Terminó la versión
número XVI del Salón del Autor Audiovisual, en la Fundación Cinemateca del
Caribe en un homenaje a Gabo y sus ideas y guiones para el cine. Si bien
respecto a los invitados, ni estaban todos lo que son, ni eran todos los que
estaban respecto a la idea madre del evento, vale el esfuerzo por ser las
intenciones finales las que cuentan: “El amor a Gabo”.
Respecto a lo
estrictamente académico y los films proyectados, una vez más se (re)confirma lo
que he señalado en mi libro “Gabriel García Márquez y el cine ¿Una buena
amistad?” que Gabo el guionista, le va mejor cuando escribe hechos de la vida
real para el cine, ya que se aproxima al “Neorrealismo italiano” (influyó mucho
en el escritor). Por una razón fundamental: hace crónica y confronta la
realidad con su público (“Tiempo de morir”).
Y respecto al “Realismo
Mágico” (un oxímoron que define un hallazgo crítico interpretativo de la
realidad fabulada), no corre el mismo destino, aunque trabajos como “Presagio”,
de Luís Alcoriza, tienen mejor suerte.
Ahora los problemas en
algunos films son más bien problemas de tono y eso es competencia del cineasta
director. Quizá, en este relectura de algunos de sus films con firma en el
guión (“El gallo de oro”, entre otros), bien podría analizarse bajo el concepto
de los diseños de los actos (recomiendo “La Poética”, de Aristóteles), existe
en el tercio final de los guiones algunas objeciones.
El señor Robert McKee
sostiene en sus seminarios (a los cuales he asistido), que siempre es bueno
ante estos hechos, hacer un clímax aunque surja un nuevo acto. ¡Pero bueno! En
lo particular disfruté de esta semana. Ya lo dijo Gabo: “En la vida hay dos
tipos de personas: los que saben contar un cuento y los que no”. Gabo entre los primeros
Gonzalo Restrepo Sánchez