sábado, 13 de diciembre de 2025

“Jay Kelly”

 

El cine dentro del cine siempre ha sido un tema interesante mírese de donde se mire. En esta oportunidad creería es una reflexión meta ficcional (“Mank”, de David Fincher (2020).  “Sabes lo que es ser uno mismo, inténtalo” una frase de jay que escuchamos para decir que “Jay Kelly” arranca con el final del enésimo rodaje de la estrella.

Su agente (Adam Sandler) le plantea a Jay Kelly (George Clooner) viajar a la Toscana, para recoger el tributo de un festival local. Pero la verdad es que el filme plantea que, tras la fachada del actor famoso, en sus adentros se siente solo, renunciado a su propia vida pese a que siempre anda rodeado de gente. Y otra idea brillante del guion, es que al personaje (y como muchos actores del cine) se le da mucho mejor ejercer de padre en sus películas que en la realidad. Y mientras lo intenta, no obstante, no es otra cosa que descubrirse a sí mismo.

En “Jay Kelly” pronto nos damos cuenta de que lo que vemos no es tanto la misma historia o un conjunto de historias, sino el ejercicio mismo de una vida a tope, y cualquier vida: quizá la suya propia, si hemos entendido el mensaje del filme o tal vez la del propio enunciador de la película: posiblemente un estilo de vida, y que a la larga es la vida de muchos: una existencia cargada de martirios, festivales de cine, hijos que se marchan, terapia, pantomima, teatro, en fin.

Quizá el director de cine Noah Baumbach está delineando, y no en mínima escala, un fresco abrumador de experiencias y posibilidades —entre lo ridículo y lo sublime— alimentando sus curiosidades. El tomar cada uno de esos elementos para crear enredados juegos intertextuales en nuestras vidas, sería gozoso, pero seguramente no nos consentiría llegar muy lejos.