“Los
públicos conocen el lado mítico de los
artistas (de cine), el cual es construido a través del consumo mediante su
mirada y la posterior asignación de afectividad. Cuando un rodaje permite la
interacción entre misticismo y realidad, suele agregarse un lapsus histórico
que difícilmente puede ser borrado de la memoria colectiva…” Con esta
afirmación contundente Rodolfo Juárez Álvarez consagra un sentido de la función
cinematográfica para cualquier etapa y edad de la vida.
Y
es que a la hora de evaluar un filme como “Gifted” o su título para el mundo
hispano como “Un don excepcional”, si bien no es la maravilla del otro mundo
(filme más bien soso, donde a modo de melodrama plantea la vida de una niña
superdotada y quienes deben ser sus verdaderos tutores en la vida), creo que el
lado positivo lo podríamos señalar por el lado de los derechos de los niños.
Entonces
con base en lo anterior (lo único verdaderamente importante de esta cinta), la
historia nos muestra que al margen de tíos, abuelos u otros, la vida interior
de un niño es muy importante para que adultos decidan qué es lo mejor.
Historia
pues recomendada en este sentido, aunque resulte el tratamiento cinematográfico
soso y sin capacidades histriónicas que resaltar de unos actores muy planos,
salvo la actuación de la niña Mckenna Grace.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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