miércoles, 21 de agosto de 2024

Saint Omer

 

“Saint Omer”, es la ópera prima de Alice Diop. Y todo gira alrededor del personaje principal Laurence Coly. No obstante, y de entrada observamos a una escritora llamada Rama dando una clase sobre Marguerite Duras, porque presumo que en “Saint Omer” hay mucho de la escritora Duras en el sentido de la confidencia en la palabra y desenterrar de lo brutal una poética, y en el carácter de visibilizar sin timidez y sin clichés esa parte femenina sombría.

Y de eso va el filme, donde Coly en un juicio se enfrenta a todos los entresijos de una vida cargada de culpas y no tanto. De todas formas, a la cineasta Diop le interesa mucho más el juicio. La nigeriana Laurence Coly sin lugar a dudas, es ese tipo de personaje singular, y que llega a Francia con la esperanza de una vida mejor. Pero, pronto, sus circunstancias y su ambición entran en arrebatos de la vida misma —como siempre—. Y es ahí cuando que aparece la enajenación, la desesperanza y el desasosiego como testigos de un drama inmenso.

Antes documentalista, la directora Diop acomoda pues el drama sin dejarse persuadir ni enganchar por ninguna de sus aquiescencias que tanto nos inquietan o nos entretienen. “Saint Omer” es escuetamente una reflexión con sus mutismos, sus distancias y sus incertidumbres. “Saint Omer” es un cine implacable hasta el agotamiento y el sufrimiento. Sin duda, un estreno brillante de la cineasta, y a la postre, la insensatez que nos acude.

Sobre este tipo de cine sobre juicios, creería que se encamina más a la visión del sumario penal como resultado del delito, pero, asimismo, coexisten numerosos paradigmas de cine judicial o pseudojudicial, aunque el proceso judicial y el cine creería no son muy “amigos”, en el sentido de que si algo ha pretendido casi siempre “el cine francés criminal” es sumergirse más allá de los hechos precisos para dirimir (aunque no es el vocablo más exacto) el estado de una colectividad o del poder. De todas formas, “Saint Omer” de Diop procura esgrimir el proceso de una infanticida para debatir nuestra conciencia hacia la disconformidad de géneros y de la emigración, No olvidemos filmes como “Anatomía de un asesinato” de Triet, donde utiliza el proceso como pericia de la discusión conyugal y, ahora, “El caso Goldman”.