lunes, 29 de enero de 2024

Rose Glass y su “Saint Maud” es de las mejores películas europeas del siglo XXI

 

Sostienen los críticos de euronews.culture que es una nueva y emocionante (dentro de la ola de directoras como Lucile Hadžihalilović) que han ido rompiendo las reglas y ampliando el alcance del género. Consideran que el filme de la cineasta Rose Glass y su “Saint Maud” es de las mejores películas europeas del siglo XXI.

Más que las primeras imágenes de la película, es su música inicial (de Adam Janota Bzowski) al que nos pone un tanto alerta. Si bien, el asunto va de una enfermera convencida de que Dios no solo le habla directamente sino que le tiene una misión especial para ella (su santa preferida es María Magdalena). Y sin dejar de reconocer que la irrupción de Rose Glass es un nuevo talento en el horizonte cinematográfico. Se puede escribir que su dura Ópera Prima va provocándonos de forma incesante a un estado de incertidumbre palpable.

Mientras la obsesiva convicción con la que la joven enfermera Maud se entrega al cuidado de su nueva paciente Amanda, todo el asunto —y paulatinamente— va convirtiéndose en animadversión y en psicopatía en los tres tercios de la cinta. En esta exploración psicológica —y durante la mayor parte del metraje—, la película se ampara lucidamente y se adhiere al existencialismo. La cineasta Glass se muestra comedida a la hora de crear sobresaltos, y se cerciora de que cada uno de ellos provea efecto tanto en Maud como en nosotros mismos.

En estas primeras consideraciones, los diálogos, la conversación, rezo de Maud con Dios, y Amanda: la película logra repercutir asombrosamente en el retrato de un alma atormentada. Cuando Maud lee un libro mientras come algo: “Debemos ser fieles a nuestro llamado y vivir en los grilletes de la religión, distorsionando la verdadera vida espiritual organizada” […]; todo trasciende a las moderaciones del género para convidar a una indagación atrevida, emocionalmente y compleja sobre lo sensible y lo diabólico que de alguna forma la religiosidad aprovisiona a sus incondicionales.

La relación de Carol y Amanda parece no gustarle a Maud, y es de pronto el punto de arranque y detonante a las interioridades religiosas de la enfermera. Y es que más que en cualquier otro culto religioso, en ese imaginario cristiano, la espiritualidad y el idealismo se revelan y legitima a través de una fetichización de lo corporal y de las revelaciones físicas de la pesadumbre (a través de lo que ocurre en la parte meridional de la escena, y evocadora un poco de El exorcista.

En su tramo final, “Saint Maud” discurre por una vía un tanto predecible o al menos mucho menos sorprendente a la exploración del lado oscuro del denominado imaginario católico (“La vida es un juego […]la religión es para la comunidad y alivia el sufrimiento de los mortales”; escuchamos sobre un primer plano de Maud). Pero a toda esta propuesta ideológica, resulta ser un territorio inscrito en la práctica del “body horror”, el subgénero en que el pánico se pronuncia a través de la variación violenta de los cuerpos.

Resulta curioso comprobar cómo, en una película en que la representación pictórica católica cobra especial relevancia, el primero referente de Rose Glass, remite como sostiene la crítica de cine Eulalia Iglesias al cine de “Paul Schrader e Ingmar Bergman, dos directores que llevaron a cabo un corpus de cine espiritual sin recurrir en muchos casos a las vestiduras de la religión”.


domingo, 28 de enero de 2024

La sociedad de la nieve

 


En “La vida es sueño” de Calderón de la Barca, leemos: “Que no hay seguro camino a la fuerza del destino”. Y es que la vida es así. Y tomo esta reflexión al comienzo del artículo, pues la historia que observamos no es ajena a ello. Bayona parte de la imposibilidad como reto y como provocación incluso a lo que sucedió los 72 días que antepusieron al 22 de diciembre de 1972, antes de observar lo imposible que nunca haya sucedido y sucedió. 


Escribiendo sobre si cualquier diligencia humana ha de medirse con el metro de la veracidad sobre el individuo. Y si los elementos de la producción cinematográfica como la pulcra fotografía de un azul helado del cineasta Pedro Luque, y el gusto que conmueve por los pormenores en la minuciosa reconstrucción del frío a cargo de una dirección de arte maravillosa y que la música de Michael Giacchino, no pasa inadvertida; nos indica que estamos ante una película correcta.

Pero por otro lado, cuando J. Marías afirma: “El cine ha hecho posible una nueva forma de análisis de la vida humana”, el relato de “La sociedad de la nieve” se resiste (que no obstáculo) en su voluntad a la vez, de inclinarse a los vicisitudes, y salvaguardo el asombro por un suceso excepcional tanto por fuera como por dentro. Además, el optimismo es el resultado de un buen análisis pese a todo y contra todo.

La película que es narrada al comienzo por Numa Turcatti (al que interpreta el actor uruguayo Enzo Vogrincic), que no sobrevivió, nos introduce en la calamidad, y algo muy importante que describe con buen tino el crítico de cine Martínez (2023): “La responsabilidad del arte o la dignidad del cine o, algo más abstruso [impenetrable], la necesidad de reconfigurar el imaginario colectivo desde la lectura cabal de un hecho que nos coloca del otro lado”.

De manera que el cineasta español Bayona logra un interesante trabajo sobre la condición humana (a parte de una trama archiconocida), sin dejar de lado la espectacularidad del suceso en los Andes. No es obligatorio cometer spoilers para magnificar el trabajo del cineasta español, pero si una reflexión sobre la vida (y hasta el cine). La célebre idea de M. Proust: “No amamos tanto el cine por lo que es como por lo que llegará a ser”, es una verdad, ya que llegará a ser eso que siempre he planteado: como un espejo donde “mirarnos”.

Ya el cineasta Kurosawa —“Rashomon” (1950) — muestra cómo la subjetividad humana puede transformar la realidad, y es que a través de los sobrevivientes en los Andes y el lenguaje narrativo; no es que Bayona reinvente el impresionismo desde el punto de vista cinematográfico, pero nos recuerda (y no es invento de él) que el cine nos brinda e invita a la circunstancia de deliberar a través de un procedimiento más existencial y fenomenológico, reflexivo, menos genérico, y que, en contexto, nos emplaza ante el hombre delimitado y sus interpelaciones definitivas.

El cine como afirma Tarkovski, cautiva en todo instante por la conducta verídica de los héroes que interpreta. Y eso también es la película a través de los sobrevivientes. El espectador es casi forzado —y de forma algo brusca, por la forma cómo se sucedieron los hechos— a colarse en la epidermis de cada uno de los interlocutores hasta mucho más allá de la emoción, y eso es el éxito, y nominación al “Oscar” 2024 de este producción. Así mismo Bayona muestra madurez en su oficio (puesta en escena, timing, etc.). Enhorabuena pues al cine español y a Bayona, una película no solo espectacular sino interesante en sus ideas y conclusiones.

 



sábado, 27 de enero de 2024

La nuit du verre d'eau

 



Esta película libanesa llega cargada de las mejores críticas de cine de su país y el continente europeo. Una película encantadora y llena de luz. Su título original francés, La nuit du verre d’eau (La noche del vaso de agua), es [y debe ser] un indicio sobre el valor de esa noche y ese vaso de agua [un fotogramas nos permite observar el vaso de agua frente una pequeña figura de la Virgen]. Ahora, Mothers’ Valley —el título mundial—, es un modo manifiesto de emplazar la fábula en ese inmenso valle en medio de las montañas: El valle de las esperanza, título castellano. Pero también queda claro que es la esperanza de Líbano (1958) y Layla, que en ese verano caluroso y despejado vive un correspondido affaire que le mostrará su realidad y camino a seguir.

Cuando la historia arranca con primer plano del niño Charles [interpretado por Antoine Merheb Tarb], y que ya desde pequeño sabe que pertenece a una familia cristiana, con su inocencia, de entrada intuimos y recibimos cierta sensación de paz en esa familia en medio de un trasfondo político y religioso. Pero luego el actor Carlos Chahine —que debuta en la realización cinematográfica—, decide centrarse en la figura de la hermosa Layla (Marilyn Naaman), una mujer casada que pone en jaque el orden patriarcal al caer prendada en los brazos de un turista francés.

El riesgo del didactismo aparece en la concluyente crítica a una sociedad inmovilizada por un tradicionalismo machista, clasista y hasta homófobo. Sin embargo, la elegancia y sensibilidad con la que Chahine envuelve a sus personajes femeninos libra ‘El valle de la esperanza’ ante el reduccionismo del discurso panfletario. El bolero “Historia de un amor” cantado por las mujeres del hogar, es un dedicado triunfo a los buenos designios que el amor pueda ofrecer. Película pues agraciada, y presentada con esmero cinematográfico.


The Boys in the Boat

 

La historia arranca en Seattle 1936 y bien pronto nos arropa con su tono de luz y una fábula (la novena película de George Clooney), que desde mi punto de vista es un agradable y delicado filme (muy a lo americano). Enganchado, al igual que “sus compañeros de equipo”, por el exigente entrenador Al Ulbrickson [un Joel Edgerton excelente], Rantz es sacado de la penumbra para el equipo olímpico de Estados Unidos, cuando Ulbrickson toma la impresionante medida de presentar a su equipo junior, en lugar de a los remeros más veteranos a los que había estado entrenando durante años.

En este sentido, la película es pues puntualmente la leyenda de los arrestos del equipo de remo estadounidense para ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Basado en el libro homónimo de Daniel James Brown, la cinta crea este triunfo fotográfico como un cuento clásico de los indefensos. Y si bien no es que estemos ante la mejor cinta de Clooney, al menos nos impregna de cierto aire de fe y triunfalismo (que siempre es bueno en estos tiempos de tanta competencia).

Como cineasta, Clooney (“The Tender Bar y Good Night, And Good Luck”) con frecuencia se ha inclinado hacia historias en las que sus intérpretes florecen a las dificultades particulares o sociales, y “The Boys In The Boat” es seguramente una más en este contexto. Esto no es que sea malo, pero es el denominador común en dramas deportivos. A sí que en esta oportunidad, y a partir por supuesto del guion, nunca está demás añadir esa dimensión de orden política a salvaguardar a estos alumnos universitarios de clase trabajadora que desafiaron a escuelas más potentes económicamente y, eventual al fascismo de la Alemania de Hitler.

Muy poco más que escribir sobre esta cinta que despierta desde un cuadro emocional por momentos, en ir descubriendo el verdadero lugar que ocupan sus protagonistas en el mundo y en lo moral: un uniforme deportivo y el esfuerzo por triunfar y un esperado final feliz.

Coup de chance

 

“Coup de Chance” lo reciente de Woody Allen es una entretenidísima comedia negra, que de alguna manera nos recuerda su filme “Match point”. El cineasta neoyorquino a través de Fanny (Lou de Laage) y Jean (Melvin Poupaud) —un millonario inversionista que había edificado su fortuna sobre el contravención y la transgresión—, y Alain un compañero de colegio y que se cruza en el camino de ella, nos plantea muchas cosas en un París —Allen rodó en la ciudad luz “Medianoche en París”—, que merece más que un golpe de suerte.

En este sentido la película se percibe agradable, pues no tiene saltos dramáticos, y sí muchas ideas sobre las relaciones en pareja y aquellos deslices y aventuras [“Closer” (Mike Nichols, 2004)] que son paréntesis que de alguna manera forman parte del diario acontecer. La infidelidad es grotesca y punzante, y puede ser traumática para muchos individuos, pero se vuelve atractiva y mueve la curiosidad. Además de que es una sensible forma de ver más sobre el tema, y las motivaciones que nos llevan a traicionar a una pareja y el carácter con el que combatimos con todo eso.

Con la iluminación de Storaro y algunos planos estáticos y otros planos secuencia breves, el asunto va de la ironía y no solo entre Fanny y Alain en la historia, sino en su discurso. Woody Allen siempre se sale con la suya y en santiamén nos pone en medio de gente rica (con el jazz como música extradiegética) lo que realmente significa tener suerte en la vida. Las paradójicas circunstancias y los diálogos con la usual sátira y sarcasmo se suceden en la pantalla como una exhalación (algunos con más gracia que otros), pero siempre con la propósito de sacar la expresión de asombro del público a través del requerimiento a su inteligencia, impugnando en todo instante, el humor de brocha gorda.

Nunca ha desprovisto gran cosa Woody Allen para echar un vistazo en su entorno, le basta con la agudeza y el sentido del humor para referir lo que ve, o concibe, y en esta película con apenas cuatro interlocutores y un ocurrente “índice señalador” formula una historia desvergonzada, desembarazada, y asimismo sentimental y terrenal. ¿Por qué el hombre o la mujer caen en la infidelidad por “casualidad”?. Esa es la cuestión, y Allen (angelito él), no da una respuesta concisa, pero sí lo sugiere por todo aquello a lo que el cineasta titula como “Golpe de suerte”, o un garrotazo. Concurrimos entonces, salvada la disposición desordenada y el irrevocable colapso posterior de la relación entre ambas personalidades, que la vida es un asunto serio.

 

 

 

 

 

jueves, 25 de enero de 2024

Todos los nominados de los Premios Oscar 2024: 'Oppenheimer' y 'Pobres criaturas' encabezan la lista

 


Entre las nominaciones de los Oscars 2024 destaca claramente 'Oppenheimer', con 13 candidaturas, seguida de cerca por 'Pobres criaturas', con 11, y 'Los asesinos de la luna', con 10.

Algo más descolgada se ha quedado 'Barbie', con 8 nominaciones, seguida por 'Maestro', con 7, y 'Anatomía de una caída', 'Los que se quedan', 'La zona de interés' y 'American Fiction', con 5 candidaturas cada una.

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Película

  • 'American Fiction'
  • 'Anatomía de una caída'
  • 'Barbie'
  • 'Los que se quedan'
  • 'Los asesinos de la luna'
  • 'Maestro'
  • 'Oppenheimer'
  • 'Vidas pasadas'
  • 'Pobres criaturas'
  • 'La zona de interés'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Director


  • Justine Triet, por 'Anatomía de una caída'
  • Martin Scorsese, por 'Los asesinos de la luna'
  • Yorgos Lanthimos, por 'Pobres criaturas'
  • Christopher Nolan, por 'Oppenheimer'
  • Jonathan Glazer, por 'La zona de interés'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Actriz Protagonista


  • Lily Gladstone, por 'Los asesinos de la luna'
  • Carey Mulligan, por 'Maestro'
  • Sandra Hüller, por 'Anatomía de una caída'
  • Annette Bening, por 'Nyad'
  • Emma Stone, por 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Actor Protagonista


  • Bradley Cooper, por 'Maestro'
  • Colman Domingo, por 'Rustin'
  • Paul Giamatti, por 'Los que se quedan'
  • Cillian Murphy, por 'Oppenheimer'
  • Jeffrey Wright, por 'American Fiction'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Actriz de Reparto


  • Emily Blunt, por 'Oppenheimer'
  • Da’Vine Joy Randolph, por 'Los que se quedan'
  • Danielle Brooks, por 'El color púrpura'
  • Jodie Foster, por 'Nyad'
  • America Ferrera, por 'Barbie'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Actor de Reparto


  • Sterling K. Brown, por 'American Fiction'
  • Robert De Niro, por 'Los asesinos de la luna'
  • Robert Downey Jr., por 'Oppenheimer'
  • Ryan Gosling, por 'Barbie'
  • Mark Ruffalo, por 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Guion Original

  • Arthur Harari y Justine Triet, por 'Anatomía de una caída'
  • David Hemingson, por 'Los que se quedan'
  • Samy Burch, por 'Secretos de un escándalo'
  • Celine Song, por 'Vidas pasadas'
  • Josh Singer y Bradley Cooper, por 'Maestro'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Guion Adaptado

  • Cord Jefferson, por 'American Fiction'
  • Greta Gerwig y Noah Baumbach, por 'Barbie'
  • Christopher Nolan, por 'Oppenheimer'
  • Tony McNamara, por 'Pobres criaturas'
  • Jonathan Glazer, por 'La zona de interés'

Nominados al Oscar 2024 al Mejor Diseño de Producción

  • 'Barbie'
  • 'Los asesinos de la luna'
  • 'Napoleón'
  • 'Oppenheimer'
  • 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Película Internacional

  • Reino Unido, 'La zona de interés'
  • Japón, 'Perfect Days'
  • España, 'La sociedad de la nieve'
  • Italia, 'Yo capitán'
  • Alemania, 'Sala de profesores'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Montaje

  • ‘Anatomía de una caída’
  • ‘Los que se quedan’
  • ‘Los asesinos de la luna’
  • ‘Oppenheimer’
  • ‘Pobres criaturas’

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Fotografía

  • 'El Conde'
  • 'Los asesinos de la luna'
  • 'Maestro'
  • 'Oppenheimer'
  • 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Película de Animación

  • 'El chico y la garza'
  • 'Elemental'
  • 'Nimona'
  • 'Robot Dreams'
  • 'Spider-Man: Cruzando el Multiverso'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Diseño de Vestuario

  • 'Barbie'
  • 'Los asesinos de la luna'
  • 'Napoleón'
  • 'Oppenheimer'
  • 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Maquillaje y Peluquería

  • ‘Golda’
  • ‘Maestro’
  • ‘Oppenheimer’
  • ‘Pobres criaturas’
  • ‘La sociedad de la nieve’

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Sonido

  • 'Oppenheimer' (Christopher Nolan)
  • 'Maestro' (Bradley Cooper)
  • 'La zona de interés' (Jonathan Glazer)
  • 'The Creator' (Gareth Edwards)
  • 'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' (Christopher McQuarrie)

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Película Documental

  • 'Bobi Wine: The People’s President' (Moses Bwayo, Christopher Sharp)
  • 'La memoria infinita' (La memoria infinita)
  • 'Four Daughters' (Kaouther Ben Hania)
  • 'To Kill a Tiger' (Nisha Pahuja)
  • '20 días en Mariúpol' (Mstyslav Chernov)

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Banda Sonora

  • Laura Karpman por 'American Fiction'
  • John Williams por 'Indiana Jones y el dial del destino'
  • Robbie Robertson por 'Los asesinos de la luna'
  • Ludwig Göransson por 'Oppenheimer'
  • Jerskin Fendrix por 'Pobres criaturas'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Canción

  • "It Never Went Away” de 'American Symphony'
  • “I’m Just Ken” de 'Barbie'
  • “What Was I Made For?” de 'Barbie'
  • “Wahzhazhe (A Song For My People)” de 'Killers of the Flower Moon'
  • “The Fire Inside” de 'Flamin' Hot: La historia de los Cheetos picantes'

Nominados al Oscar 2024 a Mejores Efectos Especiales

  • 'The Creator' (Gareth Edwards)
  • 'Godzilla Minus One' (Takashi Yamazaki)
  • 'Guardianes de la galaxia Vol. 3' (James Gunn)
  • 'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' (Christopher McQuarrie)
  • 'Napoleón' (Ridley Scott)

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Cortometraje de Acción Real

  • 'The After'
  • 'Invincible'
  • 'Knight of Fortune'
  • 'Red, White and Blue'
  • 'The Wonderful Story of Henry Sugar'

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Cortometraje Documental

  • ‘The Abcs of Book Banning’
  • ‘The Barber of little rock’
  • ‘Island in Between’
  • ‘The Last Repair Shop’
  • ‘Nai Nai & Wai Po’

Nominados al Oscar 2024 a Mejor Cortometraje Animado

  • 'Letter to a Pig'
  • 'Ninety-Five Senses'
  • 'Our Uniform'
  • 'Pachyderme'
  • 'War Is Over! Inspired by the Music of John & Yoko'

lunes, 8 de enero de 2024

Globos de Oro 2024: ‘Oppenheimer’ (con cinco premios) vuelve a llenar Hollywood de categoría

 

Con un “Oscar” casi que adelantado diría sin exageración alguna, el actor Cillian Murphy (que fue el psicótico Espantapájaros en el primer Batman de Christopher Nolan) protagoniza “Oppenheimer”, del mismo director. Cinta que relata la historia del físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer, famoso por ser el creador de la bomba atómica.

La cinta está basada en el libro —ganador del Premio Pulitzer— “Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer” de Kai Bird y Martin J. Sherwin. Lo primero que se me ocurre escribir, y queriendo acercarme a las declaraciones del cineasta Paul Schrader (“Taxi driver”, 1976, “La última tentación de Cristo”, 1988) es la mejor y más importante película de este siglo.

Y lo digo sin exageración alguna. El cineasta Nolan ha procurado en su narrativa un tono equilibrado a la manera y forma en que se ha desarrollado la radiografía de un personaje sorprendente —fue portada en la revista “Time”—. Un personaje que en el actor Murphy su mirada, su expresión y sus aspavientos nos entrega toda una psicología de un científico. Y por otro lado, el asunto de la física cuántica.

En el albor del siglo XX, ya estaba dispuesto que la luz del sol y las estrellas tenían su principio en algún tipo de energía atómica. En 1899, el geólogo estadounidense Thomas Chrowder Chamberlin concluía que los átomos eran “depósitos de enormes energías”. En las cuatro primeras décadas del siglo XX las bombas atómicas solo se localizaban en las páginas de algunas revistas y algunas novelas del género, como “La liberación mundial” (1914), de H.G. Wells, o “La Tierra permanece” (1949), de George A. Stewart. Desde entonces, la ciencia-ficción ha permanecido muy identificada con la amenaza de un holocausto nuclear.  

Una de las primeras cosas que salta a la vista en esta cinta, es cómo el director Christopher Nolan produce una narrativa tan personal, no solo en su desahogo visual, sino asimismo en su propuesta dramática arropada por una música acorde a su ritmo sobre una historia del pasado, pero cargada de la zozobra e incertidumbres de nuestros días sobre estos temas de guerras nucleares. Con una cámara firme, el cineasta Nolan nos arrastra al otro lado de “la estación” (metafóricamente hablando) desde y donde podemos vislumbrar al ser humano través de un plano o contraplano, sin que sea un simple encuadre.

Tres horas de duración que no se sienten ni fastidian por dos razones. El asunto moral que se plantea en diversos planos de la vida misma: el profesional y personal en Julius Robert Oppenheimer —judío de nacimiento y de afinidad hacia el comunismo—, y sobre todo que una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial e iniciada la Guerra Fría, la rivalidad de los Estados Unidos con la Unión Soviética tuvo como repercusión la caza de brujas contra los supuestos comunistas —el denominado macartismo—. La otra razón: la relacionada con la bomba atómica, las dudas y las derivaciones morales y éticas que proyecta toda esta exploración en la física cuántica.

Cuando Oppenheimer pasó a liderar al conjunto de científicos, en el Proyecto Manhattan ubicado en el desierto de Nuevo México, que desembocó en el lanzamiento de la bomba atómica; nos imbuimos más en el asunto del personaje de marras al lado del resto de personalidades científicas. Para un conocedor [o no] de este asunto: Strauss (memorable Robert Downey Jr.). Además, del general Groves (Matt Damon), y los científicos que lo acompañaron, hasta el mismísimo Albert Einstein (Tom Conti) son personajes que permiten observar y confrontar los motivos en la mente de Oppenheimer —con un gran acierto y relevancia en el guion.

Al insistir en la función narrativa de la que escribía al comienzo de este artículo, se mueve con extraordinario rigor —a pesar de la gran cantidad de información que se ofrece— en los ámbitos de la física cuántica, por supuesto la política, la protección nacional, y con mucha claridad cinematográfica (Nolan utiliza el blanco y negro y el color en sus saltos del presente al pasado). Asimismo unos diálogos que impulsan a seguir viendo esta obra maestra. En este sentido de la gramática cinematográfica y ante la ausencia de una linealidad narrativa, el montaje a modo de intriga —acumulativa—, plantea un tono de thriller, para que el habitante a la sala de cine no aparte la mirada de la pantalla.

La película deja muchas ideas rondando en la mente sobre la guerra y el mismo ser humano frente a ella. En este sumario de resubjetivación, la globalización económica —y cultural— debe conceder sobre todo a las nuevas generaciones con varias fuentes y narrativas epistemológicas. La idea es que esta diversidad de narrativas y sentidos epistemológicos, deben marcar en los jóvenes el inicio de un proceso de transformación moral mediante el cual se busca rehacer la imparcialidad. Y eso nos deja como corolario “Oppenheimer”, de Christopher Nolan. Porque quizás el cine sea —por encima de todo lo demás—, una originaria idea de recordar o representar las ofuscaciones de épocas pretéritas que jamás resurgirán más allá de pedazos episódicos o de los aparentes ensueños traídos por lo que siempre recordaré como el celuloide.