viernes, 25 de marzo de 2022

Utama (filme boliviano ganador en Sundance 2022)

 

Antes de que el cine se reconciliase con lo denominado mass media, la apreciación y evaluación de los territorios y en principio de ciertas colectividades sociales; provenían sobre todo, de la pintura y la literatura. Con la llegada del cine, ese denominado “imaginario paisajístico” cambió de modo considerable. Gámir (2012) formula: “Antes, la información sobre ámbitos lejanos era muy limitada, mientras que ahora es más generalizada y habitual”.


El mismo autor considera que
 los espacios “el vivido y el mediatizado, no constituyen ámbitos separados si bien raramente son simultáneos en el tiempo. Así una película puede retrotraernos a episodios vividos en nuestra infancia o juventud. La información procedente tanto del espacio vivido como del mediatizado se mezcla en nuestra mente con factores psicológicos, prejuicios, o con nuestra propia memoria, y como resultado formamos un nuevo espacio parcialmente vivido, parcialmente transmitido”.

“Utama” [“nuestro hogar” en quechua] ganó el reciente festival de cine de Sundance y no es por nada, pero  cuando el habitante de la sala de cine entra en contacto con los saraguros [una de las familias del pueblo quechua e idioma en el cual se habla en el filme] y su ilimitado espacio, realmente queda deslumbrado por el paisaje, que acariciando el refugio de los dioses, se siente ese ritmo pausado que gobierna las vidas de su gente.

La Ópera Prima de Alejandro Loayza Grisi, es una película intimista, lenta en el discurrir de los pasos por la vida y decisiones, y que nos llevan a pensar que es mejor así. Y es que el pasar de los días de Virginio y Sisa, un anciano matrimonio de pastores quechua, y ese extenso paisaje inhóspito [con grandes planos generales de Bárbara Álvarez (“La mujer sin cabeza”, 2008)]; nos remite a muchas ideas. Intentemos abordar al menos un par.

La primera sería que a través del anciano Virginio, por lo general cargado sobriedad y pocas en palabras [si bien le habla a Clever acerca del cóndor, un animal venerado por su pueblo y cargado de presagios y mitologías sobre el anuncio de la muerte], debemos mirar a esos seres humanos, mayores, y habitualmente ignorados, como a esa casta de hombres con quienes el diálogo debe permitirnos ser más conscientes de esas coordenadas sobre la vida y compañía [que no compasión].

La segunda sería recordar el pensamiento de François Truffaut cuando pensaba que un día no tal lejano, las películas serían el resultado de la propia interioridad del cineasta. Además, ese cine de vanguardia [si se quiere ver así] alegaba Brenez en “Cinémas d'avant-garde” (2006) que bien pudo y puede, surgir un tipo de artista que conservara el espíritu perenne de cierta insurrección.

Excelente película pues que invita a observar y analizar nuestras propias realidades de la humanidad y en lo personal. Hay revelaciones valiosas sin lugar a dudas y el cine está ahí para mostrarlo.