lunes, 7 de abril de 2025

Terminó FICCI 2025: "La andariega" filme preferido del público

 


Terminó Ficci 2025 y entre las películas a destacar (sobre todo las producidas en Colombia). Sobresale “Andariega” de Raúl Soto, la mejor cinta según el público que la votó en el festival de cine. La protagonista de esta cinta es Chena (María Yesenia Herrera Benítez) es una madre soltera de 26 años que cada año se une a la diáspora de campesinos que recorren cientos de kilómetros lejos de sus hogares para trabajar. Una idea sencilla si se quiere, que no necesita de mucho esfuerzo emocional para compenetrarse con la joven campesina.


De pronto le pondría el título de “Una vida joven sin pausa” y es que Chena es una mujer dura de roer. Con una pausa para empezar, no es una obra opuesta a la realidad de ciertos campesinos, ya que su andamiaje estético está sostenido sobre una tensión construida sin una exageración de la realidad, aunque, al mismo tiempo, lo observado no hace sino asfixiarnos hasta la extenuación su relato y por momentos su discurso, sin impedir la hondura deseada por el director. O sin impedir las palabras escritas en su diario por "Chena", un escrito que la lleva a sus más profundas ambiciones.


La película “Andariega” y sus
los elementos que la componen brindan un ligero equilibrio que le consiente respirar y proyectar un aparato discursivo que, en explícitos momentos, logra alejarse de la mera enunciación superficial. Además, un filme que no podría existir sin ese esfuerzo de una protagonista que dignifica el trabajo y la imagen del campesino trabajador. Una cinta pues sin ese carácter artificioso de sus movimientos visuales, con una puesta en escena donde nunca sentimos que termina convertida en un claustro que sojuzga a la vez su propio “cuerpo arquitectónico” y las ideas que su director pretende desarrollar en él.

La expresión desnuda que desarrolla de los actores (algunos ocasionales) cumplen la función de estar ahí, pues no hay más nada que mostrar. Así, la película, durante casi todos sus compases, no hace sino construir a través de la vida formal y corriente los espacios por los que los personajes se deslizan. No hay desolación en ellos, la fecundidad de los escenarios, cierto automatismo de la puesta en escena y la austeridad gestual de los actores proyectan la importancia de mano de obra, pero, también deja entrever asuntos del campo colombiano y la forma de trabajarlo. Pero. Sobre todo, las ganas y deseos de ganarse la vida como andariegos.