en mostrar la inestabilidad y las debilidades de unos personajes heridos e imperfectos —sin la disposición además para ganarse nuestra complicidad como espectadores—. Además, la relación  entre casi todos ellos sin luchar contra sus demonios internos —de un bando y otro— se construye a la larga sobre una punzante verdad: la venganza.

Filme pues que no dejo de recomendar y que lo atractivo de la película no anida tanto en la trama como tal, sino más bien en la excelente recreación, sensibilidad histórica y estilística de un país como el nuestro: un conflicto cultural que, además, borró a muchas familias guajiras por venganza. 

Gonzalo Restrepo Sánchez 
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sábado, 28 de julio de 2018

Mission: Impossible - Fallout



Ante esta sexta entrega de la saga observada en una de las salas comerciales de la ciudad, pues no cabe otra idea que estar atento de principio a fin a una acción trepidante de un señor como Ethan Hunt (Tom Cruise) teniéndonos acostumbrados a sus inverosímiles situaciones, que uno sabe no ya qué formular de tanta buena suerte en sus muchos tropiezos y situaciones.


Para empezar, cabe decir que todo es una lucha contra reloj en un guion que hay que reconocer es bueno, aunque se pasa de un  lugar a otro (París, Londres y Cachemira) con un atrevimiento en las transiciones, que de repente uno no se ubica, pero esto no es a la larga nada, para tanta acción descrita en la pantalla.

En todo caso, lo que diferencia esta nueva saga de “Misión imposible”: son las siete vidas (por decirlo de alguna forma) de Hunt incorporadas a la narrativa. Por lo demás, continúa el villano y que es alguien que hemos visto antes (Sean Harris en “Rogue Nation”). Además las máscaras, en apariencia una artimaña tonta, las motocicletas a alta velocidad y el esquivar helicópteros (aunque supongo que es para mostrar más el paisaje de las bellas locaciones del filme).

Respecto a la dirección de la cinta, el cineasta McQuarrie prefiere que la historia hable por sí sola, en lugar de imponer su estilo como otros cineastas (un John Woo por ejemplo). El director encuadra no solo la imagen, sin dejar nada por encima de los personajes, sino que a lo largo de  lúcidas acciones (de buenos y malos personajes), hay que sorprenderse y divertirse de las composiciones musicales, con fuerza para mantener la cabeza en alza, sin dejar escapar desilusiones o lamentos de impotencia y extenuación que no serán epitafio para Ethan Hunt aún.

Y es que, si bien tiene “Misión Imposible – Repercusión”, ingredientes un tanto discutidos (situaciones poco verosímiles), en otras manos podrían haber producido un trabajo efectista y polémico. Lo cierto es que su director ha sabido disponerlos con tacto y elegancia, dando lugar a una película agradable y saturada de buenos designios que soslaya (dentro de lo posible) divertir en los terrenos más altos del cine de acción.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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lunes, 23 de julio de 2018

Skyscraper (Rascacielos: rescate en las alturas)


No es la primera vez que se dirige un filme sobre un rascacielos (“El coloso en llamas”, de John Guillermin e Irwin Allen, 1974 y “Jungla de Cristal” de John McTiernan, 1988). Pero creo que esta reciente película “Skyscraper” (con el actor Dwayne "The Rock" Johnson) cubre todas las expectativas de ese cine comercial y taquillero.

Con una acción trepidante de principio a fin, la película cumple en primera instancia la simpatía hacia “The Rock”. Si bien la historia en sí es sencilla, tiene todos los clichés de los tiempos fílmicos que vivimos de los blockbusters y, sin pretender reinventarlos. 
De todas formas, sí me parece que hay una evocación a los filmes antes aludidos sobre rascacielos. En el clásico con Bruce Lee, la famosa escena de la galería de espejos y por la ambientación oriental, y todas las habilidades marciales, amén del concepto de catástrofes a los años setentas que tanto me fascinaron.
The Rock (posiblemente al igual que Bruce Lee) vuelve a sus orígenes, con el ítem de peleas, retos malabaristas y diálogos a veces divertidos. Pero es que la película cargada de evocaciones, también nos permite recordar algo de “Towering Inferno”, de “Die Hard”, como parte de la cantidad de clichés de Hollywood que un espectador alfabetizado en estas lides puede comprender.
De todas formas, bien se puede y a modo de conclusión, señalar cómo ha sido la evolución del héroe en el cine de Hollywood. La construcción psicológica del héroe se ha ido renovando (al igual que algunos elementos del filme), dependiendo —claro está— del tiempo histórico en el que se desarrolla, e igual a una sociedad que ha ido evolucionando —en paralelo a los autores— que la imaginan y suponen.
La existencia de ese personaje, al que se designa héroe, posee dos de los elementos esenciales que hacen parte de este modelo actancial: “La película clásica de Hollywood presenta individuos psicológicamente definidos que luchan por resolver un problema claramente indicado o para conseguir sus objetivos específicos; y la historia que termina con una victoria decisiva o una derrota, la resolución de un problema o la consecución o no consecución clara de los objetivos. (Bordwell, 1987, p. 156).

Así que ver “El rascacielos” es verificar lo antes enunciado y sobre todo como “un hombre de acción. En el primer acto establece su objetivo, en el último lo alcanza. Todo lo que tiene lugar entre estos dos actos es una prueba de fuerza” (Bordwell, Staiger & Thompson, 1997, p. 17). Y es que el actor apodado “La Roca” lo consigue sin lugar a dudas.
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Gonzalo Restrepo Sánchez

sábado, 21 de julio de 2018

GLASS (CRISTAL)’: TRAILER DEL FILME M. NIGHT SHYAMALAN



‘El protegido’ (2000), M. Night Shyamalan narró la historia de un hombre tan obsesionado con encontrar a un héroe que se convirtió en un villano. En ‘Múltiple’ (2016), vimos cómo un hombre luchaba contra sí mismo para, finalmente, dejar libre a la bestia. Ahora, en ‘Glass (Cristal)’, el héroe, su némesis y la nueva amenaza, se verán las caras en una tercera entrega que, casi sin que nos demos cuenta, se ha convertido en uno de los títulos más esperados de la temporada.


Glass (Cristal)’, escrita y dirigida por M. Night Shyamalan, volverá a contar con la producción de Jason Blum para Universal y tendrá a como protagonistas a Bruce Willis, Samuel L. Jackson, James McAvoy, Anya Taylor-Joy y Sarah Paulson. Llegará a nuestras pantallas el 18 de enero de 2019.
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