miércoles, 3 de diciembre de 2025

Dracula: A Love Tale

De entrada varias cosas, a veces me recuerda al casi mítico filme de Coppola, a veces algo cómica, y un par de veces o tres con “Deus ex machina” que es lo mismo que decir aquel mecanismo argumental en que un elemento externo resuelve una historia sin seguir su lógica interna.

De todas formas, uno termina por aceptar en el filme la mano de Besson en sus puestas en escena muy del cineasta francés, donde, además, reconfigura la mitología del vampiro (no el de Polidori) de manera tan complaciente y divertida como aturdida. Luc Besson insiste desde una figura pretendidamente nueva, insta con la más refinada, posmoderna, elegante, aunque algo alicaído.

El conde Drácula es la personificación de la posmodernidad anarquista, siempre elegante, exquisito (el eterno joven) e inexperto en subyugar sus deseos. ¿Y así?... Con algo de régimen escópico. ¿Qué es esto? es un concepto que se ha utilizado en la crítica cinematográfica y describe un orden de dominio visual que define “[…] lo que puede ser visto y lo que no. Este régimen escópico establece un orden en la ausencia del objeto que lo constituye, creando una “presencia” que no es accesible”. En cualquier caso —en cualesquiera de sus encarnaciones cinematográficas— en efecto, es Caleb Landry Jones, el designado por el director francés para distinguirlo en pleno siglo XXI. A partir de ahí, hay piezas que operan en un plano equilibrado, otras en uno alegórico, otras son sinécdoques y otras pocas ofrecen una exégesis parcialmente sociológica de la acción que se narra.

Un Drácula más encaminado hacia su “amor eterno”, que nos permite enunciar que él al observar una chica en una fotografía de un inofensivo personaje —y que es la novia de él—, la reconoce de forma inmediata como a su pareja que había perdido. Conclusión inmediata: sale en su búsqueda, esta vez al París de la Belle Époque (la que “arma” en la corte francesa) y ella se dé cuenta de que, en efecto, es el amor de su vida. Esto no es “spoiler” alguno, todo para terminar señalando aquellos gestos eróticos y chuscos de los filmes interpretados por Christopher Lee.