sábado, 14 de junio de 2025

Parthenope

 

De pronto, El director italiano apura con 'Parténope' su película más famosa e irritantemente personal. Pero de entrada me gustaría escribir un poco sobre el título del filme.  «Parténope” es una diosa de la mitología griega asociada con las sirenas y el canto hipnotizante. Según la leyenda, Parténope era una hermosa mujer que se ahogó en el mar por desamor y fue transformada en una criatura mitad mujer, mitad ave».

“Parténope” era estimada la más apacible y armoniosa de todas las sirenas. Se cree que habitaba en el Golfo de Nápoles, cerca de la ciudad italiana que lleva su nombre actualmente. De hecho, según la leyenda, ella fue quien dio origen al nombre Parténope.

Ya respecto al filme (que arranca en 1950) y lo primero que salta a la vista es la continua figura de una actriz llamada Celeste Dalla Porta de una hermosura portentosa y atracción imborrable. Míresele del cualquier plano, ella es un atractivo permanente. Desde aquellas miradas y rostro de Ingrid Bergman, no me había vuelto a seducir una mirada cinematográficamente hablando.

Ya centrándonos en la historia del cineasta Sorrentino, tiene como mediadora a una bella fémina. Una mujer nacida en el agua, que vaga casi como ese ser al parecer extasiado por fastuosos escenarios y por ostentosas moradas de forma impasible y acceder a las pretensiones de cuantos jóvenes la cortejan. Con una vocación laboriosa, de emociones reservadas, inaccesible en sus turbaciones y de pensamientos muy de ella, es retratada por Sorrentino con toda la solidez y pureza del lenguaje cinematográfico, y al mismo tiempo, ingresa en el interior (agrietado) de su protagonista para desarrollar él su tradicional discurso acerca del sentido de la existencia, su carácter fugaz, el paso del tiempo, y hasta de la muerte (el hermano de Parthenope, que sentía una seducción incestuosa hacia ella, se suicida, al no poder de sobrellevar los celos de verla con otro individuo.

¡Qué nada” Qué a la larga terminamos extenuados de pura felicidad en esas “fiestas sin final” y nos dejamos llevar por los murmullos cálidos de un horizonte divino. Y como dice el cinéfilo y amigo Henry Laguado “una cierta mirada felliniana”, si bien, sabia. Sorrentino atrapa pues y da fuerza a esa energía vital de la juventud con su lenguaje habitual: suaves travellings en torno a los personajes y estructuras y contexturas armoniosas con un cielo azul napolitano y cámara lenta que acentúan el carácter fugaz de esos gemidos del ser humano como consecuencias.


sábado, 7 de junio de 2025

Muere Enzo Staiola, el niño de 'Ladrón de bicicletas', a los 85 años

 

Enzo Staiola, actor conocido por haber dado vida al joven Bruno Ricci en la aclamada cinta de Vittorio De Sica, “Ladrón de bicicletas”, ha muerto a los 85 años de edad. El intérprete falleció el pasado miércoles, 4 de junio, por causas que se desconocen, según informó el diario italiano “La República”.

Staiola, y según recordaba el propio actor en una entrevista concedida en 2023 al citado medio italiano, De Sica lo descubrió un día que regresaba a casa desde la escuela. Ese día, "un señor canoso, muy elegante", se bajó del auto que lo estaba siguiendo y le preguntó su nombre. "Yo me quedé callado. Y me dijo: '¿Pero usted no habla?'. 'No tengo ganas de hablar', le contesté. Mi madre siempre me decía que no fuera demasiado familiar si alguien me paraba...", explicó.

Valga pues la oportunidad para examinar un poco “Ladrón de bicicleta”, por muchas razones. Una, y muy trascendental es que es una obra maestra. Su historia es amarga y literal, plenamente libre de “confabulaciones” y escrita por Cesare Zavattini pensando exclusivamente en la cámara, la película está basada en una novela de Luigi Bartolini, y no es más que la historia de un desprovisto trabajador al que le sustraen su indispensable bicicleta y que turbado intenta encontrarla durante todo un día. Él es un hombre humilde, cartelero, que (quiero o no) debe tener una bicicleta para poder conservar su nuevo trabajo. Él tiene una esposa y un hijo pequeño que dependen de él. Y así, durante un extenso y sombrío domingo, él y su hijo transitan las atiborradas calles de Roma, en busca de esa bici importante que, debemos decirlo, nunca encuentran.

Otorgado un Oscar honorífico en 1949 por la Academia de Hollywood, es una de las mejores películas y una de las piedras angulares del neorrealismo italiano. Una Película sencilla y poderosa pues sobre un hombre que necesita un trabajo. Que esta gallarda historia acabe teniendo la repercusión emocional de una tragedia clásica, puede sonar irracional, pero eso es lo que acontece.

“El ladrón de bicicletas” nos ubica justo ahí, nos consiente sentir lo que resulta ser una experiencia arrolladora con estos personajes (reales, porque no son actores) observados en la pantalla, nos permite concebir la condición del ser humano cuando es casi indescriptible. Pero, también es importante entender que una bicicleta “actúa” en la película como dispositivo de separación, que retorna un entorno sereno en un mar de apariencias e irresoluciones. ¿Quién puede reflexionar sobre lo paradójico del hurto de una bicicleta, quién se escapa a las injusticias? Ahí está el detalle.

Los principios del neorrealismo italiano (al que pertenece el filme de De Sica), es un movimiento que se consolidó, en parte por evidencia ideológica mostrando la realidad de un entonces, y en parte por la insuficiencia y falta de recursos en la posguerra en una Italia a finales de la década de 1940 y principios de la de 1950. Citando a Bazin, es “una nueva forma de la realidad, supuestamente dispersiva, elíptica, errante u oscilante, que opera por bloques y con nexos deliberadamente débiles y acontecimientos flotantes”. Entonces, en vez de incorporar un ambiente ya comprendido, el neorrealismo apuntaba a enfrentarse con la ambigüedad y por ello, algo muy importante, se hacía crónica.

 

 


jueves, 29 de mayo de 2025

“TIERRA AMARGA “ICONO DEL PATRIMONIO CINEMATOGRÁFICO DEL CHOCÓ

 

Uno de los principales piezas cinematográficas realizadas en el Chocó es la  película "Tierra Amarga", recuperada del olvido y de la oscuridad de los archivos de la Cinemateca Distrital del Bogotá, luego de varios años de búsqueda por parte del periodista e investigador Gonzalo Díaz Cañadas, quien viene hace más de diezc años trabajando en la recuperación de la memoria visual del Chocó a través del archivo fotográfico y fílmico Afrocolombianas –Choco de la Unversidad Tecnológica del Chocó,Fundaciòn Beteguma , con apoyo de instituciones como de la Beca en Gestión de Archivos y Centros de Documentación Audiovisual del Ministerio de Cultura y la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano quien donó el Filme al pueblo chocoano.

La recupèracion del Patrimonio Filmico es hoy el resultado de una metódica investigación que ha repatriado a la regiòn imágenes del archivo los Acevedo de 1929, las películas “ amanecer en la selva” y la “ isla de los deseos” realizadas por misioneros claretianos, importantes archivos familiares y documentales de carácter antropológico, con los cuales se ha escrito la historia del cine en el Chocó, haciendo referencia a esta actividad cultural que comienza en el año de 1914.

Muchos años después de haber sido grabada en las calles, ríos y selvas del Chocó fue presentada en premier el largometraje “Tierra Amarga”, primera producción cinematográfica realizada en este departamento y que entrama una historia de lucha y dolor en torno al trabajo minero de la región.

“ Tierra Amarga” , fue filmada en Quibdó en 1963 , dirigida por el Cubano Roberto Ochoa, su rodaje conmocionó la ciudad durante los días del rodaje en el cual participaron varias personas oriundas del Chocó Betty Álvarez, Víctor Dueñas y muchos otros en calidad de extras como Iván Cañadas, Alfredo Cujar,Víctor; Salamanca, Oscar, el Ballet Folclórico del Chocó.

 

Su Director Roberto Ochoa ,que vino a Colombia a trabajar en Panamerican Films en 1957. En 1965 vino al Chocó para filmar el largometraje “Tierra Amarga” (actuación de Lorenzo Miranda y Francisco José Restrepo).

 

La película con guión de Manuel Zapata Olivella gira en torno a una entrevista recreada - con atisbos de romance clandestino - de una periodista estadounidense a un minero negro del Chocó, quien obviamente se duele de sus condiciones de vida, de las de su región, y de sus relaciones con el patrón, de la misma nacionalidad de la reportera y amiga.

 

El crítico anónimo de Cinemés ve en ella “Una historia con alma. Un autentico reflejo de la vida. Su calor humano es acentuado por la naturalidad del actor Miranda y por la letra y música de la canción del minero. (...) es una mezcla de testimonio e investigación social”, Opinión que no compartió Hernando Salcedo: “Aislando solo el aspecto folclórico, lo que queda es el simple paisaje y sus gentes. “Tierra Amarga” tiene un crudo valor de documental, perdido desagradablemente por su tema intencionado y ‘actuando deplorablemente’. Pero resulta estimulante para el espectador observar cómo la simple fotografía sin mayor función de un auténtico medio nacional anula por algunos momentos la mala impresión que causa una película como “Tierra Amarga”, expresaba la crítica de la época.

Esta película - cuya copia había sido imposible de localizar - se ubica en el grupo de obras que a principios de los años 60’ intentaron un enfoque directo de los problemas sociales.

Se realizaron filmaciones en exteriores utilizando edificaciones como las casa quintas, la platina y por las laderas del hoy barrio la Esmeralda (antiguo Corea), donde se realizaron unas escenas crudas y desnudos, considerada pesadas para la época, lo cual motivo a la postre la censura a ésta película por parte de la iglesia de Quibdó, cuyo vicario Pedro Grau y Arola abandono las instalaciones del teatro Cesar Conto cuando  aparecían Lorenzo Miranda el negro trabajador violando y agrediendo a la esposa de su jefe el gerente de la compañía minera  Chocó Pacífico.

La realización de esta película nacional fue posible gracias a la colaboración desinteresada y cívica de la gobernación del departamento, muy en especial a la cooperación prestada por el Dr. Víctor D. Ariza Prada, Gobernador, por los secretarios del despacho, por el alcalde Mayor de Quibdó y la ciudadanía en general y las gentes chocoanas a quienes estuvo dedicado este filme colombiano.

Por: Gonzalo Díaz Cañadas

https://memoriavisualdelchoco.blogspot.com/2013/06/tierra-amarga-icono-del-patrimonio.html

“La Paga” de Ciro Durán (una historia del cine nacional)

 


Una película censurada, olvidada durante décadas y rescatada por los hijos de su director. "La Paga" (1962), Ópera prima del colombiano Ciro Durán realizada en Venezuela, reapareció restaurada en la sección Cannes Classics del Festival de Cannes 2025. El hallazgo reabre un capítulo silenciado del cine caribeño y rescata una pieza clave del cine latinoamericano de los años sesenta.

En la larga tradición de búsquedas, rescates y reconstrucciones que alimentan la memoria del cine, cada hallazgo funciona como una corrección al canon, una oportunidad para mirar nuevamente hacia lo que fue silenciado o ignorado. Este año, el Festival de Cannes, a través de su sección Cannes Classics, incluye entre sus títulos restaurados La Paga (1962), una obra clave del cine caribeño dirigida por Ciro Durán, que permaneció oculta durante más de medio siglo.


La Paga fue el primer film del director colombiano, realizado cuando tenía apenas 23 años y acababa de instalarse en Venezuela, poco después del triunfo de la Revolución Cubana. Lejos de cualquier estructura industrial, se trató de una autoproducción con formato cooperativo, realizada con mínimos recursos, pero con una clara conciencia política y estética. Durán, que había abandonado los estudios de bioquímica para entregarse al cine, encontró en esta historia rural una forma de expresión urgente y visceral.

Sin embargo, esta película fue víctima de la censura. Solo se proyectó una vez en Venezuela antes de desaparecer durante décadas. Fue considerada una película perdida hasta que, recientemente, los hijos del cineasta emprendieron una investigación que derivó en un descubrimiento significativo: un negativo deteriorado, pero recuperable, hallado en los archivos de la Cineteca de Caracas. Gracias al trabajo conjunto de la familia de Durán y varias instituciones, la restauración fue posible y el film ahora puede ser visto por nuevas generaciones de espectadores.

El caso de La Paga no solo resignifica la trayectoria de Ciro Durán, quien luego se convirtió en una figura central del cine colombiano, sino que también visibiliza un capítulo poco explorado de la cinematografía caribeña. Su recuperación reabre debates sobre la memoria, la censura y la posibilidad de escribir otras historias del cine desde el margen. Que este rescate se exhiba en uno de los festivales más importantes del mundo no es un gesto menor: es el reconocimiento de una persistencia que atraviesa generaciones y que encuentra en el cine un acto de resistencia.

Fuente y fotogramas: https://www.escribiendocine.com/

sábado, 17 de mayo de 2025

Misión imposible: sentencia final

 

La octava entrega de la saga, con un héroe como Ethan Hunt-Tom Cruise en pos de otorgar de realismo a unas películas cuyo argumento no podía ser más inverosímil. Pero, Cruise se deja el cuerpo entero en la cinta, literalmente, para que nos creyéramos que él es el insuperable ser humano que puede salvar al mundo, porque es el único que alcanza efectivamente a ejecutar sus acciones.


En este devenir de la industria cinematográfica y desde la quinta entrega, Cruise tiene a un compañero de viaje perfecto (el director Christopher McQuarrie), que desde que ganó su “Oscar” por el guion de “Sospechosos habituales”, su destino estaba sentenciado. Cruise apostó por él y logró que fuera el director que refrendaría su crédito dentro de la saga.

Confiando en ese deleite compartido por un cine que huela a pura acción, en esta oportunidad hemos visto un filme que en realidad son dos, y así lo intuimos en la proyección: “Misión Imposible: sentencia final”, y que es, tácitamente (aunque en Hollywood nunca se sabe) el cierre final y definitivo de la saga basada en la serie de televisión y que se estrena en nuestro país.

En asuntos más del lenguaje cinematográfico, la perfección de la composición en los planos generales del héroe Ethan Hunt-Tom Cruise, sin contrastar con esa pasión inherente por la acción. Tanto por su marco y objetivo como por su nervio y derroche constante, un lenguaje que justifica ese dinamismo de todos los planos (destacando el montador del filme Eddie Hamilton).

En efecto, la cámara nunca se “mueve” (otra cosa es emplazar) y de alguna manera, somete a “los modelos actanciales” en unos encuadres en cuyos marcos y disposiciones no limitan toda la profundidad de una perspectiva (tanto en los planos generales, como los medios o los primeros planos). La puesta en escena es pues de un rigor inclemente. Con planos trazados invariables y pasivos, la cámara espere al o los personaje (s) al término de su acción —como lo instruye la escrupulosidad de la planificación—, y es lo que esencialmente realza su predeterminación.

Por lo demás, un conflicto típico de un hombre que ve amenazado su entorno. En este contexto, los diálogos para nada prolongados, en una “supuesta lógica y cavilación”, y nunca convertidos en soliloquios para que nublen el argumento antes que aclarar.

No cabe la menor duda de que las intenciones del director son íntegras, pero, a menudo, el filme tiene que subrayarlas (sobre todo en la primera mitad del filme) en unos diálogos aclaratorios llenos de proposiciones. Hunt carga sobre sus hombros el personaje como el ineludible superhéroe del relato que empuja escena tras escena la cruz de su buena suerte. Por lo demás, un filme para entretener al gran público.

 

sábado, 10 de mayo de 2025

Las vidas de Sing Sing

 

Con “Sing sing” estamos frente a un drama carcelario, donde Greg Kwedar dirige y Colman Domingo (como John Divine) en un gran trabajo actoral protagoniza este filme nada convencional y basado en hechos, sobre un grupo de presos que afrontan la vida diaria a través del teatro. Entonces varios puntos de vista de este trabajo audiovisual:

Un grupo de presos con cadena perpetua son capaces de afrontar sus desventuras requiriendo por un lado la comedia, reconciliando a Shakespeare en una diversión sin límites hacia la libertad en un espacio donde solo internan o que todos tienen dentro de sí, aunque John Divine (¿el Hamlet entre todos?) tenga en su mente su obra “Letra pequeña”. Así que todo se desarrolla a través de un shakespeariano duelo entre los prisioneros-actores y el profesor de arte dramático de los reclusos para cada prueba y cada confesión de entre todos los “actores” señalando sin tapujos sus faltas y temores.

Y frente a las primeras imágenes de la película: proscenio. luces, puesta en escena, etc., una idea clara sobre lo que el arte (debe) representar dentro del actual sistema de operación de nuestras sociedades modernas, y debe, sobre todo, simbolizar la función del arte —a la larga— como una agraciada evasión. El arte no debe cuestionar la realidad, debe ser un ejercicio de invención que permita abstraerse durante un espacio y tiempo muy preciso (y es lo que la película a la larga nos deja como reflexión).

Ser felices es lo que vale. Para nada afecta que algunos presos hayan sido condenados por fallos de la misma justicia (caso del protagonista); nada interesa que la sociedad les niegue la eventualidad de reinsertarse ni que los sancione de por vida. Los encarcelados deben tener como amor propio otro sentir de la vida en prisión ya que lo que queda por hacer está allí.

Con base en lo anterior, dicha lectura del discurso fílmico de “Sing sing” no está tan arraigado en el asunto discursivo de la película sobre esa ira que se pueda sentir contra este sistema carcelario (en especial de los Estados Unidos). Es simplemente, al margen de que tengamos un punto de vista de los presos como peligros viables y que deben de ser alejados del resto del mundo; tampoco debemos utilizar este asunto como herramienta de búsqueda o denuncia.

jueves, 8 de mayo de 2025

'Tatami': estuvo en el Festival de Cine de Venecia

 



"Tatami" busca cerrar la brecha en la política internacional a través de la ficción. El largometraje, que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia de 2023, se anuncia como una de las primeras películas narrativas codirigidas por cineastas iraníes e israelíes.

Zar Amir, quien anteriormente ganó el premio a la Mejor Actriz de Cannes por su papel en "Holy Spider", protagoniza y codirige "Tatami" con el cineasta israelí Guy Nattiv, mejor conocido por su cortometraje ganador del Oscar "Skin". Nattiv también dirigió "Golda", protagonizada por Helen Mirren.

"Tatami" está basada en hechos reales, y está protagonizada por Amir como el entrenador de la atleta iraní de judo (Arienne Mandi) que recibe la orden de retirarse del campeonato mundial de la República Islámica en lugar de enfrentarse a un competidor israelí.

Fuente y fotogramas: https://www.indiewire.com/