‘Vidas
perfectas’, es el debut en la realización del director de fotografía francés
Benoît Delhomme, donde Celine gozan de sus placenteras vidas junto a sus
respectivos hijos y hasta exitosos esposos. Ellas son las mejores amigas —y
vecinas—. Pero la perfecta amistad de sus vidas se destroza bruscamente después
de un infausto suceso. Así se resume ( sin spoilers) esta cinta que está
caracterizada por Jessica Chastain, Anne Hathaway.
La
película pretende ser una indagación de dos mujeres manipulándose hasta la esquizofrenia,
pero, en algún instante se acerca tanto a la repetición que puede destrozar el
clímax dramático. No obstante, desde el punto de vista de la consternada vida
de estas dos jóvenes amas de casa, y respectivas ansiedades puede recordar a
otras mujeres en este tipo de cintas del cine universal (“La mano que mece la
cuna”, entre otras tantas).
Esta
cinta es un remake de la cinta belga “Duelles” de Olivier Masset-Depasse, y si
algo tiene en común ambas cintas es que abarcan cuestiones como la nobleza, los
recelos, y en especial, el roll de las mujeres en el orden de una sociedad
cargada de todo tipo de códigos. Estamos pues ante un melodrama con todas sus normas,
pero en sus imágenes también se desliza cierto tipo de confabulación que poco a
poco va tomando protagonismo.
“Vidas
perfectas” es asimismo, una historia que desarrolla unos ejes temporales que acceden
de alguna manera a jugar con la puesta en escena, y trasladarnos a los años 60,
esgrimiendo los códigos del thriller psicológico al igual que a Hitchcock. En el
tercio final de la cinta, las escenas entre las dos mujeres, a grandes rasgos,
y aparte de los distintivos de los dos interlocutores femeninos protagónicos,
todo se revela como la más terrible ambición de dejar fuera del alcance a quienes
impiden mis secretos más inseparables, aunque no sea la forma más correcta.