Periodistas
siempre hubo en el cine. En esta oportunidad el director Steven Spielberg nos
sumerge a finales de los años sesentas. La fábula nos presenta sin vacilación
alguna, al famoso funcionario del Pentágono, Daniel Ellsberg quien, durante el
gobierno de Richard Nixon, fotocopió las siete mil páginas del informe
"Relaciones Estados Unidos: Vietnam, 1945-1967"; archivado en el
Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Estos documentos contenían
información sobre “los verdaderos motivos alrededor de la conocida Guerra de
Vietnam y por qué el Estado había decidido extender las acciones bélicas contra
el país asiático.
Pero en
estrictamente cinematográfico, “The Post: Los oscuros secretos del Pentágono”
está enmarcado como un thriller político en el que “The New York Times” y “The Washington Post”,
tomaron una valerosa posición en favor de la libertad de expresión, informando
sobre dichos documentos.
De manera que la
historia con una claridad y tono muy a lo Spielberg, ante los ojos del
espectador todo resulta creíble. Y es que sin fatiga alguna por los diálogos y
acorde a los valores del periodismo, el ritmo del filme rastrea el tema
político sin necesidad de evocación alguna (“Todos los hombres del presidente”,
por ejemplo) y cómo con agudeza superior, se obliga a unos personajes (cuyos
diálogos se corresponden la sociedad en la que viven).
Todo lo
anterior, es mostrado a través de un montaje nada fragmentado que incorpora
imágenes y planos intercalados para darle forma visual a un pensamiento tan
complejo como incisivo en la parte ideológica. Y es que esta cualidad del guion, se explota en pro de
una gran película. De la mera organización perceptiva y sin saltos visuales y
temporales, el espectador elude que está ante una partida de póker con el
cineasta.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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