sábado, 15 de octubre de 2022

Maigret et la jeune morte (2022)

 

Siempre que decido ver una película, primero determino quien la ha dirigido, en segundo lugar de preferencia, el actor o actriz protagonista. Pero en “Maigret et la jeune morte” (basado en el libro homónimo de Simenon), los dos criterios jugaron a mi favor. Primero por Patrice Leconte, cineasta francés que me evoca “El marido de la peluquera” o más reciente “Mi mejor amigo”.


Por el otro lado es el actor Gérard Depardieu. Un actor francés nacido el 27 de diciembre de 1948. Veterano actor, reconocido como uno de los sobresalientes actores franceses de su generación, que ha interpretado populares papeles entre interlocutores históricos y literarios. Pero a los dos criterios de selección, se suma un escritor de serie negra [de mis favoritos], George Simenon. De manera que estamos ante una película que colma mis ambiciones y la verdad la visioné con muchísimo agrado.

Lo primero que habría que decir es que la película ofrece un retrato maravilloso en su ambiente y tono, y placenteramente taciturno del inspector de policía Maigret, mientras él intenta identificar a una joven víctima de asesinato en la década de 1950 en París.

En busca de un posible motivo, Maigret se esfuerza por poner un nombre a una mujer de provincia, muy joven, hallada muerta con cinco heridas de cuchillo. Así que con un Gerard Depardieu como el centro de gravedad sistemático en las pesquisas de un personaje, que, siempre observador, nos hace ver a un inspector y su trazo a diario de su trabajo.

Leconte [que por cierto, ya había rodado en 1989. “Monsieur Hire”, basada en otra novela del mismo autor] pugna por liberarse del modelo de retrato noire actual, aunque ofrece cierta imagen más amoral y cercana de ciertos personajes. Si bien, ello tropieza en estos tiempos, donde muchos interlocutores puedan acabar expresando un vacío modo de vida y sin esa huida de apariencias, al futuro. De todos modos, sin alejarse de ese modelo de ferocidad en las relaciones humanas, los personajes se decantan por libre albedrío y miseria.