Cuando
se supo que la próxima película de Greta Gerwig, guionista y directora de Lady
Bird (2017) y Mujercitas (2019), sería Barbie, hubo no pocas maravillas y exaltaciones
entre sus incondicionales. Una historia basada en las muñecas de Mattel, de las
que durante diversas generaciones han gozado [creería] las niñas de todo el
mundo.
En
cuanto al prólogo del filme, hay que reconocer que es entretenido, inclusive persuasivo
dentro de su exigua singularidad, es un reiterado [en el cine] y remedo del
fragmento del filme de Stanley Kubrick. Año
2001, una odisea del espacio. Referencia que, pese a su obviedad, tal vez
se les escape (por no decir desconocer) a un público interesado en ver esta
película. En este episodio, se mimetiza para suplantar a unos simios por niñas,
los huesos por muñecas y el monolito por el estereotipo de Barbie, cuya llegada
presume una genuina revolución en el nivel progresivo del recreo infantil.
De
todas formas, “Barbie” no es una película para niños, más bien para adultos y
de pronto aquellas mujeres que tuvieron y jugaron con la famosa muñeca. El asunto más que hablar de muñecas, es la
idea un tanto filosófica de cómo al ir una muñeca a la vida humana y los
humanos a la vida de las muñecas, el mundo no cambia y todo parece escabullirse
las manos. Por un lado determinar que en el juego de la Barbie, todo es mentira
y falso, y en el mundo del humano pues también, aunque a la hora de preferir,
lo imaginado es mucho mejor y por muchas cosas, además bellas.
Y
eso es la película, más bien regular, pero lo que sí colma son las exceptivas de un mercadeo, que con pocas
emociones, logra evocar de alguna manera en las mentes de las mujeres, cuando
jugaron a ser Barbie. Volviendo al filme, un guion con muchos diálogos que se arrinconan
de la acción armónica para hablarnos directamente. Por lo que el guion [y
reitero] se estructura de una forma poco dogmática, en cuanto a la división en
actos y ritmo de las escenas. El ensayo no marcha siempre con bastante claridad
y sencillez, pero es una propuesta, que podría funcionar con el público más
bien femenino.