A mi modo de ver, esta cinta de Eduard Cortés diseña unos atracadores que guiados por cierto aire de inocencia, pues a la larga no resuelven sus problemas, queman sus últimos cartuchos existenciales. La dirección es uno de los fuertes de la película y es que Cortés logra sacar una sensación de que en cualquier momento va a pasar algo y ciertamente así es. Las tomas y movimientos de cámara tratan de imponer un estilo “urbano” , que termina por convencer.
Me gustaría resaltar del reparto a la actriz española Amaia Salamanca. Mujer que dará que hablar en su futuro más cercano. Un rostro nuevo en el panorama del cine español, que ya estaba necesitando.
Gonzalo Restrepo Sánchez