sábado, 31 de agosto de 2024

“Trap”, de M. Night Shyamalan

Shyamalan el director de “El sexto sentido” (1999) ha fundamentado su carrera sobre lo imposible de cada uno de sus fallos de guion (hay varios deus ex machina en “Trap”), siempre en mira del desconcierto y el giro de la trama. En tal sentido, podemos escribir que su cine es bastante imprevisto y sus protagonistas carecen de lógica cartesiana —un escepticismo metodológico, ya que Descartes establece la duda—, dando así la opción a más posibilidades —y objeciones—. En el caso específico de “Trap” se repite la aparición del asesino en serie.

Luego el cineasta añade un manto de melodrama sencillo y da grandes pinceladas de géneros que pasa por el terror, el thriller y, en el filme que hoy nos ocupa, creería una comedia negra entretenidísima. La comedia negra cinematográfica se remonta al Teatro del Absurdo, el Teatro “In-Yer-Face” y el Théâtre du “Grand-Guignol” y a autores como Samuel Beckett. Byron y Weiss (1977) atestiguan que la comedia negra cinematográfica nace alrededor de los años cuarenta, con películas que se ocupan de la muerte como algo divertido, como “Monsieur Verdoux” (1947), “Ocho sentencias de muerte” (Kind hearts and coronets, 1949), una de mis favoritas “Ladykillers” (“The ladykillers”, 1955) entre otras y que trascienden ser creadoras de este subgénero.

Respecto a “Trap” y su trabajo más hitchcockiano, Shyamalan plantea un personaje belicoso con el que el habitante a la sala de cine, pero súbitamente, entapizamos con prisa, ya que Cooper (Josh Hartnett) es un papá virtuoso que “custodia” en el mejor de los sentidos, a Riley (su hija adolescente) en un concierto de la estrella pop Lady Raven (interpretada por Saleka Shyamalan  hija director, y una cantante de R&B, que lanzó su primer álbum en 2022 y anda buscando un lugar sobre las tablas).

Una primera comedia pues de Shyamalan sobre todo, perspicaz, entretenida, y que creería enlaza con “Longlegs” (aquí ya analizada) sobre la proximidad al trauma infantil. Y aunque la película de Oz Perkins lo hace a partir de cierta solidez adornada, el cineasta indio Shyamalan se entrega a otro punto de vista. La cinta “Trap” en una primera lectura, nos habla sobre las relaciones paternas filiales.

Para terminar, “Trap” exige al espectador que asuma un cúmulo de casualidades improbable (hay exageración del deus ex machina), pero es en el tramo final de la cinta cuando Shyamalan hace la apuesta más fuerte y es cuando Saleka ocupa el roll de controvertible heroína. El director maximiza a tope el aguante de cierto desatino.