jueves, 19 de octubre de 2023

Golda

 

Es un poco complejo analizar esta película sin mencionar a Israel y todo lo que generó desde que se declaró estado independiente, y todos los asuntos geopolíticos subsiguientes. De todas formas, me voy a permitir analizar la propuesta de biopic [que no lo es a la larga] desde el punto de vista de Golda Meir y como se “movió” en la famosa guerra del Yom Kippur de 1973.

También me parece interesante estar previamente informado al menos sobre todos estos asunto entre hermanos a la larga, en el medio oriente. Y si bien, podemos buscar el personaje a través de la historia, también puede ocurrir lo contrario: la historia a través del personaje. En lo articular me quedo con la primera opción.

La actriz Helen Mirren (Golda Meir en la cinta) no ha interpretado tantos interlocutores históricos en su auténtica carrera. Pero de alguna manera, cuando lo hace, no solo contribuye a una destreza interpretativa íntegra, sino asimismo un lucimiento señorial —como cuando caracterizó a monarcas como las reinas Isabel I y II, y así como a Catalina la Grande.

Volviendo al filme de “Golda”, la historia se centra en algunas decisiones y puntos de vista de la primera ministra y la famosa guerra ya citada del Yom Kippur. En este sentido la guerra se evoca a través de las noticias de los televisores, evocaciones sonoras y algún que otro elemento que marque la época. El film no es que sea el más brillante sobre estos temas, pero logra su interés en a la larga la soledad de Golda Meir y sus decisiones fundamentales en un zona de conflicto permanente.

La película por lo tanto, revisa un contexto angustioso, y va derribando su tirantez, a través de los arrojos de una mujer exaltados de franqueza refrescante; lo que permite conquistar (por un momento, y esa es la verdad) su más más firme anhelo. Golda al tomar las riendas de su país, no tuvo necesidad de rebelarse y quebrantar los límites que a veces la vida misma nos pone.

Indicábamos, en fin, que la cinta se toma su tiempo para construir un retrato detallista, si se quiere, de los escenarios que condicionan a Meir como personaje político y como mujer. Y con lo precisa que resulta tanto la composición de lugar, como de aquello que la oprime, y lo que la haría sentirse libre y su pueblo. Esta motivación nos disuade a lo mejor no perder de vista sus ulteriores acciones y sin juzgarlas en cuestiones de su ethos personal.