El siguiente filme colombiano a analizar es “Un varón”
del cineasta Fabián Hernández. Si bien, una historia más sobre la marginalidad
y esa abyección de seres humanos de calles ruidosas en las urbes principales,
los personajes como el joven Carlos [y con una hermana prostituta], remite a
muchos otros personajes y temas sobre la marginalidad en el cine colombiano.
Pero, si evoca el tema como tal, el personaje principal goza de alguna manera
de simpatía y aprobación por parte del asistente a la sala de cine, en cuanto a
ese deseo de salir adelante del joven Carlos. León (2005)
afirma:
El
cine de la marginalidad producido en América Latina nos permite una
aproximación a ese remanente intraducible que se desplaza en el interior de los
sistemas simbólicos desafiando la lógica identitaria de la cultura hegemónica
del occidente. De ahí que encontremos una correspondencia entre esta labor
deconstructiva presente en el texto fílmico y el pensamiento poscolonial que
define al sujeto subalterno a partir de su indecibilidad (p.10).
Para Carlos, la ciudad se convierte en una urbe donde
buscar sus raíces, cambiar, convertirse en alguien de su yo más genuino, parece
[y digo parece en el sentido de enjuiciar] no estar alcance de la mano. Pero
por otro lado, la imposibilidad de una familia por mantener a una hija e hijo,
fuera de un mundo sin futuro.
“Un varón” y siendo coloquial, es una película que se
deja ver; pues al margen de y sobre el
conflicto identitario que ha llevado al protagonista a esas “vueltas” a veces
sin salida; la equivalencia cultural por un lado, y la necesidad de conocer
otros derroteros de la vida, por el otro; nos permite la opción que para ayudar
a comprenderse a sí mismo, sin temor, a la larga es factible vivas donde
subsistas. En tal sentido Borges recuerda que “somos nuestra memoria, somos ese
quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”.
La narración sin escrúpulo [en el mejor de los
sentidos], es pues un juego de opuestos, atado a la búsqueda de una
identidad. Y otro de los elementos de
los que se sirve para el no retorno de algunos personajes icásticos, es la
articulación de temas es el contexto de una vida social marginal. Si bien, ya
se ha hablado aquí de la dualidad de los deseos del protagonista [ser o no
ser], sus proyecciones personales, están siempre ligados al eterno infortunio de la no resolución.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Film critic