jueves, 13 de noviembre de 2025

El ministro de propaganda

 

Una vez más, observada la película, llego a la conclusión de que política y verdad (parafraseando a Arendt) nunca fueron buenos amigos. Así que este filme alemán, dirigido por Joachim Lang (Cranko, Mack the Knife) lo afirma a través de la figura de Joseph Goebbels, la figura protagonista de “El ministro de propaganda”. Un auténtico mago de la propaganda, del poder de la imagen.

Y de eso va la película. Al margen de los asuntos políticos y propagandísticos, también observamos una personalidad y habilidad para promocionar en muchas ocasiones “falsas verdades políticas” y relacionadas con Hitler.  Esta excelente película alemana, destaca precisamente por un montaje que yuxtapone diversos documentales, material de noticias y películas de propaganda nacionalsocialista de aquella época (como la famosa “El triunfo de la voluntad” de Leni Riefenstahl o “El judío Suss” de Veit Harlan).

A lo largo de sus 135 minutos de metraje, conocemos a los individuos que hubo detrás de todo aquello, verdaderos asesinos, aunque pudo haber sido más en el contexto historiográfico, ya que muchas cosas las conocemos. De todas formas, Goebbels, interpretado de forma brillante por Robert Stadlober (“Summer Storm, Enemy at the Gates”), es descrito como un individuo fraccionado entre su compromiso como hombre de confianza del Führer, sus deberes familiares y sus vicios y placeres (líos de faldas incluidos, por supuesto). A Adolf Hitler lo interpreta Fritz Karl (“Fear of Heights, Di Patin”), concediendo a la figura histórica de apariencia y veracidad en un papel que históricamente ha sido riguroso para muchos histriones.

Sin mirada autoral viene dada por la forma de contarnos el asunto, y asimismo por los semblantes, digamos, tonales. El campo de batalla (política-verdad, manipulación- prensa) de esta lucha pomposa por momentos de Goebbels se encuentra en casi todo el metraje. En este entorno, a la larga tan anticlimático se ocultan los mensajes que Hitler siempre quiso tener, los cuales, con un acento y una solemnidad muy paródicos, a la larga un recital de diálogos en los que mencionan la épica de una misión sin éxito.

Frente a una invariable tensión bélica hacia Europa, en la que se hallan las partes comprometidas (Goebbels- Hitler), va ampliándose y dejando víctimas por el camino, hecho que despertará para la historia el recelo de dos no muy avispados personajes ya que resolvieron sus errores quitándose la vida respectivamente. Pobre final.