Esta Secuela escasa en
novedades y un héroe como Bryam Mills (Lyam Neeson) ahora en Estambul, más
propenso a sus intuiciones, diseña en su discurso que los buenos, siempre serán
buenos, y que los malos siempre serán malos. Que las venganzas, no siempre
resultan como uno quiere, sobre todo si en ella está en acabar con alguien.
Historia pues que
cumple apenas su cometo de entretener. Su elemento en contra (quizá), es que
todos “huelen” que ha historia se repite con base en la primera película. Y fe
que fue así. Film para olvidar pues bien pronto y que ojalá tengamos a un señor
actor como Neeson, en otros papeles que nos cautiven.
Gonzalo Restrepo Sánchez