Una película más en el contexto de floja y sin medir
parámetros más acordes a un cine de acción menos cargado de clichés. La idea a
la postre es que este filme se parece a muchos pero a su vez a ninguno por esa falta
de innovación en la trama cargada de mismos arquetipos ya establecidos en este
cine de popcorn.
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El resultado más corriente de esos malos resultados suele
ser una película como ésta, en la que el múltiple campeón de lucha libre Dave
Bautista expone una vez más que no hay una relación directa entre este prototipo,
carisma y el ex stuntman. J.J. Perry, por su parte, ofrece la certeza final de
que no es lo mismo concebir efectivamente una persecución entre autos competitivos
que ejecutar un film.
Como podemos observar, un relato lo sobradamente
elemental como para que se pueda mantener el “scrolleo” por redes sociales, Una
película pues que es una road movie postapocalíptica, en la que nuestro
protagonista va de lugar en lugar buscando un objeto que nada tiene de
maravilloso. Sin embargo, el relato se las arregla para estancar en todo
momentos, que nada podría suceder.
“Afterburn” es una película que intenta combinar muchas
cosas y no le sale bien en casi ningún caso. Toma elementos de “Mad Max”, de
Doomsday (o de otras creaciones de serie B) protagonizadas por el propio
Bautista —nos recuerda también a “Tierras Perdidas”— y las ajusta para brindar
un fingido espectáculo de aventuras y acción que no cumple en ninguno de los
casos, del espectacularidad.
Dejándonos con la impresión
de producto anodino y aburrido por momentos, que no cumple con lo que una
película así puede ofrecernos, debenos al menos reconocer gallardía y buen
ritmo. Al menos, con acción desordenada o con un humor desatinado, el filme
sería bastante mejor.