Antes
de que el cine se reconciliase con lo denominado mass media, la apreciación y
evaluación de los territorios y en principio de ciertas colectividades sociales;
provenían sobre todo, de la pintura y la literatura. Con la llegada del cine,
ese denominado “imaginario paisajístico” cambió de modo considerable. Gámir
(2012) formula: “Antes, la información sobre ámbitos lejanos era muy limitada,
mientras que ahora es más generalizada y habitual”.
“Utama” [“nuestro hogar” en quechua] ganó el reciente
festival de cine de Sundance y no es por nada, pero cuando el habitante de la sala de cine entra en
contacto con los saraguros [una de las familias del pueblo quechua e idioma en
el cual se habla en el filme] y su ilimitado espacio, realmente queda deslumbrado
por el paisaje, que acariciando el refugio de los dioses, se siente ese ritmo
pausado que gobierna las vidas de su gente.
La Ópera Prima de Alejandro Loayza Grisi, es una película
intimista, lenta en el discurrir de los pasos por la vida y decisiones, y que
nos llevan a pensar que es mejor así. Y es que el pasar de los días de Virginio
y Sisa, un anciano matrimonio de pastores quechua, y ese extenso paisaje
inhóspito [con grandes planos generales de Bárbara Álvarez (“La mujer sin cabeza”,
2008)]; nos remite a muchas ideas. Intentemos abordar al menos un par.
La primera sería que a través del anciano Virginio,
por lo general cargado sobriedad y pocas en palabras [si bien le habla a Clever
acerca del cóndor, un animal venerado por su pueblo y cargado de presagios y
mitologías sobre el anuncio de la muerte], debemos mirar a esos seres humanos,
mayores, y habitualmente
ignorados, como a esa casta de hombres con quienes el diálogo debe permitirnos
ser más conscientes de esas coordenadas sobre la vida y compañía [que no
compasión].
La segunda sería recordar el pensamiento de François
Truffaut cuando pensaba que un día no tal lejano, las películas serían el
resultado de la propia interioridad del cineasta. Además, ese cine de
vanguardia [si se quiere ver así] alegaba Brenez en “Cinémas d'avant-garde” (2006) que bien pudo y puede, surgir
un tipo de artista que conservara el espíritu perenne de cierta insurrección.
Excelente película pues que invita a observar y analizar
nuestras propias realidades de la humanidad y en lo personal. Hay revelaciones
valiosas sin lugar a dudas y el cine está ahí para mostrarlo.