miércoles, 30 de mayo de 2018

Solo: A Star Wars Story



En este spin-off, se conoce la juventud de Han y todo lo que tuvo que hacer para sobrevivir en un mundo cargado siempre de aventura y cómo llega a la princesa Leia. En este contexto, la historia mantiene su razón de ser y es que el guionista Lawrence Kasdan logra mantener en la mente del espectador, esta atracción e historia de amor en un futuro distópico.

Y es que si algo tiene de soporte esta historia cargada de acción, es obligatoriamente su guion. Un guion que es funcional y bastante tópico en su género, recurriendo a la sucesión de persecuciones —muy afortunadas en su mayoría para Han y compañía— en el espacio sideral, y, al melodrama personal sufrido por el protagonista y su consiguiente búsqueda del objeto del deseo, desencadenando así la trama (tendrá segunda parte).

Han Solo y su grosera manera de comportarse ante las adversidades, son suficientes para nutrir por sí solos, un espectáculo de más de dos horas sin tiempos muertos. Y es que el cineasta sabe mantener un ritmo incesante de principio a fin, sin altibajos y gracias —lo reitero una vez más— a un guion ágil y con referencias sin lugar a dudas al western.

Película pues recomendada y que parte de su frescura, se debe básicamente a los personajes cuando eran jóvenes y una sucesión de pautas y códigos que hábilmente aúna sus libertades y, de esta manera, no difumina a cada individuo las particularidades que cada uno tiene: él un buen aventurero, ella una bella princesa. 

Gonzalo Restrepo Sánchez
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