Muy poco por no decir casi nada llega el cine
argentino a las carteleras colombianas. Las razones serán para otro artículo,
pero lo que sí es cierto que solo los festivales de cine permiten tener una
visión del cine que se hace en los países latinoamericanos. Cine interesante
que señala además, las particularidades de los cineastas y sus respetivos países.
Pero
también el filme no deja de señalar con una cámara firme los recuerdos de tres
personajes que afloran sin olvidar reproches y secretos. La película opera en
este sentido con destreza a las conformidades de géneros como lo ya señalado:
road movie, comedia romántica y el drama. Todo acentuado cuando todos los humanos
tardamos demasiado tiempo en decirnos las verdades verdaderas. Mientras tanto,
el filme ostenta un sentido del humor a ratos más bien negro, y siempre suavizado
con aflicción y nostalgia.
Y
eso es el tango, y eso es este filme (el suyo, y quizás personal) cargado de desconsuelo
y nostalgia. Elementos que no dejan de sentirse en la cinta, y que de las
experiencias reales vividas, nacen las mejores historias, las más francas y
sinceras. La directora y guionista ejecuta pues un acompasado retrato de una
relación o entre dos personajes transpirando tenues mensajes de reproches. Ahí
radica la importancia de un guion original que cargado de las excelentes
actuaciones de los actores, que nos sumergen en un timing que de pronto, nos
vemos frente al fin de la película sin darnos cuenta.