jueves, 20 de noviembre de 2025

La hermanastra fea

 

Esta reciente película ganadora este año en el festival de cine de terror de Sitges, es una nueva versión si se quiere de la “Cinecienta”. Tema que ha sido llevado ampliamente a celuloide. Su directora Emilie Blichfeldt dinamita la noción y percepción que tenemos de la fábula, para trasladar nuestra mirada hacia Elvira (Lea Myren), una de sus hermanastras, ofuscada por conquistar el amor del príncipe Julián aunque eso presuma transfigurar su cuerpo por completo para acomodarse a la complacencia del momento. Elvira aguanta cirugías bruscas, bacterias monstruosas e instrucciones cosméticas inspiradas en los años 1900. La mixtura de horror físico y humor mordaz asegura al habitante de la sala de cine que sus luchas sean tan burlescas como alarmantes.


Así que sobre una invitación de “terror corporal” (y aproximación a lo Cronenberg) que busca mostrar las hipocresías que subyacen en la historia echando mano de un humor negro extremado e instantes realmente desagradables, de esos que te exigen a retirar la mirada o no perder de vista de forma discontinua mientras te cubres el rostro.

La película de Blichfeldt jamás se pone excitable por afirmarse en su inadmisible contexto. La diferencia entre el caricaturesco “viaje de Elvira” y el irritante e impasible ascenso de Cenicienta acrecienta una arista cáustica al comentario feminista de la película. Mientras que Elvira se consume en su búsqueda de cambio, la película mezcla momentos de humor incómodo y agudo con algunas escenas sorprendentes. La comedia física que resulta de sus desgracias es ingeniosa de modo sarcástico, y la crítica sobrentendida a los patrones de belleza, que son cruelmente penetrantes, le da a la cinta una profundidad y unas resultados que la mantienen con los pies en la tierra.

 

martes, 18 de noviembre de 2025

UN FANTASMA EN LA BATALLA

 

La película “Un fantasma en la batalla”, representa el regreso al cine después de casi ocho años de Agustín Díaz Yanes. Un filme que es una muestra de cómo sea hace precisamente un trabajo extraordinario. Pero Díaz Yanes se cuida de no caer en la pura exploración de los hechos y prefiere hacer una película poética (desde su título y que haya aliados en esas canciones italianas y en la interpretación de Susana Abaitua). Con base en Elina Liikanen (2012) podríamos crear tres modos de personificar literariamente el pasado: el vivencial, el reconstructivo y el contestatario. Estos tres horizontes caminan de más a menos en la ilusión mimética y horizonte de sabiduría y, de menos más, en cuanto al trayecto que sitúa a los espectadores (y lectores) en la correspondencia con lo contado.

“Un fantasma en la batalla” con un guion elaborado a base de penetrantes recursos de ese “cine de espías”, con una fotografía y un uso de la imagen de archivo que pone nombres y apellidos a las víctimas de ETA durante aquellos años del terror. Este es pues un thriller de espías que retrata con insondable garbo y perspicacia el desarme de los zulos del sur de Francia que los infiltrados de la policía causaron a lo largo de la década de los 90.

Bien cabría en estas pocas líneas, destacar el trabajo de la actriz española Susana Abaitua, ofreciendo al espectador el personaje de un “topo” y la certeza de una verdad y conciencia para permanecer sentado sin decir palabra alguna sobre su butaca. Somos lo que recordamos, pero además y de manera notoria, lo que olvidamos. Cuando esta maniobra es estimulada, nutre una identidad disfrazada pues: “[…] quien es capaz de traer a la memoria lo que otros no recuerdan es tan solo un fantasma; del pasado solo se rememora lo que de él queda vivo en la conciencia del grupo” (Benjamin,1989).

“Un fantasma en la batalla” es una obra abierta y claramente política, establiendo en una donada voluntad por mostrar a una audiencia no solo un conjunto de tesis sobre lo observado en una España y una época. Por otra parte cabría el panegírico de un filme que acopia el testigo de los maestros del “film noir” (Ray, Lang, Siodmack o Preminger) para edificar un thriller que incorpora encanto y reflexión crítica. En verdad, este influjo de los clásicos del “cine negro” no solamente se halla en la eventualidad última que alienta todo el conjunto, sino también, de una manera más concreta, en el uso de una serie de recursos (la música, entre otros) como andamio de los sucesivos acontecimientos a través de los cuales avanza la trama.

jueves, 13 de noviembre de 2025

El ministro de propaganda

 

Una vez más, observada la película, llego a la conclusión de que política y verdad (parafraseando a Arendt) nunca fueron buenos amigos. Así que este filme alemán, dirigido por Joachim Lang (Cranko, Mack the Knife) lo afirma a través de la figura de Joseph Goebbels, la figura protagonista de “El ministro de propaganda”. Un auténtico mago de la propaganda, del poder de la imagen.

Y de eso va la película. Al margen de los asuntos políticos y propagandísticos, también observamos una personalidad y habilidad para promocionar en muchas ocasiones “falsas verdades políticas” y relacionadas con Hitler.  Esta excelente película alemana, destaca precisamente por un montaje que yuxtapone diversos documentales, material de noticias y películas de propaganda nacionalsocialista de aquella época (como la famosa “El triunfo de la voluntad” de Leni Riefenstahl o “El judío Suss” de Veit Harlan).

A lo largo de sus 135 minutos de metraje, conocemos a los individuos que hubo detrás de todo aquello, verdaderos asesinos, aunque pudo haber sido más en el contexto historiográfico, ya que muchas cosas las conocemos. De todas formas, Goebbels, interpretado de forma brillante por Robert Stadlober (“Summer Storm, Enemy at the Gates”), es descrito como un individuo fraccionado entre su compromiso como hombre de confianza del Führer, sus deberes familiares y sus vicios y placeres (líos de faldas incluidos, por supuesto). A Adolf Hitler lo interpreta Fritz Karl (“Fear of Heights, Di Patin”), concediendo a la figura histórica de apariencia y veracidad en un papel que históricamente ha sido riguroso para muchos histriones.

Sin mirada autoral viene dada por la forma de contarnos el asunto, y asimismo por los semblantes, digamos, tonales. El campo de batalla (política-verdad, manipulación- prensa) de esta lucha pomposa por momentos de Goebbels se encuentra en casi todo el metraje. En este entorno, a la larga tan anticlimático se ocultan los mensajes que Hitler siempre quiso tener, los cuales, con un acento y una solemnidad muy paródicos, a la larga un recital de diálogos en los que mencionan la épica de una misión sin éxito.

Frente a una invariable tensión bélica hacia Europa, en la que se hallan las partes comprometidas (Goebbels- Hitler), va ampliándose y dejando víctimas por el camino, hecho que despertará para la historia el recelo de dos no muy avispados personajes ya que resolvieron sus errores quitándose la vida respectivamente. Pobre final.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

“Afterburn”

 

Una película más en el contexto de floja y sin medir parámetros más acordes a un cine de acción menos cargado de clichés. La idea a la postre es que este filme se parece a muchos pero a su vez a ninguno por esa falta de innovación en la trama cargada de mismos arquetipos ya establecidos en este cine de popcorn.

El resultado más corriente de esos malos resultados suele ser una película como ésta, en la que el múltiple campeón de lucha libre Dave Bautista expone una vez más que no hay una relación directa entre este prototipo, carisma y el ex stuntman. J.J. Perry, por su parte, ofrece la certeza final de que no es lo mismo concebir efectivamente una persecución entre autos competitivos que ejecutar un film.

Como podemos observar, un relato lo sobradamente elemental como para que se pueda mantener el “scrolleo” por redes sociales, Una película pues que es una road movie postapocalíptica, en la que nuestro protagonista va de lugar en lugar buscando un objeto que nada tiene de maravilloso. Sin embargo, el relato se las arregla para estancar en todo momentos, que nada podría suceder.

“Afterburn” es una película que intenta combinar muchas cosas y no le sale bien en casi ningún caso. Toma elementos de “Mad Max”, de Doomsday (o de otras creaciones de serie B) protagonizadas por el propio Bautista —nos recuerda también a “Tierras Perdidas”— y las ajusta para brindar un fingido espectáculo de aventuras y acción que no cumple en ninguno de los casos, del espectacularidad.

 Dejándonos con la impresión de producto anodino y aburrido por momentos, que no cumple con lo que una película así puede ofrecernos, debenos al menos reconocer gallardía y buen ritmo. Al menos, con acción desordenada o con un humor desatinado, el filme sería bastante mejor.

martes, 11 de noviembre de 2025

Predator: Badlands

 

De entrada podríamos plantear que este «Depredador» (John McTiernan, 1987), causaba tanto susto, que el de hoy día y cuarenta años después, resulta ser más un amigo. ¡Sí, y no les estoy mintiendo! Si bien el asunto así visto parece interesante, cabría añadir a modo de ilustración que Dan Trachtenberg (el director del depredador actual) nos hizo retroceder hasta los tiempos de la Nación Comanche en “Predator: La Presa”, revelando que los “yautj” no solo vinieron a la Tierra para hacer que Arnold Schwarzenegger y Danny Glover tuvieran un bravo encuentro. Pero vayamos por partes:


Ambientada en el futuro desde un planeta remoto y letal llamado Genna, aparece Dek ((Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un joven Predator que su fiero clan y su padre margina por ser considerado un tipo débil. Pero Dek, dispuesto a mostrar todo lo contrario. En ese camino, este personaje tendrá un aliado importante y es el androide Thia. Además “Predator: Badlands” se describe por su aludido enfoque: no hay ningún humano en toda la película.

Hablando de Genna tiene paisajes increíbles, pero todo, y me refiero a absolutamente todo, es letal. Una localización creada por Alec Gillis (Depredador) y Dan Trachtenberg. Creería que el filme tiene el sello de la casa Disney, aunque no se si para bien o para mal. El personaje de Elle Fanning sirve más como alivio y da cierta comicidad. De todas formas, no hay una mirada autoral, y también figamos que por los aspectos, digamos, tonales. “El campo de batalla” de Dek y su lucha grandilocuente se encuentra en una región a la postre inhóspita.

Dan Trachtenberg ofrece pues, no tanto una mirada personal al género de la ciencia ficción, pero se permite caprichosamente nutrirse de sus referentes principales. Las obras de las que se sirve, creería que “Dune” (la de Lynch), entre otras. Quizás podría llegar uno a pensar que esto se trata de una carísima broma. Sin embargo, en un análisis más detenido, acabamos apreciando, por una parte, el franco aprecio por estos y otros filmes similares, por su épica y su panorama.

viernes, 7 de noviembre de 2025

“No hay otra opción”

 

“No hay otra opción” es una adaptación de la novela “The Ax” de Donald E. Westlake, que ya fue llevada al cine en la película “Arcadia”, dirigida por Costa-Gavras en 2005. De manera que esta nueva película del célebre Park Chan-wook, una vez, más demuestra su categoría y que en esta ocasión bien podemos de entrada calificarla de excelente. El director coreano de “Oldboy”, “La doncella” y “Decisión de marcharse” reluce esta historia con un sarcasmo delirantemente divertida (a lo “los hermanos Coen”), pero sobre la perturbación que crea un despido laboral.



Park Chan-wook está en plena forma, con un humor cáustico, estamos frente a esta deliciosa comedia negra (“No Other Choice”), y una experiencia más en ese progresivo mundo de realidades que sugieren que, Park Chan-wook podría ser el cineasta más “refinado”. Así que “No Other Choice”, nos describe una serie de situaciones o personas inducidas por esa necesidad extrema y falta de reflexiones factibles, en torno a esas relaciones de usufructo o sumisión. En tal sentido, esa falta de expectativas aviva un ambiente en el que una parte se favorece a expensas de otra.

Así que a través de la emoción de un hombre idiota como detonante o conductor de la historia (igual que Oh-Daesu de su obra de culto generacional “Oldboy” (2003), el realizador bebe de uno de los elementos principales del cine de thriller y comedia negra: gente bienhechora pero idiota ejecutando actos deleznables (crímenes por ejemplo).

Pero este también, thriller, Park llevaba más de 20 años queriendo hacer este filme, tiempo durante el cual todos estos temas (la pérdida de empleos) siempre, siempre han estado presente. De todas formas este filme más que cuestionarnos si funciona como base en el argumento, quizás la extravagancia desmesurada del enfoque de Park, tal vez, necesita un cuidado especial: un hiper vehemente (implica descubrir ímpetu y pasión en nuestras acciones y pensamientos), impulsivo y cómico thriller en torno al capitalismo cruel.

lunes, 3 de noviembre de 2025

Frankenstein

El cineasta mexicano Guillermo del Toro ha convertido el imaginario habitual en su acercamiento al Víctor Frankenstein y su criatura (interpretados por Oscar Isaac y Jacob Elordi) con un componente un poco más realista en relación con otras versiones cinematográficas sobre el personaje de marras.



En esta ocasión, del toro toma un guion interesante, a partir de una con base en un tríptico. Primero un preludio situado en 1857, con una embarcación varada en medio del hielo (se encuentra el cuerpo maltrecho de Víctor y la presencia aterradora de su criatura). Segundo bloque donde observamos a modo de Flash Back la vida de doctor Frankenstein y el tercero nos relata la vida de la criatura.

La clave de todo está en que a partir del hecho de que la cámara plasma un innegable mundo como el que observamos y nos brinda en este caso tres puntos de vista en el tríptico ya señalado. Hay que reconocer, eso sí, que casi este “dispositivo narrativo” (además del Flash back que igual apreciamos) bebe de aquella fenomenología cinematográfica, recordando además —a modo de énfasis—, la fenomenología francesa que surgió de Mitry, de Merleu-Ponty. ¿Qué quiere esto decir? Que una vez observada la película, podemos atribuir experiencias sensoriales en el contexto de la filosofía y la psicología (solo basta determinar aquellos cineastas del género de la Hammer y los sentimientos entre personajes como la criatura y Víctor de la obra de Mary Shelley).

Y es que una vez que nos hemos familiarizado a mirar “lo que hay en el interior del encuadre”, y una vez que la vida nos va arrebatando también la certeza en que las cosas siempre van a estar presentes ante nosotros, surge una segunda lectura del funcionamiento del cine: aquello que no se muestra, pero que simboliza (en este caso los sentimientos, anhelos y emociones de la criatura hacia Frankenstein), y es la razón principal o el eje sentimental —no exteriorizado durante el metraje— en esta buena película del mexicano Guillermo del Toro.