jueves, 6 de abril de 2023

The Outfit

 

“La verdadera perfección es imposible”

“El sastre la mafia” es una historia que arranca en1956, y tiene todas las características del filme noir y thriller moderno. Cuando la voz en off de un sastre, señalando las partes y forma de una confección de un traje, parece ir delineando también una trama, a través de unos gángsters (muy poco duchos, al parecer como Ritchie). Muy pronto identificamos que la película está cargada de diálogos muy teatrales, pocos escenarios y personajes. En este sentido, el director de la película, Graham Moore nos embute unos personajes, y que en el devenir de sus diálogos, los vamos consintiendo y sobre todo, con sus referidas intenciones. En medio de elementos decorativos como los trajes que corta el refinado, impasible y arquetípicamente inglés protagonista [un Mark Rylance enorme en su interpretación], estamos ante un buen filme.

Moore ha dicho que la idea de "The Outfit" [o “El sastre de la mafia”] germinó al leer un informe de que la primitiva evidencia grabada recopilada por los federales en un caso de crimen organizado, fue tomada de unos micrófonos ocultos colocados en una sastrería de Chicago. Si bien, esta película no es una recreación de ese episodio, el dato arrojó la imaginación de Moore [coescribió este guion con Johnathan McClain) y envió a unos personajes por una tortuosa calzada de manipulación y juegos mentales.

Si la historia tiene un arranca lento en apariencia, con una puesta en escena fina y certera, un estilo teatral estupendo, y una utilización del suspense de primera mano. Todo germina, de ese lúgubre taller de Burling, donde la parte trasera de su tienda, funciona como un punto de encuentro para la mafia irlandesa, dirigida por el principal cliente de Burling, Roy Boyle [Simon Russell Beale], que ha establecido un buzón de correo dedicado a consignar y recobrar comunicaciones clandestinas.

Los planos de la artesanía finamente detallada del cineasta, se acompaña a veces, de una suave voz en off. En lugar de tener tiempo y espacio para posarse con alguna pauta de golpe emocional, cada pieza del acertijo de la historia de fondo [la posible participación de Outfit, el respetado sindicato del crimen creado por el difunto Al Capone], se acomoda ágilmente a esa máquina de rápido movimiento que es el cine. Si bien, puede acelerar las cosas al principio, asegura [el cine] que casi cada gramo de humanidad observado, termina al servicio de algo emocional [“Un sastre siempre escucha, pero no habla” (Madame Lafontiane)].