lunes, 5 de noviembre de 2018

“Loving Escobar”


Llega a la cartelera local el filme del español Fernando León de Aranoa sobre la vida de Pablo Escobar (basado en el libro de Virginia Vallejo). Esta cinta que pudo ser mucho mejor de lo que realmente es, tiene en su propuesta audiovisual algunos clichés del cine norteamericano, que desmeritan un poco a León de Aranoa, un cineasta más bien independiente y con su impronta particular.


Sin detenerme en la vida del señor Escobar (ampliamente conocida en Colombia), se puede hacer la siguiente lectura en lo estrictamente cinematográfico. Y es que la apuesta del realizador español si bien  consiste en narrar los tradicionales vaivenes de la vida personal  de un narcotraficante, también mezcla los tópicos particulares del drama con el rigor ya veces empuje del thriller.
Prácticamente desde los primeros minutos del filme ya uno sabe lo que va a suceder y revelar una vez más al principal sospecho de haber cometido las más crueles transgresiones acontecidas en Colombia en la época de la vida asesina de Escobar (Javier Bardem). De todas  formas, sin paradoja alguna presentada por el relato (ama a sus seres cercanos, al pobre, pero odia y genera reales y malas intenciones), no hace más que ser una persona imprevisible para su entorno familiar y social.
Sin el desafío amoroso entre dos seres tan distantes para Escobar como Virginia Vallejo y María Victoria (buen trabajo de la colombiana Julieth Restrepo), ello ofrece el punto de partida en la construcción de una trama que irá mostrando más la personalidad del insondable narcotraficante. La preocupación sincera de los protagonistas femeninos y la prepotencia jactanciosa de Escobar caminan de la mano con el fin de subrayar la inestabilidad e incoherencia del hombre cuando todos “van remando el viento”.
Considero que, sin ser atractivo el manejo de los tiempos dramáticos por parte del director, termina disponiendo de una narración que bordea a su gusto (vaya usted a saber si impuesta) el espacio íntimo de los personajes principales y la posterior (y escasa) condena pública, difícil de cotejar para Escobar, por su carácter violento y directo.
A su vez, la película expone las miserias de un hombre y sus secuaces que, tras una máscara de presumida familiaridad y buenos modales, oculta las execrables bajezas, lo que se percibe en muchas de las escenas en las cuales Escobar no se muestra en sociedad.
Sin desconocer la versatilidad en el registro actoral de Penélope Cruz (que además de actriz, es esposa de Bardem), puede rastrearse en el rostro de Bardem (y en lo que su mirada inspira), una buena exploración de los conflictos internos del personaje.
De todas maneras, el director erige un relato que si bien avanza a paso firme desde el punto de vista de inadvertidas revelaciones de Escobar (de pronto al final puede descubrirse el amor por sus hijos), a fin de cuentas, no es dependiente de la presencia escénica de ninguno de los modelos actanciales.
Gonzalo Restrepo Sánchez
www.elcinesinirmaslejos.com.co