Sin resultar un tópico usual sobre la lucha entre el bien y
el mal, de entrada puede considerarse un buen arranque la trama de “La torre
oscura”. Y es que ante el trasfondo de una solemne torre que protege el
universo; alguien llamado "el
hombre de negro". Un Roland, solitario y quizá maldito, que conoce a Jake,
un chico de Nueva York. Son los personajes
(y otros) sobre quienes se plantea la verosimilitud de esta historia apocalíptica.
Si bien la película resulta ser un híbrido entre un «western» y ribetes
galácticos, la película es un viaje o mejor un sueño (perdón por el spoiler,
sobre las visiones de un destino amenazador que angustian los espejismos de
alguien como Jake Chambers —Tom Taylor—) a un mundo extraño y alejado que
pueblan pistoleros negros, un encrespado villano (McConaughey) y otros seres
extraños.
Las anteriores podrán ser las premisas de lo reciente de Stephen King (quien
debuto para el cine con la adaptación de «Carrie». Además evocamos de su mente
prodigiosa, títulos como «El resplandor», «La zona muerta», «Cujo», «Misery»,
«It» y «Dolores Claiborne» entre otros). De manera pues que este reciente King
si bien entusiasma a sus seguidores; es más o menos lo que el director danés
Nikolaj Arcel a través de «The Dark
Tower», concibe: entrelazar elementos de los libros publicados por el escritor y
fraccionar toda su mitología lo suficiente como para agradarnos más.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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