miércoles, 30 de mayo de 2018

Solo: A Star Wars Story



En este spin-off, se conoce la juventud de Han y todo lo que tuvo que hacer para sobrevivir en un mundo cargado siempre de aventura y cómo llega a la princesa Leia. En este contexto, la historia mantiene su razón de ser y es que el guionista Lawrence Kasdan logra mantener en la mente del espectador, esta atracción e historia de amor en un futuro distópico.

Y es que si algo tiene de soporte esta historia cargada de acción, es obligatoriamente su guion. Un guion que es funcional y bastante tópico en su género, recurriendo a la sucesión de persecuciones —muy afortunadas en su mayoría para Han y compañía— en el espacio sideral, y, al melodrama personal sufrido por el protagonista y su consiguiente búsqueda del objeto del deseo, desencadenando así la trama (tendrá segunda parte).

Han Solo y su grosera manera de comportarse ante las adversidades, son suficientes para nutrir por sí solos, un espectáculo de más de dos horas sin tiempos muertos. Y es que el cineasta sabe mantener un ritmo incesante de principio a fin, sin altibajos y gracias —lo reitero una vez más— a un guion ágil y con referencias sin lugar a dudas al western.

Película pues recomendada y que parte de su frescura, se debe básicamente a los personajes cuando eran jóvenes y una sucesión de pautas y códigos que hábilmente aúna sus libertades y, de esta manera, no difumina a cada individuo las particularidades que cada uno tiene: él un buen aventurero, ella una bella princesa. 

Gonzalo Restrepo Sánchez
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martes, 29 de mayo de 2018

LOS JUDAS EN EL CINE



Hace poco recibí un mensaje por internet donde expresaba: “Aprende a sentarte en la misma mesa con Judas sin que te robe la paz”. Al otro día, volví a leer la frase y mi mente recordó el libro de Amoz Oz, “Judas” donde se partía de la premisa (de forma no tan enérgica) que hubiera pasado si en realidad Judas no hubiese traicionado a Jesús.

Estas dos ideas nos llevan a pensar opiniones y estrategias diferentes cuando nos asiste un judas (falso, hipócrita, traidor, etc.) en una sociedad cargada de este tipo de personajes. Es difícil tener un comportamiento cuando sabemos que estamos ante un ser de características bien opuestas. Jesús siempre mantuvo su postura asertiva a pesar de conocer a un ser hipócrita. De todas formas, considero que el cine ha ilustrado muy bien la condición del ser humano y sobre todo a esa clase de personajes que como a Judas, siempre merodean la falsedad. Veamos un par de ejemplos:

Uno sería La règle du jeu (La regla del juego, Jean Renior, 1939). Alguna vez Robert Altman dijo: “Aprendí las reglas del juego de 'Las reglas del juego'", y es que su filme “Parque Gosford”, no está muy lejos de su frase. Pero otro filme sería “Tartufo” de Murnau en 1925. En este filme (basado en la obra homónima), el guion de Carl Mayer no era una adaptación rigurosa de la comedia de Molière, sino que, al contrario, se tomó la libertad de excluir unos cuantos protagonistas (como la madre y los hijos de Orgon) así como de algunos matices argumentales para facilitar la historia atesorando básicamente el tema y su esencia.


Tartufo es el tipo de personaje para el cine que un actor agradece encarnar: un interlocutor ruin y magnánimo, y que el actor puede caracterizarlo libremente —cayendo en el elogio— puesto que es una comedia. En la cinta de Murnau, el actor alemán Emil Jannings y sus apariciones  (perennemente pegado a sus libros religiosos) resultan inolvidables, así como las escenas abiertamente humorísticas como el desayuno con Orgon, donde engulle un pedazo de carne, o cuando charla con la esposa de Orgon y no puede evitar fijarse en el escote y las piernas de ella.

De todas formas, si bien a los actores les resulta fácil caracterizar a tanto tartufo en la vida, la explicación podría hallarse en que a la larga, todos nosotros —actores hipócritas— llevamos algo de Judas. Es bien válido analizar la vida y observar como no hacemos algo bueno para luego sentirnos mal. “El hombre quiere ser sincero, pero psicológicamente “camina por debajo” y no acepta algunas cosas que oculta ante los demás y que reprime ante sí mismo. Para el psicoanálisis, por usar un lenguaje de la psicología, represión es un mecanismo primario de defensa comparable a una tentativa de fuga y precursor de la futura solución normal por enjuiciamiento y condena del impulso repulsivo¨ (Freud, 1948 p.931).

La psicología propone tres juanes: lo que realmente uno mismo es, lo que uno mismo cree que es y lo que otros creen que uno es (Allport, 1986 p. 348).  ¡Que nada! Como reafirma la teoría kantiana, el hombre busca actuar moralmente pero en los vericuetos del alma y su intimidad, aspira a quedar bien. “Desea ser aprobado, sinceramente aprobado, pero no por ello deja su “recorrido por detrás” de la apariencia”, su hipocresía fundamental (persona en griego significa “máscara”). No se trata aquí de inmoralidad, egolatría o afán de notoriedad, sino de su necesidad elemental de representar valores ante los demás. “la sinceridad absoluta es una utopía” (López Ibor, 1969 p.53). ¡Qué hipócrita somos, no hay nada que hacer!

Gonzalo Restrepo sánchez
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martes, 22 de mayo de 2018

FAHRENHEIT 451': UNA DISTOPÍA PARA EL 2018


Con la reciente noticia que HBO estrena una nueva adaptación del clásico distópico de Ray Bradbury dirigido por Ramin Bahrani, bien suscita la ocasión para traer algunos aspectos de la obra, de lectura obligada a las nuevas generaciones que no leen y  que google les soluciona todo.


Lo que Bradbury entendía por distopía le permitió crear —aunque él no lo sabía—, la tercera obra fundamental, que más tarde formaría parte de una especie de trinidad para el género literario: “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, “1984” de George Orwell y “Fahrenheit 45”1, la que nos ocupa (el título hace referencia a la temperatura en grados Fahrenheit a la que arde el papel).

Por aquel entonces, Bradbury tenía algunos apuros económicos que no le permitían reparar su máquina de escribir y mucho menos alquilar un despacho. Apunta la historia que, escrutando algún lugar en el qué poder desempeñar su labor, dio —en poco tiempo— con la sala de mecanografía del sótano de la biblioteca de la Universidad de California, en Los Ángeles. Allí se hallaban unas cuantas máquinas Remington y Underwood que se alquilaban a diez centavos la media hora. Se insertaba la moneda y entonces un contador movía una cuenta (hacia atrás) durante la cual tenía que escribir lo que se alcanzase.

Cinco cuentos cortos, escritos durante un período de dos o tres años, hicieron que invirtiera nueve dólares y medio en monedas de diez centavos. Además, Bradbury escribió un relato llamado “El bombero”, que se publicó en 1953 con el nombre de “Fahrenheit 451”, una de las novelas de ciencia ficción más prestigiosas de la historia universal.

La fábula es bien conocida: en una sociedad distópica —en la que el control de la información es absoluta—, los libros están prohibidos y Guy Montag, el protagonista, se encarga de buscarlos y quemarlos. Este hombre forma parte del cuerpo de bomberos de la ciudad, quien buscando conservar la paz, hace que arda en llamas todo aquello que pueda alterarla. Un día, Montag conoce a Clarisse McClellan, una joven que le hará preguntarse por qué hace lo que hace.

«Lo que más molestaba a William Peterson (el héroe de “El bombero”) era Shakespeare y Platón y Aristóteles y Jonathan Swift y William Faulkner, y los poemas de, bueno, Robert Frost, quizá, y John Donne y Robert Herrick. Todos arrojados a la Hoguera. Después imaginó las cenizas (porque en eso se convertirían). Pensó en las esculturas colosales de Michelangelo, y en el Greco y Renoir y en tantos otros. Mañana estarían todos muertos, Shakespeare y Frost junto con HuxIey, Picasso, Swift y Beethoven, toda aquella extraordinaria biblioteca y el bastante común propietario...»

Aproximarse a un clásico literario importante para adaptarlo al lenguaje audiovisual no es fácil y siempre surgen los detractores. “Fahrenheit 451”  no es una excepción, así que se asume que en el proceso de adaptación de la HBO puede pasar cualquier cosa. Para modernizar la novela de Bradbury, Bahrani nos presenta una sociedad en la que los medios de comunicación han lavado el cerebro a la población para que odie a los ‘rebeldes’ lectores de libros y pensadores. La adaptación del 1966 que filmó François Truffaut, es  nuestro encuentro más cercano en el cine.

La pregunta que surge y con base en la novela de Bradbury es, si hoy día debía existir un Montag (imaginario o no) para que fastidiase a google y todo mundo volviera a leer más. ¡Sin imaginar un universo distópico, ahí queda el debate! 

Gonzalo Restrepo Sánchez 
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viernes, 18 de mayo de 2018

Cannes 2018: "Niña", el niño que soñó bailarina



A los 27 años, el cineasta belga Lukas Dhont, revelación del 71 ° Festival de Cine de Cannes, firma con "Girl" una historia de género y perseverancia que ha molestado a la Croisette.

"Si mi película sugiere lo contrario masculino y lo femenino, que sería bueno": en 27 años, el realizador belga Lukas Dhont, la revelación de la 71 Festival de Cannes, lleva a la pantalla una especie de historia y perseverancia " chica ". La Croisette salió enojada. Ganador de los 2016 Cinéfondation, la incubadora de talento Festival, talleres de escritura y Primeros Planos de Angers, el director flamenco joven cuenta la verdadera historia de una niña de 15 años, niño nacido, que sueña con ser una bailarina estrella.
https://culturebox.francetvinfo.fr/


martes, 15 de mayo de 2018

‘The House That Jack Built’ de Lars von Trier



Lars von Trier advirtió a sus seguidores que The House That Jack Built (2018) sería su oferta más brutal y violenta hasta la fecha, y el primer avance oficial de la película sugiere que el director no tendrá problemas para cumplir esa promesa. Con un montón de sangre y violencia gráfica, arropada incómodamente por “Fame” de David Bowie, el avance de The House That Jack Built confirma que von Trier está a la altura de sus trucos de polarización habituales.


El filme está protagonizado por Matt Dillon como un brutal asesino en serie. El guion de von Trier sigue el desarrollo de Jack a través de cinco asesinatos importantes y dando vislumbres de su inquietante experiencia de llegar a la mayoría de edad. Uma Thurman y Riley Keough protagonizan como dos de las víctimas de Jack.
http://enfilme.com




jueves, 10 de mayo de 2018

Primer tráiler de ‘The Predator’: el regreso del Depredador



“Los cazadores más letales del universo son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, habiendo logrado mejorar genéticamente con ADN de otras especies. Cuando un niño accidentalmente desencadena su regreso a la Tierra, solo un grupo heterogéneo de ex soldados y un descontento profesor de ciencias podrán evitar el fin de la raza humana”.



Esa es la sinopsis oficial de ‘Predator’, la nueva película de Shane Black, genio tras los libretos de 'Arma letal', 'El último gran héroe' o 'El último Boy Scout', y director de la injustamente ignorada ‘Dos buenos tipos’.

Black no es nuevo en la franquicia, fue uno de los protagonistas que acompañaron a Schwarzenegger en la inicial ‘Depredador’ (John McTiernan, 1987). Tras la fallida 'Depredador 2', los dos crossover con el universo Alien y el descafeinado reboot de 2010, 'Predators’, el cineasta ha prometido una cinta divertida, terrorífica y, claro, sangrienta.

Jacob Tremblay, Sterling K. Brown, Trevante Rhodes, Boyd Holbrook, Olivia Munn y Keegan-Michael Key y Alfie Allen forman parte del reparto de la película.
https://www.elheraldo.co/

martes, 8 de mayo de 2018

Avengers infinity war



Después de que los hermanos norteamericanos Joe y Anthony Russo nos concediesen dos de los mejores filmes de esta exitosa saga superheroica, “Captain America: The Winter Soldier” (2014) y “Captain America: Civil War” (2016), a ninguno de sus millones de seguidores puede extrañarle que les encomendaran las dos nuevas entregas con el protagonismo “gozoso” de los Vengadores en pleno.

Hace rato que se vienen presentando películas con la clasificación para todos los públicos, pero en el fondo son textos cinematográficos que en su análisis más profundo, se evidencia temas para una mayor reflexión. La película que hoy nos ocupa, ya sea por el adiós de algunos héroes o por la presentación de una nueva formación de personajes, debe refrescar de manera definitiva al género —o fracasará al no arriesgarse.


Sostiene Josh Spiegel: “Lo mejor de Avenger: Infinity Wars es, en muchos sentidos, lo mejor que tiene el Universo Cinematográfico de Marvel: un increíblemente encantador y casi sobrecalificado elenco. Aunque algunos de los actores que se han presentado en las casi 20 cintas del UCM no han funcionado tan bien, muchos de los intérpretes son clave para hacer de los héroes algo fresco y emocionante”.
“Cada que esta épica, larga y a veces pesada película funciona es, en gran parte, gracias a los actores, no a las secuencias de acción o los efectos especiales o cualquier otra cosa. El elenco hace a esta película, no al revés”.

De todas formas cuando se produce este tipo de películas, en esta oportunidad con una mayor dosis de violencia, buscan que los jóvenes fortalezcan sus héroes. Las películas, pues aseguran un cierto público que posee unas convenciones y expectativas sobre lo que el género les ofrece. En tal sentido, si “el género es ese conjunto de reglas compartidas que permite al primero utilizar formas comunicativas establecidas y al segundo un sistema propio de expectativas” (Casetti, 2005, p. 304).

Los filmes de género son películas producidas después de que un género se haya reconocido popularmente y consagrado a través de la sustantivación, durante un periodo limitado en que tanto el material como las estructuras textuales que comparten las películas inducen al espectador a interpretarlas no como entidades autónomas, sino de acuerdo con unas expectativas genéricas y en contra de otras reglas genéricas. (Altman, 2000, p. 85). Dicho esto, quizá se encuentre la explicación de películas como Avengers: Infinity War, pero cuidado con el factor violencia.

Ahora, sobre lo que hay que tener cuidado, es sobre la parte ideológica, ya que sin lugar a dudas, cada vez más con este tipo de filmes, invitan con su marcado ímpeto además, a propuestas de una sociedad futura cargada de complejos comportamientos humanos. 

Gonzalo Restrepo Sánchez

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