viernes, 22 de diciembre de 2023

Maestro

 “La clave del misterio de un gran artista es que, por razones desconocidas, se regalará sus energías y su vida sólo para asegurarse de que una nota sigue a otro... y nos deja con la sensación de que algo está bien en el mundo”. Leonard Bernstein

De entrada “Maestro” es una película correcta. De hecho, relata la larga y espinosa boda entre Leonard Bernstein el compositor de ‘West Side Story’ y la actriz Felicia Montealegre. En este sentido, la historia luce lineal y cargada de situaciones de todo tipo del gran compositor norteamericano. Centrándose Bradley Cooper (quien actúa como el músico, es co-guionista y dirige el filme), parece centrarse más en asuntos propios del biopic como género, donde los clichés surgen aunque en su estilo a veces escueto.

Pero más allá de la dirección de actores y la puesta en escena, Cooper no renuncia a esa habilidad surgida quizá por todo lo que aprendió de “Ha nacido una estrella” —un filme elogiado por la crítica norteamericana—. Por otro lado, “Maestro” es la oportunidad para que el cineasta y actor vuelva a buscar nominaciones por la Academia. Casi con la misma desesperación de un principiante. Y esto lo señalo porque se percibe un esfuerzo demasiado en su filme “Maestro”.

Otro asunto importante, es que rara vez Cooper refuerza la idea a que conozcamos mejor las almas de los personajes —que es de lo que debería inquietar de un biopic—. Si bien, el guion conquista la apropiada disposición de someter esa especio de “beneficios artísticos” de Bernstein en su comunicación con Felicia Montealegre (Carey Mulligan está magistral), aun así tampoco logra advertir las motivaciones por las que estos interlocutores deberían interesarnos.

¿Cómo competir con los seres humanos que creemos ser? Es la pregunta que se deriva de la relación de Leonard Bernstein con el mismo, su bisexualidad, la música, y su relación con su familia. Respuesta bien difícil. Por ejemplo, la poesía ha pretendido saltar el muro de la lógica y ha acudido al símbolo, a la imagen, a la metáfora; para extraer lo más escondido del misterio humano.

El ser humano continúa preguntándose por valores tan centrales y definitivos en su existencia: el sentido de la vida misma, la verdad, la libertad; la felicidad y la congoja; el éxito y la frustración; la existencia y la muerte. Pero, algunos individuos continúan emplazados en la indolencia: no se imaginan [o no quieren imaginar] tales cuestiones o porque pretenden poseer ya la respuesta o concisamente porque no les incumbe la refutación o temen enredarse la existencia con tantos incógnitas.

A quienes están instalados en la indiferencia [me refiero a Bernstein], posiblemente fue forzoso provocarle a hacerse estas preguntas y a buscar respuestas. Ni Felicia Montealegre, ni sus hijos, y los amantes del maestro lo lograron. Él siempre prefirió “su libertad”. Pero, ningún ideal es tan amado e idolatrado en el mundo actual y posmoderno como la libertad