Llega la película “Después de Lucía” (un potente drama firmado por el director
Michel Franco) desde México y avalada por el éxito en su paso por el festival
de Cannes y San Sebastián (donde obtuvo una mención especial en la categoría
“Horizontes Latinos”).
Con estos pergaminos,
podemos escribir que con un ritmo que puede resultar plúmbeo en apariencia,
está cinta (que además no tiene música) está rodada con planos largos, o dicho de otra forma, con pocos emplazamientos
de la cámara en la puesta en escena. Esto luce deliberado, y aporta al tono de
la cinta, que la vida de seres quienes sintiendo su desgracia bien próxima, no
abdican así porque sí en una pareja de protagonistas conformadas por Alejandra
(en excelente caracterización por Tessa Ia) y su padre, en el devenir diario de
una vida que busca otro derrotero (a lo mejor otros "silencios" que a veces necesitamos los seres humanos).
Y si bien por otro
lado, el film toca el tema de la juventud y del maltrato en las escuelas y de esas confabulaciones
en apariencia del cosmos que habitan, todo parece decretar una violencia en
estos seres maltratados por algunas circunstancias de las cuales no pueden
eludir. Además, el cineasta no las cuestiona desde el punto de vista moral.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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