viernes, 6 de septiembre de 2024

La promesa de Irene

 

El logline de este filme (y sin que sea spoiler), cuando los nazis invaden Polonia en 1939, la enfermera Irena Gut (Sophie Nélisse) es trasladada e impuesta a trabajar para las huestes alemanas, siendo asignada como ama de llaves de un comandante nazi.

Y eso es justamente lo que le da su potencial dramático al filme, y asimismo cuando los oficiales de la SS ahorcan a los cómplices prosemitas. Pero, por otro lado, cuando la película de la canadiense Louise Archimbault da por hecho la hazaña de Irene (una inspirada Sophie Nélisse), obvio que podemos pensar que la cinta tiene mucho de invención y de realidad, ya que está basada en eventos reales.

Por otra parte, la magnífica idea y notable del filme, a su vez adaptación de la obra teatral asentada en las historias de Irene, es el uso de la mansión del oficial nazi en la que Irene ejerce como ama de llaves, y se concibe como una puesta en que, en ella plantea toda una condición del ser humano y sus misterios y desconsuelos.

Estamos pues ante otra historia basada en hechos reales sobre una persona corriente que, en períodos tan lamentables como los del nazismo, expuso su propia vida para salvar a un buen número de judíos. En este argumento, Irene Gut fue una joven enfermera polaca que le da vida Sophie Nélisse (“La ladrona de libros”, en una propuesta de afines particularidades).

Dos cosas para finalizar, por un lado que la música en muchos momentos no favorece los instantes de aprehensión y un guion que tiene la capacidad para mostrarnos los ángulos que no hemos vivido o que hemos vivido sin ser aptos de tomar cierto aire para escapar de nuestra propia subjetividad.