Shyamalan
el director de “El sexto sentido” (1999) ha fundamentado su carrera sobre lo imposible
de cada uno de sus fallos de guion (hay varios deus ex machina en “Trap”),
siempre en mira del desconcierto y el giro de la trama. En tal sentido, podemos
escribir que su cine es bastante imprevisto y sus protagonistas carecen de
lógica cartesiana —un escepticismo metodológico, ya que Descartes establece la
duda—, dando así la opción a más posibilidades —y objeciones—. En el caso
específico de “Trap” se repite la aparición del asesino en serie.
Luego
el cineasta añade un manto de melodrama sencillo y da grandes pinceladas de
géneros que pasa por el terror, el thriller y, en el filme que hoy nos ocupa,
creería una comedia negra entretenidísima. La comedia negra
cinematográfica se remonta al Teatro del Absurdo, el Teatro “In-Yer-Face” y el
Théâtre du “Grand-Guignol” y a autores como Samuel Beckett. Byron
y Weiss (1977) atestiguan que la comedia negra cinematográfica nace alrededor
de los años cuarenta, con películas que se ocupan de la muerte como algo
divertido, como “Monsieur Verdoux” (1947), “Ocho sentencias de muerte” (Kind
hearts and coronets, 1949), una de mis favoritas “Ladykillers” (“The
ladykillers”, 1955) entre otras y que trascienden ser creadoras de este
subgénero.
Respecto
a “Trap” y su trabajo más hitchcockiano, Shyamalan plantea un personaje belicoso
con el que el habitante a la sala de cine, pero súbitamente, entapizamos con prisa,
ya que Cooper (Josh Hartnett) es un papá virtuoso que “custodia” en el mejor de
los sentidos, a Riley (su hija adolescente) en un concierto de la estrella pop
Lady Raven (interpretada por Saleka Shyamalan hija director, y una cantante
de R&B, que lanzó su primer álbum en 2022 y anda buscando un lugar sobre las
tablas).
Una
primera comedia pues de Shyamalan sobre todo, perspicaz, entretenida, y que
creería enlaza con “Longlegs” (aquí ya analizada) sobre la proximidad al trauma
infantil. Y aunque la película de Oz Perkins lo hace a partir de cierta solidez
adornada, el cineasta indio Shyamalan se entrega a otro punto de vista. La
cinta “Trap” en una primera lectura, nos habla sobre las relaciones paternas
filiales.
Para
terminar, “Trap” exige al espectador que asuma un cúmulo de
casualidades improbable (hay exageración del deus ex machina), pero es en el
tramo final de la cinta cuando Shyamalan hace la apuesta más fuerte y es cuando
Saleka ocupa el roll de controvertible heroína. El director maximiza a tope el aguante
de cierto desatino.