El
argumento de “Long Day's Journey” nada tiene que ver con la obra homónima del
dramaturgo Eugene O'Neill. El filme toma como punto de partida el retorno de Luo Hongwu a
Kaili —su ciudad natal—, tras el fallecimiento de su padre. En esa ciudad, el
interlocutor emprenderá sus pesquisas sobre una mujer de la que estuvo muy
enamorado (Wan Quiwen) y de quien no ha vuelto a saber nada.
La
historia que empieza conversando de los sueños a través de sus protagonistas con
la extraordinaria y provocativa fotografía de Huang Jue y esos lentos
movimientos de cámara para transiciones a través de unos travelling en
apariencia simples, pero, que siempre ayudan al espacio (generando planos
secuencias perfectos), logran alcanzar
encuadres de una delicadeza lánguida pero sugerente con un ritmo apoyado por la
música extradiégetica. Seducción sería el término para lo que acontece ante los
ojos del espectador.
Lo
atrayente de todo, es que en esta indagación de un tiempo lejano (y presente a
la vez) lo relata —en el primer tercio de la trama— el mismo Hongwu con su voz
en off sobre la lluvia y el cuerpo de la mujer: “la diferencia entre películas
y memoria, es que la primeras siempre son falsas, se componen de una serie de
escenas, pero los recuerdos mezclan verdad y mentira, aparecen y desaparecen
delante de nuestros ojos” Y eso trata la película, cualquier
evento no es una invención, pero de pronto disimulo, que es un ensueño sobre un
evocación y sobre un pensamiento —que no es otra cosa que una retrato.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite:elcinesinirmaslejos.com.co
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite:elcinesinirmaslejos.com.co