sábado, 1 de julio de 2023

Eldorado - Alles, was die Nazis hassen

 


“El Dorado” es, en contexto, un título estafador. Es el calificativo de un night club que era el eje de la vida LGBTQ+ en los años veinte y principios de los treinta —en lo que en aquel tiempo se llamaba la República de Weimar—, antes del advenimiento al poder del nazismo. De hecho, se dice que “El Dorado” fue el bar nocturno que valió de musa el KitKat Club notorio en la película de Bob Fosse, “Cabaret”.

La cinta narra que había decenas de tabernas dedicadas, concretamente, a homosexuales, lesbianas, trans, cada uno con un público espaciado. Entre sus asiduos estaban individuos que ya asomaban como perfiles del Tercer Reich, pero hasta en aquel tiempo, sus vidas privadas alcanzaban mantenerse fuera de la pública. Pero también, cuenta la leyenda del tenista alemán Gottfried von Cramm —una figura del deporte de ese país en los años treinta— que estaba bajo la mira del régimen nazi, por tener una relación homosexual con un individuo, que además era judío.

Por lo demás el filme es una mirada retrospectiva que topa los resultados ideológicos y sociales de etapas básicas de la nación germana durante una parte del siglo XX. En esta desmitificación, el aparato fílmico atañe sin  anacronismo alguno, emparentado a una visión coetánea de lo que significa el ser homosexual. Todo apoyado en una banda sonora –en la que fluyen temas del momento.

La familiaridad entre todos los personajes observados se mueve entre el beneficio, el deseo, la soledad, la franqueza y la tensión sexual. Esto último explica el propósito del filme, que insinúa una reescritura histórica favorecida por la ausencia de ambigüedad y la evolución de un rol que no deja de ser una inestimable guía que anda las postrimerías de un modelo de vida que “voló por los aires”. La interpretación de los personajes, no es más que una anuencia de un viaje por instantes verista que brinda un matiz inédito y concreto de asuntos convertidos en certificados, y no una ucronía que haya tenido cabida en la prosa y en la pantalla. Todo cambió en 1933 cuando Hitler llega al poder y “El Dorado”, de ahí en adelante, resignará a lo que fue en la vida nocturna en Berlín [por motivos irrebatibles, ya que el lugar de encuentro fueron cerrados].