domingo, 25 de febrero de 2024

Dispararon al pianista

 

De entrada debo reconocer que entre con buena disposición a ver la reciente película de Trueba y Mariscal, y ordenando un poco las ideas, varias cosas al respecto: primero, los cineastas repiten la fórmula creativa de “Chico y Rita” (2010), donde los dibujos animados sirven para que a modo de documental, nos narre y en flash back sobre la desaparición de un famoso pianista de la Bossa Nova brasileña Tenório Júnior (pianista habitual de Vinicius de Moraes).

Las uniones entre géneros, formas y hasta formatos diferentes en el cine contemporáneo están bajo el criterio de disruptividad —casi siempre para bien—. Acerca de la expresión documental de animación, empezó —y creería se puede verificar con “Vals con Bazhir” (Ari Folman, 2008), y con seguridad alguna que otra cinta más. Después de esta acotación, “Dispararon al pianista” también podríamos señalar que es un filme de ficción animada sobre un documental político [la denuncia de la Operación Cóndor, el plan oculto de seis países suramericanos para establecer dictaduras con favor de la CIA] –musical [muchas referencias importantes de músicos y estilos] e intriga criminal.

También puede escribirse sobre la investigación y el periodismo en el cine. El trabajo de los cineastas españoles deja muchas lecciones. La sociedad es una colectividad viva que está asiduamente en contacto con el cine y el periodismo, mediando entre sí. Al fin y al cabo, la disposición natural del séptimo arte y el cuarto poder es encarnar fielmente un trecho de la realidad. Y para propios y extraños sobre un tema en particular el cine es una opción para estar al tanto. En mi caso particular, como dijo el director de cine español Gutiérrez Aragón (2004): “Pertenezco a una generación que todo lo aprendió en el cine: las primeras palabras de amor, el primer beso, la primera huelga…”. Todo un bagaje experiencial dispuesto para el aprovechamiento del espectador (p.5). 

¿Dónde está la eficacia del filme? Sin un sugestivo inicio que permita conectar, todo está en lo que subyace por debajo de las imágenes con la musicalidad evocadora de un tiempo y lugar, y los punto de vista, sin coartada alguna ni súplica de solución. Y más allá de lo ideológico, la película y el objeto del relato, es la finalidad de un protagonista omnisciente y la galería de personajes con los que se relacionó y que durante el tiempo de proyección lo sentimos.