“Hombres con H” (en su idioma original: “Homem com H”) es la película de Netflix que se centra en un personaje como Ney Matogrosso, uno de los artistas más reconocidos y respetados de Brasil. Así que, protagonizada por el actor Jesuíta Barbosa, la cinta se presenta como una atrayente alternativa del cine biográfico en el catálogo de la plataforma de streaming.
Las biopics nunca han dejado de ser una fuerte muestra en las producciones brasileras en los últimos años. Es ineludible repasar en el subgénero sin dejar de acordarse de “Todavía estoy aquí” (2024) y el primer Oscar en Brasil, pero, esta historia viene de mucho antes en esas décadas de la historia diría que musical. Para de este tipo de largometrajes, las narrativas sobre cantantes, músicos y bandas de música, siempre, han sido un punto destacado por su atractivo para el público.
Esta película escrita y dirigida por Esmir Filho y con base en el primer plano de un niño estamos frente a una historia retrospectiva (parte de 949) del famoso cantante y artista Ney Matogrosso, a partir del cual entre el pasado del niño y el presente de Ney cargado de censura, nos revela historia de un ser humano cargado de su convicciones en todo orden social y hasta psicológico.
Una película pues que independientemente de la postura que tengamos sobre todo lo observado, estamos frente a la exaltación de una vida cargada de más que propósitos de un personaje, la lucha de todo ser humano por alcanzar sus sueños y realidades. El prólogo —por llamarlo de alguna manera—, previo a la decisión personal del artista y personaje, peca un poco de exceso y exposición precisamente de una voz del padre de Ney, que, resulta esa contraposición torpe y chocante con el desarrollo posterior de una trama sencilla, basada en el poder expresivo de la imagen.
La interpretación del actor Jesuíta Barbosa no descansa en la imitación. Su edificación es magnética, precisa, gestual. “El cuerpo reemplaza al discurso”. Los movimientos, los mutismos y las miradas acomodan una expresión propia que escapa de toda transcripción fiel. En ese sentido, la puesta en escena, el maquillaje, el vestuario no adornan, sino que proceden como disconformidades de una identidad que se testifica en la diferencia.
Por último, la música en esta cinta planteada para las más puras de las emociones de un ser humano, hasta las más adversas o chocantes, que cuando se amplifica algunas imágenes en ese paisaje tan aceptable y a veces agreste en que habitan estos personajes, todo nos acerca a dos cosas más: un elemento clave como el montaje, con distintiva fluidez y las prolongadas circunstancias de un personaje que en la cultura brasilera es una mirada original.