El enorme éxito de
'Avatar', él título que lidera el top de películas más taquilleras de la
historia, no trajo consigo una rápida secuela. De hecho, 13 años hubo que
esperar hasta el estreno de 'Avatar: El sentido del agua', pero va a tocar
tener mucha menos paciencia para poder ver 'Avatar 3' y comprobar qué planes
tiene James Cameron para esta arrolladora franquicia de ciencia ficción.
El 19 de diciembre de
2025 es la fecha de estreno oficial elegida por Disney para el estreno de
'Avatar 3' en cines. Es decir, se retrasa un año respecto a lo que estaba
previsto cuando la segunda entrega llegó a las carteleras. En principio, el
estreno no debería sufrir más cambios -el propio Cameron se ha mostrado optimista
al respecto-, pero su fecha de lanzamiento se ha movido en tantas ocasiones que
uno ya no puede estar seguro de nada.
"The Ballad of Wallis Island" del director
James Griffith es una comedia a fin de cuentas sublime y encantadora. Esta cinta escrita por los guionistas de la película: Basden y Key, jamás dan una pista de su sencillo
origen. La película nos fascina con su humor supuestamente abierto, y un cuadro
de melodías folclóricas originales y apasionantes, y su fervor por el extraordinario
ambiente.
Cuando el músico folk Herb McGwyer (Tom Basden) llega a
la rancia isla de Wallis, cree que viene a tocar un concierto íntimo para
algunos entusiastas admiradores. En contexto, el concierto es a la larga para
un hombre: Charles (Tim Key). Charles dos veces ganador de la lotería, vive en
una finca inglesa, y es un gran admirador del antiguo dúo folk de Herb: McGwyer
y Mortimer. La idea de la comerciante local de la isla, Amanda (Sian Clifford) asimismo
está suscrita a todos los demás personajes observados, aunque nos refiere buenos
enunciados e ingeniosos.
Lo primero que resaltaría de este británico filme es queel curioso humor y el
patetismo inglés encumbran sus voces en una dócil armonía en esta apasionante
comedia de James Griffiths.Si bien, el guion es imperceptiblemente fuerte, se toma
una o dos liberaciones con la trama, sobre todo la manera en que Michael se excluye
de la ecuación en una etapa temprana del argumento, y observamos muchos gags
visuales.
Varias cosas: más allá del diálogo, las canciones interpretadas
por el dúo (escritas por Basden), son de un encanto y folclóricas, y esencialmente
memorables, si bien, en realidad son las letras las que cuentan. Una vez más la
música (acompañada de una buena iluminación) es protagonista para los estados
de ánimo. De todas formas, pienso que hoy día y para que desiguales tipos de
espectadores quienes se sientan representados, estamos ante un cinemodelo, per se, que no es errado, y muchos son los paradigmas
en la historia del cine de películas que agrupan una enorme cantidad de ideas
con cohesión y profundidad (en este caso,intentando exasperadamente salvaguardar aquellos “conciertos
de sus ensueños” (prefiero no cometer spoilers).
“Hombres con H” (en su idioma original: “Homem com H”) es la película de Netflix que se centra en un personaje como Ney Matogrosso, uno de los artistas más reconocidos y respetados de Brasil. Así que, protagonizada por el actor Jesuíta Barbosa, la cinta se presenta como una atrayente alternativa del cine biográfico en el catálogo de la plataforma de streaming.
Las biopics nunca han dejado de ser una fuerte muestra en las producciones brasileras en los últimos años. Es ineludible repasar en el subgénero sin dejar de acordarse de “Todavía estoy aquí” (2024) y el primer Oscar en Brasil, pero, esta historia viene de mucho antes en esas décadas de la historia diría que musical. Para de este tipo de largometrajes, las narrativas sobre cantantes, músicos y bandas de música, siempre, han sido un punto destacado por su atractivo para el público.
Esta película escrita y dirigida por Esmir Filho y con base en el primer plano de un niño estamos frente a una historia retrospectiva (parte de 949) del famoso cantante y artista Ney Matogrosso, a partir del cual entre el pasado del niño y el presente de Ney cargado de censura, nos revela historia de un ser humano cargado de su convicciones en todo orden social y hasta psicológico.
Una película pues que independientemente de la postura que tengamos sobre todo lo observado, estamos frente a la exaltación de una vida cargada de más que propósitos de un personaje, la lucha de todo ser humano por alcanzar sus sueños y realidades.El prólogo —por llamarlo de alguna manera—, previo a la decisión personal del artista y personaje, peca un poco de exceso y exposición precisamente de una voz del padre de Ney, que, resulta esa contraposición torpe y chocante con el desarrollo posterior de una trama sencilla, basada en el poder expresivo de la imagen.
La interpretación del actor Jesuíta Barbosa no descansa en la imitación. Su edificación es magnética, precisa, gestual. “El cuerpo reemplaza al discurso”. Los movimientos, los mutismos y las miradas acomodan una expresión propia que escapa de toda transcripción fiel. En ese sentido, la puesta en escena, el maquillaje, el vestuario no adornan, sino que proceden como disconformidades de una identidad que se testifica en la diferencia.
Por último, la música en esta cinta planteadapara las más puras de las emociones de un ser humano, hasta las más adversas o chocantes, que cuando se amplifica algunas imágenes en ese paisaje tan aceptable y a veces agreste en que habitan estos personajes, todo nos acerca a dos cosas más: un elemento clave como el montaje, con distintiva fluidez y las prolongadas circunstancias de un personaje que en la cultura brasilera es una mirada original.
La película biográfica de Franz Kafka de Agnieszka Holland
"Franz", que tendrá su estreno mundial en la sección de Presentación
Especial del Festival de Cine de Toronto, ha estrenado su tráiler.En una entrevista
exclusiva con Variety, Holland, la directora de películas nominadas al Oscar
como "Angry Harvest", "Europa Europa" y "In
Darkness", explicó cómo tomó forma la película y su versión de Kafka,
mejor conocida por "La metamorfosis", "El proceso" y
"El castillo".
Para esta película habría que inventarse un calificativo,
los españoles dirían “una chorrada”, en nuestro medio “mala no es palabra”.
Otra cosa que también llama la atención es que nunca antes había visto un personaje
tan malo en la filmografía de Idris Elba. Pero, creería que el dinero que le
pagaron por este filme debe ser bastante considerable.
“Jefes de Estado” está adaptada en una realidad disyuntiva,
donde los líderes mundiales (del Reino Unido y Los Estados Unidos) son verdaderamente
magnánimos. La película nos presenta al presidente de los Estados Unidos, Will
Derringer (Cena), y al primer ministro del Reino Unido, Sam Clarke (Elba),
donde Will es una ex estrella de acción de cine, cuyo gracia y condición magnánima
lo han llevado a ser una celeridad exitosa. Sam, por otro lado, se ha resentido
emocionalmente, ya que sus índices de reconocimiento no le han hecho ningún
favor.
De todas formas no hay mucho que decir o escribir. “Jefes
de Estado” está dirigida por Ilya Naishuller (“Hardcore Henry”), un graduado de
ese linaje superlativo-divertido-perspicaz de la academia cinematográfica de
cinema stunts que también matriculó a la mayoría de los tipos que dirigieron la
era de espías con Roger Moore y sus sucedáneos. Inclusive, hay un instante en
una escena de persecución en el que la cámara se mueve para seguir a un par de
vehículos que toman una curva cerrada a alta velocidad, luego se detiene en un
grupo de monjas que se persignan (generando una posible risa a un absurdo).
La película pues es una comedia de bufonadas que se
detiene fugazmente para los instantes de los interlocutores, algunos de los
cuales, son genuinamente joviales o patéticos. Pero, que sus enemigos están especialmente
interesados en alcanzarlos a través de Europa después de que el Air Force One
es tumbado por mercenarios que trabajan para el personaje de Considine, cuya
organización no queda muy clara por el guion.
La tontería sigue prosperando a medida que mejora la
película, hasta que en el tercio de la trama parece estar estimulando los términos
de hasta dónde puede se puede “extender la credulidad”. Y comienza a expresar una
mirada haciendo referencia a sus conformes clichés y la acción se vuelve más enloquecida.
Todo culmina en una persecución de autos efectivamente frenética que pone a
prueba los términos de la lógica, la física y la participación posible de dos
hombres de mediana edad. Punto final.
Al precisar en primera instancia es que esta
nueva versión de "Superman", es que algunas anteriores dejaron “la vara bien
alta”, esta versión del siglo XXI no desmerita en nada a la saga, antes, por el
contrario, deja la sensación de que estamos ante un buen filme y un director que
se esmera por satisfacer todos esos mitos del hombre de acero. Y si hay algo
que le da brillo a su quehacer es Lex Luthor (Nicholas Hoult), el personaje
excelentemente caracterizado por su perversión en esta entrega.
Si bien, pudiéramos empezar señalando cierto distanciamiento al argüir que
estamos ante unos héroes esplendorosos (prototipos y clichés), cuentos
sencillos, escenas de acción establecidas por equipos de postproducción con
ayuda de IA generativas, valores estadounidenses ataviados de universales, y un
sentido de la justicia paternalista que ampara un intervencionismo específico.
Superman se aparta aquí del tono mesiánico: deja de ser un dios angustiado y
sombrío, como en otros tiempos, para hacerse mortal, aunque, sea un alienígena
—en vínculo directo con los cómics que le proveyeron fama.
Con una gran Lois Lane (Rachel Brosnahan). Este nuevo Superman (con el
encanto de David Corenswet), es un hombre bonachón y a la larga del campo (por
lo de sus padres), nada desolado, pero algo irónico y una época que no
revertirá. Y con un tenue fondo de parodia de sí mismo, afectuoso y cercano
como aquel Superman de Christopher Reeve, y con Richard Donner como director y
música de John Willians, ya saben. Este nuevo Superman igualmente se nos hará
cordial y expresivo.
En lo estrictamente cinematográfico. Aquí tenemos una disposición típica de
su director James Gunn: para los interiores, luces bajas, profundidad de campo,
distancia entre el sujeto y el fondo —y debe serlo por la suntuosidad de ese
habitus—. Cualquiera de aquellas zonas, sobre todo con poca luz o de ángulos
ocultos sería una agraciada iniciativa para que apareciesen todos los “malos”.
Pero, para los planos exteriores: toda la luz y con un componente quizá de
comedia negra, que llega del combate brutal entre la maquinación digital y la
violencia real.
Todo lo que advertimos y observamos es ¿el curso del argumento? El universo
digital ya no es una invención tecnológica por la que pueden ingresar
visitantes de un espacio a otro; es un paradigma que ha transfigurado al mundo
real. Lo que percibimos aquí es un todo un universo desvelado en plena aurora,
con un aire de líneas futuristas en decoración, interiorismo, diseño gráfico
arquitectura. El filme “Superman” (2025) nos cae simpático, y de la misma
manera complaciente cuando observamos a ese perrito de capa roja como
Krypto.
Hay
ganas de xenomorfos, ¿verdad? Pues estamos de enhorabuena: tras la compra de
Fox por parte de Disney y el estreno de Alien: Romulus,
Los
engendros del espacio exterior invadirán un territorio que hasta ahora habían
dejado en paz. Y no nos referimos solo a la pequeña pantalla.
Hablamos
de Alien: Planeta Tierra, una serie dirigida por Noah Hawley (Fargo, Legión)
para FX que nos planteará una nueva historia completamente distinta a lo que ya
hemos visto hasta a la fecha, que no es poco. A continuación, te contamos todo
lo que sabemos sobre el proyecto.