Este Hércules del siglo
XXI muy poco dista del personaje filmado en el siglo pasado. De pronto el
concepto del Peplum no es el mismo de antes, pero creo que los interesados en hacer
este filme lo que buscan básicamente es entretener (y a fe que lo consiguen).
Si bien la historia es
buena (me refiero a su trama), los efectos especiales y los mismos conceptos
del héroe (cómic), restan la percepción de estar ante un mito que cómo Hércules
(evóquese también a Espartaco) se valió
de su fuerza y su inteligencia. El film pues, a la misma sazón de “Furia de
Titanes” o “300”, evoca una época que todo parece indicar, que fue así.
Ahora lo que pasa es
que los dioses y héroes de aquellas épocas no eran maniqueos. Zeus y su esposa
Hera, creo que en algunos momentos también flaquearon. Esto viene a colación,
pues la historia parece estar cargada de acciones entre algunos personajes
principales (el rey de Tracia, por ejemplo) entre buenas y malas.
Lo bueno, de pronto, es
que no hay mucha magia en las acciones de un Hércules que convence a chicos y grandes, precisamente por eso. Los demás (son los demás).
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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