lunes, 18 de julio de 2022

Fantasías de un escritor (Tromperie)

 

Son muchas las razones por las que a veces deseamos ver una película. En mi caso particular y en esta oportunidad, es el título del filme para el mundo de habla española del cineasta francés Arnaud Desplechin. Que entre otras cosas, ya no viene casi ese tipo de europeo. Pues bien, como señalaba sobre las razones para ver un filme, en mi caso personal obedece a ciertas relaciones de tipo personal. Serés (1994) afirma:

Naturalmente, la fantasía, la imaginación, bosqueja una imagen, digamos, estilizada, irreal, reelaborada a partir de las improntas depositadas en le memoria; es decir, no copia directamente, sino que reconstruye, por evocación, las speciei que entran por los sentidos y se imprimen en el almacén de la memoria (p.208). 



Denis Podalydès (Philip) y Léa Seydoux (la amante) interpretan con brillo a dos interlocutores de una inteligencia privilegiada y, desde el encuentro entre ellos [y a lo largo de la cinta] siempre ronda la pregunta cuáles son las fantasías de ambos, pero en especial las del escritor, siendo él mucho mayor que la chica en un prolongado affaire. Donde además, el diálogo y el saber escucharse el uno al otro, es el esquema dramático bien diseñado sobre discusiones filosóficas y sexuales, y cuando de hablar el uno sobre el otro [y a veces de sí mismo] se trata.

Una película pues que permite fijar la mirada en esas coordenadas identificativas presentes sobre el sexo y la literatura. Una mirada hacia dentro y hacia afuera de dos amantes, que de alguna manera juzga con insistencia la contemplación absorta hacia adentro de la mujer y del hombre, hasta que alguien pone punto final. Los diálogos con otros interlocutores alrededor de los personajes principales es lo atrayente y que se resume en el artificio. Ya que en todos hay una representación que pasa por ser subjetiva: la vista de alguien que no deja de asomarse a la vida, aunque la otra persona no esté muy convencido de su propia conducta fatua.

De pronto todo lo enunciado es falso y estamos ante una historia de engaños. De ser así, y hay mucho de ello, pues los personajes permanecen incólumes de ser sentenciados por los demás, ya que La infalibilidad de la adoración se expresa solo en esa línea entre los ojos de la mujer joven y bella y el papel de un escritor—con un miramiento de estable sutileza—. La película, se dota de la mirada propia ante el mundo: a larga fantasías. Platón (como se citó en Serés, 1994) “desprende que la fantasía es meramente una opinión proveniente de una sensación, o a ella vinculada. En concreto, que la phantasia “pinta en el alma las imágenes [...] de la visión o de otra sensación”, o sea, “el hombre mira en sí mismo las imágenes de los objetos” (ibíd.). La fantasía, por lo mismo, es el artista que pinta en el alma las imágenes (eikonas) de las cosas […]”

Referencias

Serés, G. (1994). EL CONCEPTO DE FANTASÍA, DESDE LA ESTÉTICA CLÁSICA A LA DIECIOCHESCA. Recuperado de: https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/7437/1/ALE_10_10.pdf