Kenneth Branagh vuelve a visitar sus recuerdos cuando
era un niño de nueve años y crece en Belfast, Irlanda del Norte, justo en medio
de las situaciones y contrariedades entre los protestantes y los católicos [que
tanto devastaron el país]. Cabe recordar que muchos otros cineastas también
dirigieron sus películas bajo este prisma. Las etapas anteriores del conflicto irlandés han
dejado un buen número de películas. Algunas de las más destacadas son: “El
delator” (John Ford, 1935) o “Larga es la noche” (Carol Reed, 1947).
Pero el problema específico de Irlanda del Norte no
empezó a ser abordado por el cine hasta bien entrados los años 70, si bien es
en los 80 y sobre todo en los 90 cuando se origina la verdadera eclosión,
siendo el IRA casi siempre el protagonista. En la cinta “Jaque a la reina” (Don Sharp, 1975) tropezamos
la primera cinta específica sobre la
etapa del conflicto irlandés. Se trata de un thriller británico. En el filme,
un ciudadano católico de Belfast [alejado del IRA] pierde a su mujer y a su
hija en un tiroteo con la policía en Belfast y resuelve realizar un atentado
contra Isabel II, la reina de Inglaterra.
Volviendo a “Belfast”, la película rodada en blanco y
negro, toma como hilo conductor los ojos del niño Buddy (el propio Branagh en
su niñez), un jovenzuelo simpático, enamoradizo y buena gente que ama los
westerns estadounidenses “High Noon” y “The Man Who Shot Liberty Balance” en la
televisión. Además, es un fanático del fútbol, los autos de juguete, y que
visita la sala de cine del barrio para ver películas como “Chitty Chitty Bang Bang” con su familia.
Pero al margen de este prefacio, la película es un
amoroso recuerdo a una etapa de la vida que [casi siempre] marca un derrotero.
Y en el talento del niño actor Jude Hill con su mirada transparente, nos revela
sin miedos y ataduras que, a pesar de las dificultades, la inocencia y el amor
a la familia lo es todo. Un claro mensaje a pesar de las diferencias entre
católicos y protestantes evidentes en el medio en el que vive el chico.
Tanto en el fondo como en la forma, el tiempo parece
no ser un elemento muy a flor de piel. En la forma de narrar del director, es el
carácter que ilustra la conducta de los personajes [sus puntos de vista y en
sus historias vitales]. Y es que cuando la abuela del niño Buddy se pone
poética al advertir para sus adentros “Horizonte perdido” de Frank Capra, y habla
de Shangri-La como si fuera un territorio al que anhela regresar, se está ante
la evocación de un espacio que existe, si bien es el topónimo de un lugar que
es ficticio.
De esta película se puede reflexionar mucho, ya que
cuando subyuga el amor entre los personajes, un nudo se ata en la garganta
hasta el espectador más desprevenido. Además, conviene a modo personal, pensar el que podemos
representar cambios en las relaciones de poder en las familias y que generen
transformaciones en el interior de las mismas, a pesar de los desafíos y
dificultades que se presenten [de tal forma que se establezcan procesos
socioculturales trasformadores, en busca de relaciones más equitativas en dicho
espacio social].
De todas formas, más allá de moralismos edificantes.
Adecuadamente, con la exquisitez y belleza en la puesta en escena [una
iluminación de Haris Zambarloukos digna de todos los elogios], el director pone
la cámara en la mirada de un niño (¿usted?), en donde, todo lo que expresa si
bien considere que no dice nada. Indaga todo. De ahí procede el gran acierto de
que la vida es eso, de la resolución de avisar más allá de formular, de referir
a través de los ojos, los gestos, las emociones y las palabras contenidas —
¡claro está! En las situaciones vislumbradas en todos y cada uno los modelos
actanciales de esta atractiva película—.
Cargada de excelentes actuaciones pues [una Judi Dench
a tener en cuenta los próximos premios de la Academia], también brilla la
música con una banda sonora de Van Morrison, y que se supone, trae los mejores
recuerdos de aquellos días mejores para el cantautor de Irlanda del Norte. Y
por supuesto, para el actor y director Kenneth Branagh.
Recordar simplemente que “Belfast” es la película con
más nominaciones a los “Globo de oro” 2022, con siete [e igual suerte correrá
en los premiso de la Academia de cine de Hollywood].
Gonzalo Restrepo Sánchez
www.elcinesinirmaslejos.com.co