“Los replicantes son
como cualquier otra máquina. Pueden ser un beneficio o un peligro. Si son un
beneficio, no es asunto mío”. Con este texto arranca este filme que nos pone en
alerta sobre el camino a seguir.
De
pronto (digo de pronto) para disfrutar más esta relato futurista (de exceso
metraje), la cinefilia indica que independientemente de su diseño visual, aún
es pertinente tener presente el film de Scott que le precede “Blade runner”,
como para creer que Denis Villeneuve, uno de los cineastas
más atrayentes de los últimos años (“Enemy”, 2013), mantiene la atmósfera de la
fábula, que de algún modo evoca clásicos como “Metropolis”, de Lang.
De
todas formas, en lo estrictamente cinematográfico, en la película “Blade runner
2049”, hay algunos aspectos a considerar. Lo primero es la música Hans Zimmer y
Benjamin Wallfisch (para “Oscar”), que envuelve de forma perfecta este universo
distópico en el que se desarrolla la trama del filme.
Otro
semblante a reflexionar (en él se puede ver al blade runner encarnado por Ryan Gosling deambulando por una gris urbe
futurista y que conocimos en el filme de Scott), es la fotografía de Roger
Deakins, que glorifica los más furtivos parajes de los replicantes.
Y
para dejar otra reflexión: Esta historia sobre las identidades, separa la
subjetividad simbólica y la experiencia cinematográfica vital la asimila el
espectador como una pesadilla: algo de infortunio y crispación en sus dos tercios
iniciales, y como una auténtica agonía en el último tercio (prefiero no cometer
spoiler).
Gonzalo
Restrepo S.
Visite:
www.elcinesinirmslejos.com.co