En este spin-off, se conoce la
juventud de Han y todo lo que tuvo que hacer para sobrevivir en un mundo cargado
siempre de aventura y cómo llega a la princesa Leia. En este contexto, la
historia mantiene su razón de ser y es que el guionista Lawrence Kasdan logra
mantener en la mente del espectador, esta atracción e historia de amor en un
futuro distópico.
Y es que si algo tiene de
soporte esta historia cargada de acción, es obligatoriamente su guion. Un guion
que es funcional y bastante tópico en su género, recurriendo a la sucesión de persecuciones
—muy afortunadas en su mayoría para Han y compañía— en el espacio sideral, y,
al melodrama personal sufrido por el protagonista y su consiguiente búsqueda
del objeto del deseo, desencadenando así la trama (tendrá segunda parte).
Han Solo y su grosera manera
de comportarse ante las adversidades, son suficientes para nutrir por sí solos,
un espectáculo de más de dos horas sin tiempos muertos. Y es que el cineasta sabe
mantener un ritmo incesante de principio a fin, sin altibajos y gracias —lo
reitero una vez más— a un guion ágil y con referencias sin lugar a dudas al western.
Película pues recomendada y
que parte de su frescura, se debe básicamente a los personajes cuando eran
jóvenes y una sucesión de pautas y códigos que hábilmente aúna
sus libertades y, de esta manera, no difumina a cada individuo las particularidades
que cada uno tiene: él un buen aventurero, ella una bella princesa.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite:
www.elcinesinirmaslejos.com.co