Baldío (cine argentino)

El cine argentino siempre trae a la cartelera trabajos interesantes. En esta oportunidad Inés de Oliveira Cézar (su séptimo largometraje) en su reciente película “Baldío”, nos muestra a través del personaje femenino Brisa —el filme está dedicado a la memoria de la actriz que la caracterizó Mónica Galán— una historia tanto de la vida real como cinematográfica.

Y es que este drama diseña en su discurso que si bien una madre actriz, su hijo drogadicto y un cineasta engreído (Brisa trabaja en un filme mientras su hijo es un problema constante), son espejos en el que mirarse por aquello de que la vida es a la larga “una película” donde las convicciones íntimas no dejan susurrar.

Filmada en blanco y negro y de poco emplazamiento en la cámara, el filme tiene un tono de realidades encontradas. Y es que sin simbolismos contradictorios no hay afán por suscitar un estado de inquietud. La directora, además, para reforzar asimismo una idea de soledad a pesar de todo, el set de la vida del personaje vida y el de su rodaje, no distorsionan su "verdad verdadera".

Un buen ejercicio pues de aquella frase de Deleuze donde “La duración misma o el tiempo (de la película) es el todo de las relaciones”. Aquí se expresa también y la película es clara en ello: el automatismo psicológico (hallado en Bresson, Rohmer, Resnais u Ozu). De pronto porque la cineasta argentina es psicóloga.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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