viernes, 12 de abril de 2024

Cazafantasmas: Imperio helado

 



La reciente entrega sobre las andanzas de los nuevos cazafantasmas, ahora dirigida por Gil Kenan, y coescrita con Jason Reitman y dedicada al padre de este y director inicial de la serie, Ivan Reitman, arranca con una sucesión de imágenes fantásticas y ambientada en el Nueva York de 1904, y es cuando los bomberos ingresan en un edificio pasto de las llamas y hallan un grupo de cadáveres totalmente helados. Un buen comienzo que de entrada nos deja un buen sabor, que se empieza a diluir poco a poco.

Muchos al igual que mi persona habrán visto el primer filme de los cazafantasmas (pasó a la historia como un éxito comercial), y si bien, en esta oportunidad tenemos la oportunidad de verlos de nuevo, la verdad la película no evoca la sensación de aquella primera vez y sus protagonistas persiguiendo fantasmas.

“Cazafantasmas: Imperio helado” recobra los líos con la municipalidad (un gag repetido de la saga, si bien, sin vaticinios apocalípticos) y con ellos a un William Atherton que es, de largo y junto a Bill Murray, lo más considerable del filme. Tira igualmente de una existencia lovecraftiana, y cuyo diseño apuesta por la iconografía disneyana (el segmento ‘Noche en el Monte Pelado’ de ‘Fantasía’) pero que no discreparía en el imaginario de los seguidores de la saga.

Y en otro orden de ideas más atractiva quizá de esta nueva entrega, totalmente ambientada en Nueva York y dirigida por Gil Kenan (coguionista de la anterior y director de Monster High), está sin duda en el amago de romance de Phoebe y una atractiva fantasma adolescente. De todas formas también se observa a Aykroyd quien se dedica a estudiar a los reposeídos, Murray surge en los instantes justos con su arma de protones en ristre, el personaje de Paul Ruud está más proclive en ser un buen “papá” adoptivo que en aprisionar ectoplasmas, no hay lugar para el Harold Ramis (digitalizado de la anterior película), y hace acto de presencia el paquistaní Kumail Nanjiani transformado en el maestro del fuego. Y las criaturas del otro mundo a combatir.

Total una película un tanto floja en su montaje inclusive, pero que todo valga la pena por seguir viendo a nuestros héroes.